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¿Y ahora qué, Márquez?

Motociclismo | Gran Premio de Japón

Si con sólo 25 años tiene ya siete títulos mundiales y el mayor talento conocido en la historia del motociclismo, el techo real del pentacampeón de MotoGP es una incógnita

Marc Márquez ha dado un recital durante todo el Campeonato del Mundo 2018 que ha tenido su cénit en Japón. / Repsol Media

Para los genios no hay límites. Por muy alto que llegan, más arriba pueden ascender. Si con sólo 25 años Marc Márquez tiene ya siete títulos mundiales siete títulos mundiales y un talento que muchos reconocemos como el mayor en la historia del motociclismo, el techo real del pentacampeón de MotoGP se antoja toda una incógnita. No hay quien le frene. Lo suyo es destrozar récords y, avalado por su genial precocidad, va lanzado a la cima de las 15 coronas escaladas por el mito italiano Giacomo Agostini, que alcanzó con tres años más de edad que Marc su quinto título de la categoría reina (sumó ocho en 500cc, más otros siete en 350cc). Es decir, al meteórico piloto español le restan nueve cumbres para ser el más laureado de todos los tiempos. Y en esa ascensión está.

Cuenta Márquez que siendo niño fue un día al campo en bicicleta, acompañado de su hermano y su abuelo. Como buen aventurero se metió en un maizal y no sabía cómo salir de allí. “Me puse a chillar y mi abuelo, por la voz, me iba guiando”. Con la bici colgada al hombro logró escapar del atolladero de mazorcas gigantes. Puede que a partir de esa dura experiencia el genial piloto de Cervera comenzase a agudizar su sentido de la orientación, habiendo alcanzado tal grado de pericia que año tras año es el primero que encuentra la meta en la competitiva y larga carrera del Mundial, llena de obstáculos y riesgos. Así acaba de hacerlo este 2018 por tercera vez consecutiva en MotoGP, exhibiendo tal nivel de superioridad que todo el mundo le pregunta: ¿Y ahora qué, Márquez? ¿Cuál será tu próxima proeza?

Las estadísticas de Marc son tan demoledoras como su propio estilo de pilotaje, fiel reflejo de una inteligencia descomunal e infinita capacidad estratégica; él va por delante de los acontecimientos. Su máximo rival en estos últimos años, Andrea Dovizioso (Ducati), lo ha dado por imposible, pues a falta de tres grandes premios para el final de esta temporada, el formidable motociclista catalán acaba de conseguir, con victoria incluida, su quinta corona en la cilindrada reina (idénticas a Doohan), que une a las que ya poseía en 125cc y Moto2, ocupando con sus siete títulos el quinto puesto en el ranking de pilotos con mayor número de triunfos en el Mundial, empatado con Surtees y Read. Gracias a ese abultado palmarés, Márquez está ya a tres títulos de superar los nueve conseguidos por Rossi, Ubbiali y Hailwood; a siete de rebasar a Nieto (12+1) y le quedaría algo más lejos Agostini con sus 15 títulos mundiales. “Marc Márquez es tan joven que si sigue adelante, igual podría llegar”, ha declarado el astro italiano, añadiendo con ironía: “Tal vez un día tenga que ponerme el casco y volver a correr”.

Márquez lleva seis años en la máxima cilindrada del Mundial y, desde entonces, sólo se le escapado el título de la temporada 2015. Con sólo 20 años de edad ya había logrado ser el campeón más joven de todos los tiempos en la categoría reina, tras superar en 2013 a FreddieSpencer, que lo había conseguido en 1983 con 21 primaveras. Después se convirtió en el bicampeón más precoz de MotoGP con 21 años (2014), anotándose además en aquella edición la proeza de diez victorias consecutivas. Y ahí no acaba todo, pues en 2016 prosiguió con su racha imparable al erigirse en el tricampeón de MotoGP de menor edad (23), todo un hito que ha seguido reeditando en 2017 y 2018 hasta alcanzar las cinco coronas en el tiempo meteórico de sólo seis años.

En total, Marc acumula ya 69 victorias en grandes premios de las tres categorías en las que ha competido, habiendo logrado el récord de precocidad en número de ‘pole positions’, con un total de 78 y teniendo también el honor de ser el más joven en número de podios alcanzados (115), además de 60 vueltas rápidas en carrera. Cifras de vértigo que superan con creces las del que será su compañero de equipo en 2019, Jorge Lorenzo, que en 10 años en MotoGP ‘sólo’ ha conquistado tres títulos.

Con independencia de sus récords y estadísticas de infarto, Marc Márquez despierta también gran admiración por su actitud, madurez y, sobre todo, por la felicidad que pone a gala con esa sonrisa de oreja a oreja que le caracteriza. Otros mitos como Rossi aumentaron su fama por la forma, a veces circense, con que festejaban las victorias. Márquez no lo necesita, atrae a las masas por el festival y sorpresas que pone en práctica durante las carreras, evitando caídas o sobreponiéndose a una Honda que no siempre está a su altura. Nunca da nada por perdido, ni aunque esté obligado a remontadas imposibles. Pone los vellos de punta y no precisa números de circo.

De hecho, Rossi ha intentado minar la moral del piloto español con una batalla psicológica que, lejos de darle resultados, le están restando méritos. Aún así, el nueve veces campeón mundial, que se retirará en 2020 con 41 años, debe rendirse a la evidencia: “Creo que Márquez podrá batir mis récords, pero no me preocupa, yo solo tengo que considerar mi propia carrera y ha sido genial”. Marc, por su parte, tiene claro el camino: “No quiero ponerme como objetivo un número de títulos mundiales, para que no se conviertan en una obsesión. Porque a base de obsesionarse no se consiguen las cosas, se logran con motivación”.

Genuino donde los haya, Marc Márquez improvisa sobre su moto bailes modernos de discoteca con los que celebra las victorias. También se inventa letras para las canciones de éxito que le agradan y no perdona ir al Karaoke de Tokio siempre que gana un título en Japón, cantando el “we are the champions” que se sabe de memoria. Marc lleva la voz cantante del motociclismo como si fuese la mayor estrella del ‘rock and roll’ y, tras este quinto título de MotoGP, que une a los de 125 y Moto2, sólo queda preguntarse: ¿Hasta dónde será capaz de ampliar su repertorio?

(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue editor jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como jefe de prensa del Circuito de Jerez.

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