Piñero dirige la orquesta (3-0)
fútbol · tercera división
El Guadalcacín cuaja uno de sus mejores partidos en el Marchán, golea al San Roque y se queda a ocho puntos del descenso.
Ya está ahí la permanencia. A la vuelta de la esquina. El Guadalcacín acaricia la proeza de mantenerse en Tercera División por tercera temporada consecutiva. Ha sido -es- un trabajo arduo, de toda una campaña -a la que todavía restan cinco partidos-, pese a todos los inconvenientes que tiene que sortear un club humilde como el guadalcacileño, probablemente con el presupuesto más bajo de toda la categoría. Pero como a ilusión no les gana nadie, ahí están los 40 puntos en el casillero de los de Alberto Vázquez.
El triunfo de los guadalcacileños y la derrota del Antoniano frente a Los Barrios dejan a los de Alberto Vázquez con ocho puntos de ventaja sobre los puestos de descenso a falta de 15 por disputarse.
Mucho han cambiado las cosas desde que ambos equipos se vieran en la primera vuelta. Por entonces, en el San Roque debutaba Sevi endosándole un 4-1 al Guadalcacín, que se colocaba con aquella derrota en la última posición. Una vuelta después, los jerezanos han sumado 32 puntos mientras que los sanroqueños, que no ganan fuera de su estadio desde febrero de 2016, sólo once.
El Guadalcacín afrontaba una final y el San Roque, sus últimas opciones para seguir soñando con la permanencia. Mientras los jerezanos son la cara de la moneda, a los campogibraltareños les tocó la cruz y tras el 3-0 de ayer pusieron pie y medio en la División de Honor. Los Copi, Mario, Dani Hoyos o Ledesma fueron una sombra mientras que en el equipo de casa todos rayaron a grandísima altura, un triunfo coral en el que sobresalieron dos nombres, Piñero y Rodri.
El Guadalcacín no acusó las importantes bajas de Adrián Martín o Juan Laynez y salvo unos primeros minutos algo dubitativos, dominó a un San Roque que en cuanto recibió el primer gol bajó los brazos y se entregó a su suerte.
Si algo tiene el Guadalcacín es a una plantilla completamente centrada en el objetivo final. El técnico ha sabido sacar jugo a cada jugador y éstos responden cada vez que tienen oportunidad. Ayer, Rosales sustituyó a Laynez y no sólo fue un valladar en defensa sino que en ataque llevó muchísimo peligro con sus zambombazos de falta directa. Así llegó el tercero y se pudo hacer el primero.
Y eso que fue el San Roque el que comenzó el partido más templado, combinando bien en el centro del campo aunque sin la profundidad necesaria para poner en peligro la meta de Lebrón, prácticamente inédito durante todo el partido.
Pasados los primeros minutos, el Guada se fue asentando y pudo adelantarse a los ocho minutos tras un disparo de Rodri que alcanzó a desviar con la yema de los dedos Guille. El balón entraba pero el meta evitó el tanto enviando a córner aunque el colegiado no apreció el desvío.
Combinaba rápido el Guadalcacín buscando en las bandas a Rosillo y sobre todo a Chiqui, muy activo durante los primeros minutos. El habilidoso extremo pidió penalti en una acción en la que fue arrollado pero que Santizo Álvarez no consideró punible. La ocasión más clara hasta entonces la tuvo instantes después Rodri. La jugada nació en una falta muy lejana que lanzó Rosales, el meta desvió como pudo y el rechace le cayó al centrocampista, que remató al palo con todo a favor. El 1-0 se veía venir y llegó en el 21’ en una acción a balón parado inocentemente defendida por los sanroqueños. Piñero sacó un saque de esquina, nadie del San Roque logró sacar el balón del área y Pablo, en el segundo palo, acertó a rematar a la derecha de Guille.
Si el San Roque hasta ese momento se había mantenido en el partido, a raíz del gol desapareció por completo. Fueron los mejores minutos del Guadalcacín. Piñero se puso el frac, tomó la batuta y comenzó a dirigir la orquesta guadalcacileña. En una contra conducida por el mediapunta nació el segundo tanto. Llevó cosido el balón al pie, cruzó la línea del centro del campo y metió entre los centrales a Juan Rosillo. El punta llegó justo antes que el portero, marcando su décimo gol de la temporada y el 2-0 que daba tranquilidad a los suyos. En pleno vendaval local, llegaba el tercero cinco minutos antes del descanso. De nuevo Rosales cogió el fusil, armó la pierna y lanzó a puerta. Rodri, absolutamente solo, pasaba por allí para desviar lo justo y llevar el 3-0 al electrónico y, de paso, sentenciar el partido.
El partido bajó varios enteros en la reanudación. El Guadalcacín bajó el pistón aunque se le siguieron presentando ocasiones mientras que en el San Roque, Pineda hizo debutar al juvenil Jaime, quizá la única buena noticia para un club que la próxima temporada militarán en la División de Honor.
Alberto Vázquez también movió el banquillo y en la segunda mitad dio entrada a Cristian, Rober y David. Este último tuvo quince minutos para ir cogiendo ritmo después de que una lesión le haya tenido fuera de los terrenos de juego durante varias semanas.
Antes de ser sustituido, Fran Jiménez tuvo una clara ocasión para hacer el cuarto de la mañana. El punta de Medina Sidonia, tras recibir un gran pase de Piñero, enfrentó la portería de Guille, un defensa le dio alcance pero pudo revolverse con un gran movimiento de delantero centro. Su disparo salió centrado y Guille despejó como pudo.
El San Roque sólo apareció mediada la segunda parte con un lanzamiento lejano de Mario que se fue junto al palo derecho de Lebrón.
En los minutos finales, Cristian pudo estrenar su casillero de goles en Tercera pero primero remató por encima del larguero un buen servicio servido por Joselito y posteriormente, tras otra gran jugada del lateral izquierdo -incansable durante todo el partido- lanzó flojo a las manos de Guille.
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