Los minicréditos cambian el concepto de financiación bancaria

Internet ha cambiado muchas cosas. Una de ellas es la forma en la que nos relacionamos con los bancos. Hasta hace no demasiados años, para solicitar un préstamo debíamos acudir a la oficina, solicitar una cita, conseguir la documentación necesaria, solicitar formalmente el crédito, esperar la decisión de la entidad financiera, suscribirlo… Un reguero interminable de trámites que hacían que la gestión para conseguir incluso un crédito de una escasa cuantía fuese necesario dedicar una gran cantidad de tiempo y esfuerzo, sin tener la garantía de que el banco nos lo concedería.

Hoy, eso ha cambiado gracias a la popularización del minicrédito rápido online: hay entidades financieras online especializadas que ofrecen financiación de cantidades pequeñas sin papeleo, y con unos intereses que el cliente siempre puede conocer con antelación, y que varían en función de la cantidad solicitada y el plazo de devolución. Se trata de créditos tramitados íntegramente a través de Internet, lo que permite ahorrar tiempo y esfuerzo. Es una gestión rápida que no exige presentar avales o nóminas. El único requisito es ser mayor de edad y nacional o residente legal.

Estas ventajas han provocado que cientos de miles de clientes hayan optado por esta solución en los últimos años para financiar pequeños gastos puntuales (por ejemplo, una boda, el arreglo del coche, el dentista o un viaje de fin de semana). En apenas un par de clics, se obtiene el dinero necesario para ese gasto extra.

¿Qué son exactamente los créditos rápidos?

A diferencia de los créditos tradicionales, un crédito rápido es, por definición, una cantidad pequeña de dinero, que debe devolverse en un plazo relativamente corto. De esta forma, están diseñados para satisfacer necesidades puntuales y prioritarias.

Dado que su plazo de devolución es escaso, estos créditos suelen fijar tasas de interés más altas. Sin embargo, dado que la cuantía solicitada es escasa y se devuelve con prontitud, la cantidad final a pagar no suele ser un problema. Otra de las grandes ventajas es la aprobación rápida.

Al final, el minicrédito rápido está pensado para cumplir una función esencial: lograr un dinero de forma urgente que cubra una necesidad puntual.

Ventajas: una tramitación ágil y sencilla

Dado que los minicréditos rápidos online están pensados para sacarnos de un apuro urgente, tiene todo el sentido que la forma de obtenerlos sea lo más simplificada posible. A diferencia de los préstamos tradicionales, en los que los bancos pueden solicitarnos papeles y trámites engorrosos que retrasen el proceso o incluso nos hagan desistir, este tipo de financiación tiene en la agilidad uno de sus puntos fuertes.

Tan solo debes escoger la cantidad que necesitas y el tiempo en el que la devolverás. Generalmente, con un máximo de unos mil euros y un plazo de devolución de hasta un mes. A continuación, deberás completar un sencillo formulario donde te solicitarán los datos básicos y tu número de cuenta bancaria, un número de teléfono, un correo electrónico válido y tu DNI.

A continuación, tan solo tendrás que esperar la respuesta, que será rápida: si se aprueba, en unas cuatro horas tendrás ese dinero extra que necesitas en tu cuenta bancaria.