El Barcelona se lleva un canto al fútbol (3-2)
La crónica
Un gol del defensa francés le da el título al Barcelona en un vibrante partido en el que los dos equipos llegaron a estar por delante en el marcador
Pedri adelantó a los azulgranas, Mbappé y Tchouaméni remontaron y Ferran Torres y el lateral lograron el 3-2 definitivo
Los nombres propios de la final

Sevilla/El fútbol premió el partidazo de Jules Koundé para convertirlo en el francés decisivo en este Barcelona-Real Madrid que fue un canto al fútbol en todo lo que tiene que ver con la emoción y la intensidad. Cinco goles en una final de la Copa del Rey, multitud de alternativas en el marcador y todos los aficionados neutrales pudieron disfrutar de un espectáculo magnífico. Al final, ganó el principal favorito para hacerlo, pero pudo suceder cualquier cosa.
La pelota caminó por el alambre gracias al espíritu de lucha que siempre opone el Real Madrid, pero esos pequeños bajitos que defienden el escudo del Barcelona acabaron por decantar la balanza a su favor. La colección de jugones, los jóvenes de toque brillante y constante pelea para la recuperación, acabaron por subirse al trono en el espectacular Estadio de la Cartuja.
Fue necesaria una prórroga para ello, treinta minutos más, después de que ambos llegaran a estar por delante en el marcador. También, para que no le faltara ni siquiera un perejil a todo, hubo un penalti sobre la hora del tiempo reglamentario que era anulado después de haber sido sancionado por De Burgos Bengoechea. Y hasta Rüdiger y Lucas Vázquez, ya en el banquillo, eran expulsados en el instante final por volver a hacer el payaso en un ataque de furia incontrolada y de mal perder. Tenían que aparentar que el culpable era el árbitro, faltaría más.
Pero lo que ya nadie podrá variar es el resultado final y en los anales de la historia de la competición figurará que el campeón de la Copa del Rey 2024-25 es el Fútbol Club Barcelona gracias a un resultado final de 3-2.
Baño inicial de los azulgranas
La primera parte iba a ser un verdadero baño por parte del Barcelona en lo referente al fútbol, no tanto en lo que tiene con las oportunidades claras de gol, pues tampoco gozaron de tantas los azulgranas. Eso sí, monopolizaron la posesión del balón, tocaron de un lado para otro, lo recuperaron cuando lo perdían con celeridad e hicieron que el intento de Ancelotti de virar la táctica hacia un 1-4-2-3-1 para tratar de equilibrar al equipo fuera estéril.
Porque el Real Madrid se dedicaba a perseguir sombras durante la mayor parte del tiempo y perdía a un Dani Ceballos condenado a jugar por el sector izquierdo cuando sufre a la hora de tener que pegar carreras hacia delante y hacia detrás. El utrerano es un magnífico jugador cuando se desempeña a su ritmito y cuando está permanentemente en contacto con el balón. Para otras tareas es mucho mejor acudir a otros futbolistas.
Era el enésimo intento del entrenador italiano de buscar ese equilibrio en su equipo. Aprovechaba la ausencia de Mbappé para apelar a un sistema más coherente, con Fede Valverde y Tchouaméni de guardaespaldas de los centrocampistas y con Vinícius, teóricamente acompañado por Rodrygo, aunque con el paso de los minutos no sería así, casi de único delantero.
Todo lo contrario sucedía con ese gran Barcelona de Hansi Flick tan robotizado en sus movimientos bajo la premisa de la presión arriba y, sobre todo, de la calidad de sus jugones. Siempre con movilidad para casi todos, el dibujo era un 1-4-3-3 en el que Pedri era el encargado de desbaratarlo para crear superioridades en cualquier zona del campo. También Dani Olmo provocaba que hubiera un elemento más en la delantera cerca de Ferran Torres.
Cubarsí hace que se pase del 0-1 al 1-0
El problema para el Barcelona iba a ser que todo eso no se iba a traducir en ocasiones claras de gol. Al contrario de lo que suele ser habitual, las dificultades para sorprender a los madridistas por el medio y también por las bandas de Lamine Yamal y Raphinha hacían que apenas hubiera unos contra uno ante Courtois.
Tanto fue así que el gol que adelantó a los azulgranas se tuvo que producir con un disparo desde el borde del área. Fue curioso, pues en ese minuto 28 se pasó de un posible 0-1 al 1-0 gracias a la gran actuación de un defensa, concretamente Cubarsí. El joven central interceptó un pase con veneno real de Bellingham para Vinícius y en la contra Lamine Yamal iba a hacer, una vez más, lo que quería con Fran García, el sustituto del lesionado Mendy.
El extremo de la selección española fue, una vez más, la joya de la corona. A sus 18 añitos, en lugar de cegarse con el disparo ya dentro del área levantó la cabeza y se la puso de cara a Pedri para que éste conectara un disparo brutal. Courtois no pudo hacer nada y el Barcelona se ponía por delante sobre la media hora. Después le daría el segundo a Ferran Torres con la misma calidad o más.
Es cierto que después iba a sufrir un poco más, ya que el Madrid trató de atacar, pero los fueras de juego, tan fundamentales para Flick, lo salvaron en dos ocasiones. Un gol anulado a Bellingham por muy poquito y un presunto penalti a Vinícius que De Burgos Bengoechea ya se había cobrado antes de que le levantaran la bandera del orsay.
La irrupción de Mbappé
Pese a la superioridad del Barcelona, de cualquier forma, todo estaba abierto en el descanso a la espera de la aparición de un Mbappé que calentaba en la banda. Y el francés fue capaz de darle la vuelta a su equipo como un calcetín. También con la ayuda de Modric y, sobre todo, Güler, que entraron después. Las prestaciones del Real Madrid subieron muchísimo y las llegadas hasta Szczesny se iban a incrementar. Tanto que el polaco se tuvo que lucir ante el propio Mbappé y ante Vinícius.
Lo que no pudo evitar fue el empate en una falta que ya originó la primera polémica cuando los madridistas pedían la roja a De Jong por un derribo en una acción prometedora de gol. El astro galo lanzó un zambombazo que entró tras dar en el poste. El dominio del juego había cambiado y lo hizo aún más cuando Tchouaméni conectaba un cabezazo franco en un córner.
La recta final arrancaba con el Barcelona en las cuerdas, pero los azulgranas tienen también a un genio más joven. Lamine Yamal vio la ruptura de Ferran Torres y éste sacó provecho de las dudas en la salida de Courtois para volver a igualar. Y las polémicas llegarían después. Primero, un derribo a Ferran Torres de Rüdiger que no vieron ni De Burgos Bengoechea ni su ayudante en el VAR; después un penalti sí sancionado de Asencio a Raphinha que fue anulado desde la sala de los televisores.
Cada uno lo interpretaba a su manera, faltaría más, pero la duda estaba sembrada antes del tiempo suplementario de la prórroga, que se hizo necesario para deshacer la igualada. Treinta minutos más de un Barcelona-Real Madrid en el remozado Estadio de la Cartuja. ¿Quién podía pedir más?
Y el golazo de Koundé
El partido no pudo estar más parejo en el tiempo extra. Apenas varió casi nada y lo único realmente destacable fue un disparo cruzado de Ferran Torres que se fue fuera por muy poco. Las piezas de ambos equipos iban cayendo de puro cansancio. Flick, con acierto, tenía que meter a Eric García por el fundido Pedri y después no tenía futbolistas de garantía en el banquillo para hacer más cambios; Ancelotti tenía que meter a Endrick por un Rüdiger que sólo tenía fuerzas para insultar al árbitro. Los dos equipos tenían que parchear como podían mientras todo parecía encaminado a decidirse desde los once metros.
Hasta que Koundé le ponía la guinda a su colosal partidazo con un robo de balón en una zona de mucho peligro. El francés dio tres pasos adelante y lanzó un derechazo cruzado impresionante, imposible para Courtois. La felicidad explotó en el sector más cercano a la Isla de la Cartuja. El Barcelona tenía reservada la última sonrisa para él en este bellísimo espectáculo futbolístico que sirvió para vestir de largo un estadio que ahora sí es de fútbol, de fútbol del bueno.
Ficha técnica
3 - Barcelona: Szczesny; Koundé, Cubarsí, Iñigo Martínez, Gerard Martín (Araújo, m.85), Frenkie de Jong (Gabi, m.85), Pedri (Eric García, m.98); Lamine Yamal, Dani Olmo (Fermín, m.65), Raphinha; y Ferran Torres (Pau Víctor, m.115).
2 - Real Madrid: Courtois; Lucas Vázquez (Modric, m.55), Asencio, Rüdiger (Endricks, m.111), Mendy (Fran García, m.11); Tchouaméni, Fede Valverde, Ceballos (Arda Güler, m.55), Bellingham; Rodrygo (Mbappé, m.46) y Vinícius (Brahim Díaz, m.89).
Goles: 1-0 (28') Pedri. 1-1 (69'): Mbappé. 1-2 (77') Tchouaméni. 2-2 (84') Ferran Torres. 3-2 (116') Koundé.
Árbitro: Ricardo de Burgos Bengoechea (Comité Vasco). Expulsó con roja a Lucas Vázquez (m.123) y Rudiger (m.123) por protestar. Además, amonestó por los madridistas a Ancelotti (m.25), Tchouaméni (m.30), Modric (m.91) y Bellingham (m.107) y a los barcelonistas Gerard Martín (m.36), De Jong (m.68), Fermín (m.94), Raphinha (m.100+).
Incidencias: Final de la Copa del Rey disputada en el estadio La Cartuja ante unos setenta mil espectadores, que llenaron sus gradas.
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