"He soñado que levanto un gran trofeo, ¿por qué no?"
Pablo Llamas | Tenista jerezano
El campeón de la Orange Bowl, Mundial oficioso sub-16, dice que "valores como el respeto, la humildad y el trabajo son necesarios para conseguir los objetivos"
Pablo Llamas, reciente ganador de la Orange Bowl -torneo considerado como el Mundial oficioso de tenis sub-16- ha pasado un par de días en Jerez antes de partir hacia Jávea para comenzar a preparar la pretemporada 2019 en la Academia de Tenis de David Ferrer. El tenista jerezano, ganador tanto del cuadro individual como de dobles formando pareja con el malagueño Ángel Guerrero, tiene como objetivo conseguir los puntos que le permitan participar en 2019 en Roland Garros y Wimbledon.
–Defíname en una palabra el 2018.
–Brutal.
–¿Cómo ha sido la experiencia en Cayo Vizcaíno?
–Muy bonita. Difícil de olvidar. Es la segunda vez que voy a Estados Unidos. En la primera no pude visitar muchos sitios. Ahora en Miami sí he podido ver, lugares muy ‘guapos’, unas playas muy bonitas. He podido participar en la Orange Bowl gracias al Máster de Jóvenes Promesas (que organiza el diario deportivo Marca), y estoy muy agradecido a Luis Mediero, que me ha acompañado durante todo el torneo, a Toni Colón y a Ángel Guerrero, mi compañero de dobles. Han sido mis referentes en este torneo. Gracias a ellos he podido conseguir estos dos triunfos.
–Cuénteme un poco la preparación del campeonato.
–Para empezar, la pista allí era tierra verde, pista superdiferente a las de España, más rápida. Te tienes que meter a por la bola de diferente manera, salirte de otra, sacar de una forma distinta. Es una pista rara. Fuimos con cuatro días de antelación para prepararme bien y durante el primer partido me acuerdo muy bien que me costó muchísimo adaptarme a la bola, cómo jugar. No fue un partido muy bueno pero lo resolví 6-1 y 6-2.
–Y a partir de ahí...
–Para el segundo partido entrené muy bien, el rival era durillo, pero jugué con orden y acabamos 6-3 y 6-3. En el tercer partido hacía mucho viento por la mañana, el clima era muy raro y me costó muchísimo entrar en juego. 6-4 y 6-0, los primeros juegos muy mal, la verdad. Mi rival jugaba bastante bien y yo entré despistado en la pista y me costó. El 6-4 fue sufriendo bastante. Luego fue más fácil.
–En cuartos y en semifinales tocó remontar.
–Sí. El rival de cuartos era chino nacionalizado inglés. Empezó muy fuerte y yo jugando bien, pero sacaba muy bien y me rompió el saque. Me ganó el set y me dije “o achucho en los primeros juegos del segundo set o se te va el partido”. Conseguí romperle el servicio en su segundo juego y a partir de ahí me centré en no perder mi saque aunque con 5-1 a favor se llegó a poner 5-3 y con bola para 5-4. Al final lo conseguí sacar y el tercer set fue clave empezar fuerte, él pinchó de físico y gané el partido. En semifinales jugué muy muy bien contra el cabeza de serie número dos. Empecé muy bien, en el primer set iba 5-2 y 40-15 para mí pero me remontó, me ganó el set 7-5 y se puso 2-0 en el segundo. Me hizo siete juegos seguidos. Brutal. Me metió una paliza y eso que yo seguía jugando bien. Ahí pensé “qué hago”. Gracias a Dios, la cabeza la tengo superasentada y al final 6-2 y 6-1 y a la final.
–Contra el cabeza de serie número 1, el gran favorito.
–Empezamos los dos mal, con muchos nervios. Lógico por ser la final. Se puso 3-1, pero remonté 4-3, 5-4 y rompiéndole el saque gané el set 6-4. En el segundo, cada uno ganando su saque con el cuatro iguales, me puse 5-4 y bola de partido, pero hice una cosa que no debería haber hecho: con ventaja para mí y él con su segundo saque no me puedo jugar un resto paralelo sin sentido. Quise acabar a lo grande en lugar de meterla dentro, porque a él la mano le estaba temblando. Al final se acabó llevando el set.
–¿Y qué piensa en ese momento? Le dio vida al rival.
–Le di medio set.
–¿Se piensa que le ha ganado el set o que se lo ha regalado?
–Las dos cosas.
–Pero, ¿en ese momento crucial del partido le da muchas vueltas a esa situación, a ese fallo?
–No. Eso es lo peor. Lo que nunca se debe hacer. Has perdido el punto. Ya está. Olvídalo. Al final del partido recapacitas y tu entrenador te dará la charla. De chico me pasaba. Perdía un punto importante, le daba vueltas y cuando me quería dar cuenta ya llevaba varios juegos perdidos por darle vueltas a aquella jugada. Como hagas eso en mitad de un partido, se te va.
–...
–El tercer set lo empecé ganando 4-1, remontó hasta el 4-3 así (hace un chasquido con los dedos) porque yo me despisto mucho. Creo que es el mayor fallo que tengo. 4-3 y al resto, le rompí el saque tras varias ventajas en una bola que no sé ni cómo llegué. Con el 5-3 pensé que ya no se me podía escapar. Pero se puso 15-40 y dije, ojú. Me concentré. 'Ace', 30-40. Luego, 40 iguales. Estaba a dos puntos. Saqué a la 't', me la dejó corta y punto ganado. Ventaja. Me fui a la toalla diciéndome “no pienses que es punto de partido, saca normal, no mires ni a la grada ni a tu entrenador. Concéntrate. 'Ace'. Y la felicidad absoluta. Brutal.
–¿Le ha dado tiempo ya a asimilarlo? Campeón del mundo.
–Sí. Imagínate. Además, el día anterior ganamos el dobles. No sé si habrá muchas personas que hayan ganado individual y dobles el mismo año. Pero bueno, a seguir trabajando, mantener los pies en la tierra, que es lo importante y a tope para 2019.
–Inscribe su nombre junto al de tenistas como Borg, McEnroe, Lendl, Federer...
–Es lo que siempre digo, si ellos lo han logrado por qué yo no. Pero tengo claro que si ellos lo han conseguido es a base de trabajo, sacrificio, respeto, humildad... Todos esos valores que yo voy a intentar mantener para un futuro. Son valores que tengo porque es los que me han enseñado mis padres.
–¿Y quién le mantiene con los pies en el suelo? ¿Quién le dice “has ganado la Orange Bowl” pero...?
–Mis padres. Nada más bajar del avión. “Eh, que sí, que has ganado esto, pero que es un trofeito más, un título más. Un Mundial, sí. ¿Y qué? Esto no te sirve para seguir”. A lo mejor sí para contratos, patrocinadores... Pero hay que tomárselo como un pasito más para llegar arriba. Mis padres y mis entrenadores, sobre todo. Esto es el fruto del trabajo que he realizado durante todo el año, sin sacrificio no se llega.
–¿Cómo es su juego? ¿Cómo se desempeña en la pista?
–Juego en función del rival. Creo que es lo mejor que tengo, creo yo. Me amoldo al juego del rival. Depende de lo que haga, así hago yo para molestarle. Yo tengo un esquema, jugar con ritmo, con peso aunque no le pego muy fuerte a la bola. Tengo mucha mano, saco bien y tengo buenos golpes, pero no es que diga “voy a acabar con la derecha porque tenga un derechón”. No. Yo voy trabajando el punto y lo intento acabar. Si al rival le molesta que le juegue por arriba, le juego así; si le molesta que le pegue, le pego; si no le gusta que abra ángulos, los abro. Gracias a Dios puedo hacer todos los golpes del tenis.
–Salvando las distancias, si hubiera que asemejar su juego con algún tenista famoso ¿cuál sería?
–Me identifico mucho con Federer: tranquilo en la pista, con su calma y su pausa; Nadal por ejemplo es un toro bravo en la pista, ¡bum bum!
–Y después de un 2018 triunfal, ¿cuáles son los objetivos 2019?
–El día 14 me voy a la República Checa para jugar un ITF sub-18 Grado 1. En teoría hay mucho nivel allí y yo seré el novato. Luego me iré a Túnez a jugar dos torneos más. A intentar hacerlo lo mejor posible en este torneo porque si lo hago bastante bien me puedo meter a jugar grand slam sub-18 en Roland Garros o Wimbledon. Sería lo máximo. Es el objetivo, meternos ahí. Si no lo consigo este año, que ojalá que sí, tendría también el año que viene, ya que me quedan dos años para los 18 años.
–¿Y lo ve factible?
–Yo confío mucho en mí y mis entrenadores, familia y amigos también confían en mí. ¿Por qué no? Voy a intentar hacerlo posible.
–¿Ha soñado alguna vez con levantar un trofeo de los grandes?
–Sssssssí. Lo he soñado. Estar ahí levantando un trofeo y viéndome millones de personas. Y yo creo que lo puedo conseguir pero, como he dicho antes, hay que trabajar mucho y no desconectar, que me siga gustando el tenis tanto como ahora y a tope a intentarlo.
–¿Cómo es un día suyo en Jávea?
–Ahora en pretemporada me levanto a las seis y media de la mañana; a las siete y media llego al club; siete y cuarenta y cinco hasta las diez entrenamiento físico; de diez a doce y cuarto tenis; luego, descanso para comer y a las dos y cuarto, otra sesión de tenis hasta las cuatro; y de cuatro a cinco, físico. A partir de las cinco, libre.
–¿Los estudios?
–Me ha resultado difícil compaginar y ahora como voy a viajar mucho es complicado. He terminado la ESO y ahora en enero voy a entrar en una academia para aprender idiomas.
–¿Y cómo ha llevado este año viviendo solo, sin familiares cerca en Jávea? Al fin y al cabo es un chaval de 16 años.
–Al principio me costó un montón, echaba mucho de menos todo. Hasta los 15 años he estado siempre con mi familia, mis amigos, todos los días y ahora de repente no ves a nadie y estaba en un sitio en el que no conocía a nadie. Quieras o no me afectó, pero uno se acostumbra a todo, he hecho nuevos amigos y la confianza con ellos y con los entrenadores, Javier Ferrer, Javier Martí e Israel Vior, es total. Son los que más trabajan conmigo y los que me llevan a los torneos y los entrenamientos.
–¿Acude David Ferrer con asiduidad a la Academia?
–Sí. Antes de ir a la Orange Bowl entrené con él dos días. Se preocupa por nosotros. He entrenado cuatro veces con él y me ha dado buenos consejos. A lo mejor si tiro una bola paralela me dice que es cruzada y me explica las razones. Que un ex número 3 del mundo, que sabe muchísimo de esto, te ayude es para flipar.
–¿Confía en que ahora lleguen más patrocinadores?
–Sólo tengo a Head, que me proporciona el material deportivo: ropa, raquetas, zapatos. Sponsors para viajar no tengo y me lo tienen que costear mis padres. Por ahora, gracias a Dios, están tirando, pero en un futuro no creo que sea posible.
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