Pionero, entrenador, jugador y presidente

Thomás Spencer Reiman, introductor del fútbol en Jerez, nació en un antiguo barco carbonero fondeado en la bahía de Gibraltar el 1 de julio de 1885.

Su padre era Thomas Jackson Spencer, capitán de la marina inglesa, quien fue destinado a Gibraltar como inspector del puerto gibraltareño en 1884, y su madre era Ernestina Augusta Reimann, norteamericana de origen alemán.

Thomas Spencer, que tenía conocimientos de español por haber vivido durante varios años en Gibraltar, solicitó un puesto de oficinista en las bodegas Williams & Humbert en mayo de 1907, siendo el encargado de todo lo relacionado con el embarque de vinos.

Cuando llegó a Jerez, buscó algún club ligado al deporte de la regata, disciplina de la que era un entusiasta, pero no lo encontró. Así que en los siguientes años consiguió implicar a varios nativos y compatriotas para crear un club de fútbol. El proyecto culminó en 1911 con la presentación del Jerez Football Club, en un partido contra el Cádiz FC, dentro de los actos de la Feria de primavera de nuestra ciudad. Spencer seria el alma del Jerez FC, pues además de destacado futbolista fue el entrenador y presidente.

Tanto prestigio tuvo Thomas Spencer para el balompié de la zona que varios equipos le pidieron que jugara con ellos o que fuera árbitro en numerosos partidos de fútbol. Incluso el primer futbolista que fue internacional absoluto del Sevilla FC, Enrique Gómez Muñoz, se apodó futbolísticamente Spencer, en homenaje a nuestro personaje.

Thomas Spencer se casó con Minnie Alberta Spinks el 29 de junio de 1914, en Suffolk (Inglaterra), teniendo el matrimonio un total de seis hijos: Diana, Mollie, Thomas, Sylvia, Josephine y Elizabeth Spinks Spencer.

En 1920, cuando fue ascendido a Gerente General de Williams & Humbert, también fue nombrado procónsul británico, lo que le obligó a viajar constantemente a Londres a las oficinas que tenía allí la firma bodeguera, así como a viajar por toda España promocionando las ventas de Dry Sack y otras marcas.

Sir Thomas Spencer, además de practicar el fútbol o las regatas, fue también un apasionado de la caza y la pesca. Su amor por el mar le llevó a veranear cada año en Chipiona, donde falleció de un infarto el 12 de agosto de 1944, siendo trasladado al antiguo cementerio de nuestra ciudad. Sus restos reposan en la zona protestante del actual cementerio de Jerez.