El fortín del Guadalcacín

Con once puntos de ventaja sobre el ascenso a diez jornadas del final, el Guadalcacín está cerca de certificar la permanencia en categoría nacional por segunda temporada consecutiva, sin duda un hito para un equipo que puede ser el más modesto del grupo pero que está compitiendo como el más ambicioso.

La prueba es que el Guada está más cerca del quinto clasificado, el Arcos, al que tiene a seis puntos, que del descenso, al haber abierto brecha con Roteña, Conil y Balompédica Lebrijana.

Y tal y como su entrenador, Ismael Pérez, decía a principios de temporada, el club jerezano ha basado su fortaleza en el Antonio Fernández Marchán, un campo hasta la fecha vedado para los visitantes: el Guadalcacín es el único equipo del grupo que no ha perdido en casa, honor que comparte con el líder, el Córdoba B. Para los azules, el reto es mantener hasta final de temporada el fortín del Marchán, donde al Guadalcacín le quedan todavía seis partidos: tras el de mañana contra el Cabecense (12:00 horas), luego visitarán el campo guadalcacileño Coria, Gerena, Castilleja, Utrera y Arcos.

Los números del Guada en casa están siendo sobresalientes teniendo en cuenta el potencial de los jerezanos, que son los primeros de la clase en goles encajados como locales. En efecto, el equipo de Ismael es el que menos tantos ha concedido a los rivales de todo el grupo: el portero Lebrón solo ha sido batido siete veces en los catorce partidos jugados en el Fernández Marchán, clasificación en la que al Guadalcacín le siguen Córdoba B y Ceuta (10) y Sanluqueño, Coria y Arcos (11).

Además, el Guada nunca ha encajado más de un gol ante su afición: en los catorce partidos en casa, en siete Lebrón acabó con la portería a cero y en los otros siete encajó un gol. Estos números sin duda motivan a la vez que alertan a los rivales, lo que los azules vienen notando en sus últimos partidos en casa.