El ocaso de buzones y cabinas

En Cádiz capital sólo quedan 16 puntos para echar el correo, y 189 distribuidos por toda la provincia

Los teléfonos callejeros se han convertido ya en una carga, sobre todo por su costoso mantenimiento

Una de las últimas cabinas.
Una de las últimas cabinas. / Jesús Marín
Joaquín Benítez

19 de febrero 2017 - 02:18

Cádiz/Paula tiene 19 años y no ha utilizado una cabina en su vida. María de los Ángeles tiene 15 y ni ha utilizado un teléfono público ni ha echado nunca una carta a un buzón.

Son sólo dos casos que reflejan el ocaso de estas dos herramientas para la comunicación que, en su momento, antes del aterrizaje de los primeros teléfonos móviles, constituían la única manera de comunicarse con la familia o con los amigos desde la distancia.

En el casco antiguo de Cádiz sólo existen tres buzones al alcance de la ciudadaníaLa Ley obliga a que exista un teléfono público en la ciudad por cada 3.000 habitantes

Ya el Eurobarómetro de 2014 indicaba que casi el 90% de los encuestados nunca había utilizado una cabina de teléfonos.

Ahora, 89 años después de que se colocara el primer teléfono público en el Parque del Retiro de Madrid, tanto los buzones como las cabinas viven un momento de incertidumbre en el que nada se sabe sobre su futuro.

Este ocaso se hizo más patente cuando a finales del año pasado, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicara que habían quedado desiertos los concursos convocados tanto para el mantenimiento de los teléfonos públicos como para la elaboración y entrega de las populares y voluminosas guías telefónicas, tanto en su modalidad de páginas amarillas como de páginas blancas, servicios que, de momento, tendrá que asumir Telefónica.

De nuevo ahí, las nuevas tecnologías hicieron de ese gigantesco libro se convirtiera casi en una molestia para muchos usuarios que, al final, cuando necesitaban un número de teléfono terminaban acudiendo a sus terminales móviles o aplicaciones de smartphone para su localización.

Tanto en el caso de los buzones como el de las cabinas de teléfonos, por mandato legal, tanto Correos como Telefónica tienen la obligación de salvaguardar estos servicios públicos, para lo que deben desplegar la red necesaria tanto para recoger cartas como para garantizarle a los ciudadanos la posibilidad de tener cerca un teléfono público desde el que llamar.

Tanto la expansión de la telefonía móvil como el alto coste que suponía el mantenimiento de las cabinas, que se han llegado a convertir en el objetivo número uno dé los vándalos, se lo están poniendo difícil a la principal operadora de comunicaciones española. A esto se une que la propia Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) remitió recientemente un informe al Ministerio de Industria, Energía y Turismo en el que le aconseja que revise la conveniencia de mantener las cabinas dentro del servicio universal de las telecomunicaciones, lo que, expresado con otras palabras significa apostar por su desaparición o su cambio radical de modelo y usos.

En esta línea, a día de hoy se sigue considerando los teléfonos públicos como parte del servicio universal de las telecomunicaciones en España, con el que se "garantiza que todos los ciudadanos tengan acceso a servicios de telecomunicaciones, con independencia de su localización geográfica, con una calidad determinada y a un precio asequible".

Y mientras se dilucida el futuro tanto de los buzones como de las cabinas, basta con salir a la calle con una carta en la mano o con la clara intención de usar uno de estos teléfonos públicos como para ver por donde va el futuro de ambos útiles.

Si cabinas hay pocas, menos buzones quedan en la provincia de Cádiz. Según datos facilitados por Correos, en Cádiz capital tan sólo existen 16 buzones, mientras que en la provincia hay un total de 189, contando tanto con la modalidad tradicional como en la de mural, bastante más en desuso.

Correos cuenta con una herramienta en su página web, dentro del apartado de "herramientas", con la que es bastante fácil localizar un buzón. Distinto es que le coja a uno más o menos cerca del lugar en el que se encuentre. Sin ir más lejos, en el casco histórico de la capital gaditana tan sólo hay tres buzones ubicados a muchos metros de distancia entre uno y otro, lo que no lo convierte en una herramienta muy a mano. Concretamente estos buzones, según Correos, se ubican en la Avenida del Puerto, otro en la Plaza de España y, un tercero y último, en la Plaza del Mentidero.

Los trece buzones restantes se distribuyen a lo largo de Puertatierra, siendo la zona de La Laguna y Loreto los espacios de la ciudad con más cantidad de buzones cerca, y la Barriada de La Paz, la zona de Cádiz que tendría más complicado echar una carta, si no fuera por la oficina de Correos instalada en el centro comercial Bahía de Cádiz.

El mantenimiento de los buzones no es tan costoso como el de las cabinas, tanto que se calculaba en 2013 que a las operadoras de telecomunicaciones les salían caras las cabinas, tanto como 1,2 millones de euros al año.

En cuanto a las cabinas, 51 de las 613 que aún sobreviven en la provincia se encuentran en la capital, y buena parte de ellas se ubican en el tramo entre el colegio San Felipe Neri y el hospital Puerta del Mar. De las 562 cabinas restantes, en Jerez hay unas 60, mientras que en El Puerto de Santa María hay en torno a 26 cabinas telefónicas, según datos estimativos que recoge la página web www.cabitel.es.

Se estima que se están perdiendo a un ritmo más o menos de un 10% al año, aunque no hay que olvidar que la ley sigue obligando a instalar un teléfono público por cada 3.000 habitantes, extremo que sigue cumpliéndose a pesar de la escasa presencia de cabinas en las calles de la provincia.

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