De Sanlúcar a Manchester

El sanluqueño Nolito, futbolista callejero, busca triunfar en la Premier con Guardiola

Nolito, en el Etihad Stadium durante su presentación oficial como futbolista del Manchester City.
Nolito, en el Etihad Stadium durante su presentación oficial como futbolista del Manchester City.
D. Moldes (Efe) Vigo

04 de julio 2016 - 05:02

El internacional español Manuel Agudo Durán Nolito (Sanlúcar de Barrameda, 15/10/1986) iniciará esta temporada un nuevo desafío en la Premier League, en donde buscará triunfar con el fútbol callejero que le llevó a destacar en Primera División, así como a cumplir su sueño de jugar una Eurocopa con la selección española.

Se marcha al Manchester City, donde se reencontrará con Pep Guardiola, el técnico que le hizo debutar con el Barça, convertido en el traspaso más caro en la historia del Celta de Vigo, después de que los ingleses pagasen los 18 millones de euros de su cláusula, una cantidad superior a la que en su día pagó el Real Madrid por Míchel Salgado y Claude Makelelé.

En estos tiempos de un fútbol más físico y táctico, Nolito mantiene esa alegría de jugador callejero con la que despuntó en el Atlético Sanluqueño y aterrizó en las categorías inferiores del Barcelona, tras su paso por el filial del Valencia y el Écija, donde se hizo famoso con su gol al Real Madrid en la Copa del Rey.

Su vida no ha sido nada fácil. Criado por sus abuelos, a los que considera sus verdaderos padres, Nolito se curtió en el Algaida, del que pasó al Sanluqueño, donde exhibía su descomunal talento a la vez que trabajaba para ayudar económicamente a su familia.

Manuel Moscosio lo reclutó para los benjamines del Algaida y luego se lo llevó al Atlético Sanluqueño, donde le pulió en la época infantil, y a los 15 años Carlos Ríos le hizo debutar en Tercera División en el primer equipo verdiblanco. El estreno fue espectacular: golazo marca de la casa. El desparpajo dentro del campo y los regates a contrarios que algunos le doblaban en edad pronto llamó la atención y con 16 años cruzó la península para reforzar al Valencia Mestalla, pero sin el cariño familiar apenas aguantó un par de años en tierras levantinas. Regresó al Sanluqueño, y de ahí dio el salto al Écija para probarse en Segunda División B.

Su desparpajo, su tremenda calidad individual, lo convierten en un futbolista distinto. Maduró dos años en la categoría de bronce y en 2008 recibió la llamada con la que siempre soñó; él y su abuelo Manuel, al que dedica cada uno de los goles que marca, el que le inculcó valores como el esfuerzo y el compromiso, el que le convenció para alejarse de la barriada y centrarse en el fútbol.

Reforzó al filial azulgrana, donde coincidió con Luis Enrique, el técnico que le animó a cuidar la alimentación -"con él dejé de comer bocadillos, aprendí la importancia de cuidarse"- , y tuvo que esperar hasta octubre de 2010 para debutar con el primer equipo, dirigido por Pep Guardiola, quien ahora le convenció personalmente para que le acompañara en su aventura en la fría Manchester.

Sin sitio en el primer equipo del Barca, y camino de los 25 años, Nolito optó por hacer de nuevo las maletas. Escogió al Benfica, donde vivió una montaña rusa, sobre todo por sus desencuentros con el técnico Jorge Jesús. "No confiaba mucho en mí", recuerda habitualmente el atacante sanluqueño.

Se marchó cedido al Granada, donde volvió a mostrar sus virtudes, y el empeño de Luis Enrique en contratarlo obligó al Celta a rascarse el bolsillo. Sus inicios en Balaídos no fueron fáciles, pero la confianza del técnico asturiano resultó decisiva en su explosión. Su segunda vuelta como celeste fue espectacular, convirtiéndose en pieza clave en la consecución de la permanencia.

Berizzo sustituyó a Luis Enrique en el banquillo celeste ese verano, y con el entrenador argentino continuó su progresión. Ganó riqueza táctica y se implicó más en labores defensivas, lo que no impidió que mantuviese su relación con el gol.

El 7 de noviembre de 2014 recibió la primera llamada del seleccionador español, Vicente del Bosque, y once días después cumplió su sueño de vestir la camiseta roja. Lo hizo ante Alemania, precisamente en Balaídos.

A partir de ahí, los rumores sobre su salida del Celta fueron continuos. El verano pasado sonó con fuerza para el Everton, Atlético de Madrid y Valencia; en enero de este mes para el Barcelona. Su vuelta al Camp Nou estuvo muy cerca, pero la imposibilidad del club azulgrana de pagar su cláusula de rescisión -18 millones de euros- la frenó.

Era el gran deseo de Luis Enrique, pero su rendimiento con la selección, primero en los amistosos y después en los primeros partidos de la Eurocopa, animaron a Pep Guardiola a lanzarse a por él. Nolito prefería Barcelona al frío de Manchester, pero la llamada del técnico catalán lo cambió todo. Vivirá su primera aventura en la Premier, la segunda lejos de España.

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