Toda una vida dándole al pedal
Ciclismo
Manuel Domínguez, 'Lecherito', fue el primer ciclista profesional que tuvo Jerez allá por 1955 · Ahora preside el Club Ciclista Jerez, que este año estará en la Marcha Pedro Delgado que se celebra en agosto
No es nada raro encontrarse a Manuel Domínguez Doña 'Lecherito' por las carreteras cercanas a Jerez. Antiguo ciclista profesional, retomó la bicicleta "al día siguiente de jubilarme" en el año 2000. Sus piernas recorren una media de 12.000 kilómetros al año, seguramente más que los coches del común de los mortales. Ahora, con 75 años a punto de cumplir, se levanta a las seis de la mañana, tres días por semana, para salir a la carretera. Sólo la lluvia le hace quedarse en casa, "y no porque tema una caída sino porque luego hay que limpiar inmediatamente la bici y es un engorro". Genio y figura.
Manuel Domínguez habla con pasión del ciclismo y defiende a ultranza la profesión. Considera al ciclista el último eslabón de una cadena que se mueve al son de lo que dictan los intereses comerciales. ¿Dopaje? "Eso ya existía en mis tiempos. Nos daban una pastillita y a correr. El ciclista no es un drogadicto, es una víctima". La mayoría carece de estudios "porque lleva desde cadetes o juveniles compitiendo" y cuando dan el paso al profesionalismo se ven obligados a elegir. O te suplementas para seguir siendo competitivo o te vas a la calle. Esa es la cruda realidad. Nada mejor que la propia experiencia. "Mi hijo se proclamó campeón de España juvenil y luego pasó a profesionales. La suerte es que Manuel era buen estudiante y compaginaba la competición con Enfermería. Llegó un momento que le ofrecieron algo y él preguntó qué era. Se negó y lo degradaron a correr pruebas menores. Colombia, Venezuela... Decidió dejarlo. La Epo entró en España a través de Italia a principios de los 90. Algunos se retiraron justo antes de que empezaran a detectarla".
La vida de Manuel Domínguez no ha sido fácil. Se vio obligado a dejar su pasión por motivos familiares. Había que atender el negocio familiar. Antes probó fortuna en Madrid. "Corría como aficionado desde 1948 y recuerdo mi niñez siempre encima de la bici. Iba hasta Jédula en bicicleta a por leche y luego nos volvíamos mi hermano y yo con 80 litros cada uno para repartirlas por las casas". "Fui un buen sprinter. Cuando la carretera tiraba para arriba yo iba para abajo", bromea.
En 1955 pasa a profesionales y recorre Andalucía. "Entonces no había equipos, sino selecciones. Te tenías que buscar la vida, llegar al sitio de la carrera y luego buscarte algún lugar para dormir. Nada que ver con lo que pasa hoy en día". "Siempre me gustó más la pista y decido irme a Madrid. Me costó casi un año poder entrar en el grupo de elegidos para participar en los 6 días de Madrid, que se hacían en el velódromo que estaba al lado del Santiago Bernabéu. He corrido con Poblet, con Anquetil o con Timonel. En 1961 fui quinto y gané medio millón de pesetas".
Lecherito tuvo que abandonar la bicicleta para atender el negocio familiar: "Mi hermano se marchaba a Londres y yo no podía dejar a mis padres solos. Me hice cargo de la lechería y la bicicleta quedó aparcada 40 años". "Podía haber comido de la bicicleta y no es que me arrepienta porque ahora las cosas son distintas".
Quizá por eso, quiso que sus hijos fueran ciclistas. El mayor lo consiguió, aunque por poco tiempo: "Fue campeón de España juvenil de fondo en carretera en 1983. En 1989 se hizo profesional pero le salió un trabajo de lo que había estudiado y eso unido a que no pasaba por el aro le llevó a dejar el ciclismo. Ahora se ha comprado una bicicleta de 6.000 euros y sale conmigo".
A vueltas con el dopaje. "El ciclismo es una gran mentira por todo lo que hay montado a su alrededor. El director aprieta al ciclista porque la casa comercial quiere resultados sea como sea pero el ciclista es una víctima aunque sea cómplice". Derribar el tinglado es casi imposible. "Van un paso por delante. Cuando son capaces de detectar unas sustancias ya hay otras más avanzadas".
Lecherito disfruta ahora de una jubilación bien ganada. "Vendí el negocio en 2001 y a los tres días ya estaba montando en bici. Salgo cuatro días a la semana y me hago un mínimo de 70 kilómetros. Los sábados salimos mucha gente, nos juntamos unos 60 y hay unos piques que no veas. Me levanto a las cinco de la mañana, hago mis estiramientos, caliento, desayuno fuete y a la carretera. La mayoría de días solo; los sábados, acompañado. Soy presidente del Club Ciclista Jerez. Somos unos 70 socios. Este año no podremos organizar la Marcha Cicloturista porque el Ayuntamiento no tiene ni para ponernos una ambulancia. Es triste".
También tiene proyectos: "En mayo haremos la ruta Jerez-Sevilla-Jerez, la hacemos sin parar y la completamos en unas 7 horas. Y es agosto vamos a ir a la Prueba cicloturista de Pedro Delgado. Se sube Abantos, el Alto del León, la Morcuera...".
Y qué le pide a la vida. "Le pido poder disfrutar al menos diez años más. Ahora es cuando uno empieza a vivir. Quiero viajar con mi esposa y tenemos previsto ir al Giro, que aún no lo conozco". Que así sea.
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