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El pollo es uno de esos alimentos socorridos que nos ayudan a preparar un almuerzo o cena en cuestión de minutos. Por lo que, cuando no tenemos un menú pensado, podemos cocinar unas pechugas y acompañarlas con, por ejemplo, arroz, patatas fritas o una ensalada, para disfrutar así de una comida exquisita.
Aunque la pechuga de pollo presenta un pequeño 'contra' y es la facilidad con la que pueden quedar resecas. La teoría para cocinarla es bien sencilla, aunque en la práctica unos segundos de más podrían hacer que, al sacarlas de la sartén y emplatarlas, no se encuentren en el punto de jugosidad deseado.
Es conveniente, por lo tanto, seguir las claves que marcan desde la revista MiCasa, para que cuando cocinemos unas pechugas no queden resecas. Estas nos ayudan a conocer cuándo es el momento exacto en el que debemos dejar de cocinarlas.
Si contamos con un termómetro tan solo tenemos que medir la temperatura interna de nuestra pechuga. Si esta es de 70 grados, ya deberíamos sacarla de la sartén y emplatarla para consumirla. Aunque puede que nuestra cocina no cuente con uno de ellos, por lo que deberemos seguir otros métodos.
Uno de ellos sería introducir en la zona más gruesa de la carne una brocheta de metal. Después de dejarla en el interior de la pechuga durante unos segundos, la sacamos y tocamos con ella la zona interior de nuestra muñeca. Si, del calor, no podemos mantenerla en nuestro cuerpo, seguramente debamos retirar la comida del fuego.
Aunque para cerciorarnos deberíamos, con una espumadera, apretar en el agujero que hemos creado con la brocheta, para comprobar que el jugo que suelta la carne no es rosado, sino claro. Si lo es, deberíamos esperar unos minutos para repetir el proceso y confirmar que la carne está en su punto.
Aunque el método más sencillo consiste en cortar la pechuga por la mitad y comprobar que esta, en su interior, no presenta un color rosado. Si, como indican desde la revista MiCasa, las "fibras están opacas", nuestra carne ya estaría cocinada.
Como señalan desde la revista citada, para cocinar la pechuga en la sartén deberemos añadir algo de aceite o mantequilla y añadir el filete. El tiempo total que debe estar cocinándose es entre 16 y 20 minutos, pues debe estar entre 8 y 10 por cada lado. El fuego utilizado debe ser de intensidad media.
Además, también indican que no debemos mover el filete mientras se cocina, pues podría pegarse.
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