Lola, el fútbol y el xerecismo
Cien años de Lola Flores
El deporte del balompié también tuvo su hueco en la vida de La Faraona, con idilios con jugadores y llenando estadios vestida de corto
Lola Flores, todo un monumento
En unos días en los que Lola Flores ha vuelto a la actualidad (ayer se cumplieron 100 años de su nacimiento), el fútbol de Jerez no ha querido pasar por alto esta efeméride. Si hace unos días el Xerez DFC eligió la imagen de La Faraona para el diseño de su tercera equipación, como homenaje a este centenario, ayer el Xerez CD quiso recordar su vinculación con la artista.
Fue concretamente en 1953, durante un partido que los xerecistas disputaron en el antiguo Estadio Domecq frente al Real Mallorca, y que curiosamente, venció por un rotundo 3-0 con goles de Perera, Redolat y Cortés.
Lola Flores fue madrina de dicho encuentro, en la que el club la nombró socia de honor y realizó el pertinente saque antes del partido.
No ha sido pues la primera vez que la artista jerezana se ha acercado de lleno al mundo del balompié, pues su vida estuvo plagada de anécdotas y detalles en este ámbito.
De esa relación fueron especialmente sonados sus affaires con futbolistas de la época, primero con el central del FC Barcelona Gustavo Biosca, y posteriormente con el centrocampista vallisoletano Gerardo Coque.
Con el primero, sus coqueteos quedaron en encuentros a escondidas en hoteles, pero no llegaron a más. Fue más llamativo el del segundo, que llegó a abandonar la práctica del fútbol tras enamorarse perdidamente de la artista.
Coque Benavente había fichado por el Atlético de Madrid en agosto de 1953, equipo que pagó por él al Valladolid un millón de pesetas, convirtiéndose entonces en el traspaso más caro del fútbol español. Sin embargo, tras conocer a Lola comenzó a ausentarse de los entrenamientos hasta el punto de marcharse en diciembre de 1954 con ella a una gira a América, insertado en su compañía como productor.
Coque, de 25 años, lo dejó todo y Lola incluso tuvo que abonar al Atlético de Madrid 50.000 pesetas, según recogen los periódicos de la época, para que el club no lo denunciara por incumplimiento de contrato.
De hecho, en una entrevista concedida por la artista al periódico Diario Ayer de Jerez en 1956 y firmada por Falcón, que coincide con la visita de Lola a su ciudad natal durante el verano, se puede leer que entre las personas que la acompañan está el jugador.
Sin embargo, Lola se cansó de él, al enamorarse perdidamente de Antonio González ‘El Pescailla’, por lo que Coque, tras perder sus mejores años como futbolista. Jugó en el Granada, Valladolid, Racing de Santander y Cultural Leonesa, pero ya nunca fue aquel prometedor futbolista.
Otro de los acercamientos al fútbol más llamativos sucedió en la década de los 70, concretamente en 1971. En una sociedad marcada por el machismo, Lola se convirtió en protagonista, casi sin pensarlo, de lo que años después sería el nacimiento real del fútbol femenino en España.
El antiguo campo de Vallecas acogió, durante la época navideña, un encuentro a beneficio de las guarderías del Patronato de Nuestra Señora del Carmen, y que fue organizado por el presidente del Rayo Vallecano, Pedro Roiz. El partido enfrentaría a ‘Las folclócicas’ y a ‘Las finolis’, y sirvió para llenar el estadio, repleto de curiosos por ver pantalón corto a las artistas y famosas más importantes de la época.
‘Las folclóricas’, lideradas por Lola Flores, y donde también jugaban otras artistas como Cuqui Fierro; Carmen Martínez, Cloti Martínez, Gracia Montes; Eulalia del Pino, Marujita Díaz; Carmen Blasco, Rosa Morena, Carmen Flores, Esperanza Fierro, Luisa Mendiola, María Jiménez, Carmen Montiel y Rocío Jurado, vestieron con la elástica del Real Betis, mientras que por parte de ‘Las finolis’, ataviadas con la camiseta del Rayo Vallecano, jugaron Maruchi González, Encarnita Polo, Mara Lasso, Gisia Paradís, Luciana Wolf, Paloma Cela, Rosa Fontana o Gloria Cámara.
El partido acabaría 1-1 con el arbitraje de Junior y Juan Luis Galiardo y con el actor Manolo Gómez Bur haciendo las veces de masajista.
Unos años más tarde, Lola aportaría también su granito de arena al Mundial de 1982 celebrado en España. Para ello, grabó un single, con letra propia y música de Luis Cobos, en el que hacía su propio once de la selección con artistas de la época. Carmen Flores, Rocío Durcal, Norma Duval, Rocío Jurado, Paquita Rico, Maruja Díaz, Sara Montiel, Carmen Sevilla, Florinda Chico, Lina Morgan, Manuela Vargas, Juanita Reina o La Polaca componían una selección, cuyo trasfondo copó durante varias semanas las portadas de la prensa rosa, toda vez que Lola había dejado fuera del once a Isabel Pantoja, quien por aquel entonces ‘había robado el novio a su hija mayor’.
El fútbol le tocó de lleno en su propia familia, ya que su hermana pequeña, Carmen, se casó con el futbolista Isidro Sánchez García-Figueras, criado en Jerez y con el que tuvo cuatro hijos, uno de ellos el también futbolista y ahora entrenador, Quique Sánchez Flores.
Su vinculación al deporte del balón también lo apreciamos en uno de los cuadros que encontramos en el Museo del Athletic Club de Bilbao. Su afición por la pintura la cultivó durante a finales de los ochenta, cuando, para hacer frente a sus deudas con Hacienda, realizó diferentes cuadros e incluso alguna que otra exposición en ciudades como Madrid o Barcelona.
Uno de ellos se puede contemplar en el citado museo del club bilbaíno y lo conforma un equipo femenino del Athletic. Sin saber realmente qué motivó a La Faraona a llevarlo a cabo o cuál era su vinculación real con este club, la realidad o así lo consideran muchos, es que Lola demostró una vez más su espíritu visionario, adelantándose a la sección actual de fútbol femenino con la que cuenta el equipo.
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