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Carmen Pérez
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MOTOCICLISMO campeonato del mundo 2018
Las máquinas están reemplazando a los humanos, pero sólo se plantearía desde la ciencia ficción que un robot ocupase el puesto, por ejemplo, de un piloto de MotoGP. Proyectiles y hombres bala son un binomio indisoluble, aunque es de dominio público que si en la Fórmula 1 el coche determina un 80 %, de los resultados, en el Mundial de Motociclismo los genios que agarran el manillar influyen en más de un 40 % del éxito que se alcanza.
A nadie se le escapa que la ingeniería juega un papel preponderante y decisivo en MotoGP, pero los pilotos siguen siendo igualmente determinantes. De hecho, nunca antes hubo tantos pilotos buenos sobre motos tan competitivas. Entre los seis fabricantes que disputan los grandes premios (Honda, Ducati, Yamaha, Suzuki, KTM y Aprilia), hay quienes optan por crear monturas basadas inicialmente en mucha potencia, que después van dosificando para hacerlas manejables, mientras que otros comienzan por prototipos que permitan un pilotaje lo más cómodo posible, al que irán incrementando potencia. Eso sí, con el inicio del Mundial las cuatro principales marcas antes mencionadas ya no podrán hacer cambios en sus motores a lo largo del año, por lo que sus decisiones 'van a misa' y hasta 2019 ya no habrá ocasión de rectificar.
La quintaesencia que las marcas buscan sin descanso es una montura con propulsor potente, frenos acorde, elevada velocidad punta, chasis manejable, aerodinámica equilibrada y buena adaptación a los neumáticos, para que encuentre agarre y dosifique su desgaste. Honda y Yamaha llevan muchos años repartiéndose los méritos de fiabilidad en esos requerimientos elementales, pero Ducati está avanzando tanto y tan rápido que las monturas italianas (propiedad del grupo alemán Audi), cada vez se asemejan más a las todopoderosas mecánicas japonesas. Han perdido en gran parte su agresividad descomunal, que sólo parecía contentar al campeón Stoner, pero ahora los resultados llegan con regularidad. Si el pasado año Dovizioso y su Ducati estuvieron a punto de ganar la partida a Márquez y Honda, el potencial de este año se antoja superior e incluirá a Lorenzo entre los aspirantes.
Vaya por delante que los resultados de una carrera nocturna, como la que este domingo inaugura el Mundial 2018 en Qatar, no son extrapolables a los 18 restantes escenarios en los que va a decidirse el título de MotoGP. Pero sí que comenzaremos a observar el potencial real de cada montura. A priori, las Honda que defienden título parecen contar con una mejor respuesta de motor, un buen paso por curva, algo más de aceleración y estabilidad. Muy a la zaga en esas mismas prestaciones encontramos también a las Ducati oficiales, empecinados como todas las marcas con múltiples aletas aerodinámicas para ganar alguna milésima a su rival.
En otra dimensión se sitúa Yamaha, que quiere reencontrarse a sí misma, pero Viñales no termina de ir cómodo con la configuración que decide el veterano Rossi y parecen un tanto desorientados. Situación muy distinta a la que sí han ofrecido por fin las Suzuki de Iannone y Rins en pretemporada, ¿quién sabe si Maverick las termina echando de menos? Curiosamente, es la Yamaha privada del formidable Johan Zarco el que sí ha destacado en los test de pretemporada (especialmente en Qatar), sin importar que su equipo abandona el próximo año la marca japonesa para enrolarse con la austriaca KTM, que al igual que la italiana Aprilia, no dejan de avanzar. De eso se trata.
Aunque cada año apreciamos aires más modernistas, las MotoGP siguen ofreciendo los revolucionarios motores V4 de 1.000 c.c., que otorgan unos 250 caballos de potencia, capaces de alcanzar los 350 km/h, con un peso aproximado a los 157 kg, contando el depósito con capacidad para 22 litros de combustible. Desde el año 2016 se impuso la norma de una centralita única para todos los equipos, que junto con la misma marca de neumáticos (Michelin sustituyó a Bridgestone), han contribuido a la igualdad y altísima competitividad que estamos observando en las ultimas temporadas. Las victorias se venden muy caras y ser la moto más rápida en entrenamientos no garantiza vencer carreras. Una MotoGP que aspire a ganar grandes premios y el título mundial debe ofrecer un ritmo demoledor en competición durante los 45 minutos que suelen durar las carreras. Este domingo llega la primera ellas bajo los focos del circuito qatarí de Losail, con 24 pilotos y sus respectivas motos en acción, indefectiblemente juntos, sin ciencia ficción…
(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue editor jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como jefe de prensa del Circuito de Jerez.
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