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Christian Digemose, piedra angular del “expolio” denunciado en Abengoa

Christian Anders Digemose, durante su participación en un acto público.
Alberto Grimaldi

25 de septiembre 2021 - 06:00

Sevilla/La sindicatura de accionistas de Abengoa, Abengoashares, principal accionista de la multinacional sevillana, denunció el pasado cinco de marzo el “expolio” del grupo industrial por parte de “la banca y los fondos buitre” a través de la “imposición de condiciones leoninas”, que generaban “intereses y comisiones usureras” en las reestructuraciones financieras ejecutadas en el grupo en 2017 y 2019. Cifraron ese “expolio” en más de 3.000 millones de euros y pusieron el acento sobre el entramado de sociedades en Luxemburgo para facilitar y ocultar esos pagos en esas reestructuraciones.

Pocos días después, el 8 de marzo de 2021, este diario desveló que una fundación holandesa, denominada Stichting Seville (literalmente Fundación Sevilla en holandés), era el propietario único de la sociedad luxemburguesa ABG Orphan Holdco, que es la que prestó el nuevo dinero en la reestructuración de 2017 y tenía derecho por tanto al cobro de la gran mayoría de los gastos financieros que denuncian los accionistas.

Las investigaciones periodísticas realizadas por este diario permiten desvelar que la compañía, la estructura luxemburguesa y la propia fundación opaca holandesa, que impide saber quiénes fueron los beneficiarios finales de lo que los propietarios de la empresa denominan “expolio”, tienen un nexo en común: Christian Anders Digemose. Un experto en reestructuraciones que habría jugado un papel esencial en lo sucedido en Abengoa desde 2016 hasta ahora, unos hechos denunciados por accionistas en la Fiscalía y que, de momento, han engrosado las diligencias previas que instruye el Juzgado número 8 de Primera Instancia e Instrucción de los de Sevilla a raíz de la querella que presentó Inversión Corporativa, la empresa con la que las familias fundadoras de Abengoa controlaban la compañía, contra el consejo de administración presidido por Gonzalo Urquijo.

Digemose, nacido en 1975, es un abogado con una dilatada experiencia en el asesoramiento a acreedores en situaciones de extrema dificultad. De ese bagaje es destacable su asesoramiento a los acreedores de los principales bancos islandeses tras la crisis financiera de 2008.

Digemose trabajó posteriormente como vicepresidente senior de Houlihan Lokey, la mayor empresa liquidadora del mundo, que ya intermedió en las quiebras de General Motors, Lehman Brothers, Eroski, Codere o Martinsa.

En esta etapa trabajó con James Zukin, cofundador de la compañía, y con Alan Frager, director general mundial.

En España, por ejemplo, Christian Anders Digemose fue consejero de Telepizza durante la reestructuración financiera de la compañía en manos de KKR y asesorada también por Houlihan Lokey.

Houlihan Lokey en Abengoa

Y es que Houlihan Lokey ha jugado un papel relevante en las reestructuraciones llevadas a cabo en Abengoa en el último lustro. Fue la empresa contratada en 2015 por los bonistas de Abengoa ante el riesgo de impago por el preconcurso solicitado en noviembre de ese año.

Houlihan Lokey también asesoró a los acreedores de Abengoa durante su primera reestructuración financiera, la ejecutada en 2017, al agrupar alrededor del 40% del pasivo cotizado –unos 1.500 millones de euros–, esencialmente gestoras y otros grandes inversores con posiciones de más 100 millones de euros, como BlackRock, AIG, Invesco, D.E. Shaw o Varde y Centerbridge. De igual modo, ejerció de asesor de KKR durante el último intento de reestructuración fallido (el llamado Vellocino) en Abengoa durante 2020.

Digemose, que era por tanto hombre con lazos sólidos con Houlihan Lokey, durante el periodo en que se fraguó la primera reestructuración de Abengoa fue nombrado consejero de la filial británica de la multinacional sevillana Abengoa Concessions Investments Limited (ACIL), de la entonces dependía Atlantica Yield, principal activo del grupo.

Este periódico se hizo eco del nombramiento en abril de 2016, en un información firmada por la agencia Efe, en la que se afirmaba que Abengoa ultimaba entonces su plan definitivo de reestructuración para evitar el concurso, tras lograr una prórroga para este proceso en el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Sevilla. Y agregaba Efe: “En el marco de estas negociaciones, el diario Expansión publica que un grupo de fondos acreedores de la empresa han puesto a Christian Digemose como consejero independiente de la sociedad Abengoa Concessions Investements Limited (ACIL), a través de la que el grupo controla el 41,5% de Atlántica Yield”.

Efectivamente, documentación del registro británico que obra en poder de este diario, acredita que Digemose fue “director” (consejero) de ACIL entre desde el 29 de marzo de 2016 hasta el 31 de marzo de 2017, la misma fecha en la que Abengoa anuncia en un hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que se ha ejecutado la primera reestructuración.

Es más, los acreedores lo impusieron en el contrato de reestructuración, porque era condición indispensable para acceder al rescate que ACIL tuviese dos consejeros, uno independiente –Digemose– que se uniese al que ya existía, el ex director general de Abengoa, Joaquín Fernández de Piérola

Así, durante ese año como consejero, Digemose, fue “responsable de la administración del negocio de la compañía, para cuyo fin tiene plenos poderes en representación de la compañía”, según los propios estatutos de ACIL.

Además, los acreedores impusieron la capacidad de veto a una petición de cese del consejero independiente –Digemose–. En el documento se especifica además que a Digemose se le nombra con un blindaje en la modificación de los estatutos de AClL, en octubre de 2016, que limita la capacidad de decisión del resto de stakeholders en favor del criterio de los acreedores para el nombramiento de director en ACIL. El blindaje señala además: “Ninguna empresa matriz tendrá la capacidad de restringir ningún poder u obligación de los directores” si con ello se actúa en contra al artículo 30.3 de los estatutos , que fija la “prohibición al nombramiento de nuevos consejeros independientes sin el consentimiento escrito del Agente de la reestructuración”.

En su etapa como consejero de ACIL, Digemose ejerció de presidente –chairman–, lo que le daba el voto de calidad para imponer su criterio en caso de discrepancia con el otro director (Piérola). Consta en el registro británico que ejerció de chairman en la solicitud de Chapter 15 en Reino Unido.

Cumplido ese papel de control del proceso de reestructuración dentro del grupo Abengoa, Digemose siguió velando por los intereses de los acreedores como manager director de ABG Orphan Holdco, empresa ajena al grupo con sede en Luxemburgo, que fue la que prestó el nuevo dinero de los tramos 1 y 2 de la primera reestructuración, y a la que se le otorgaron garantías para controlar los dos principales activos de Abengoa, Atlántica Yield y la planta A3T de México (la primera fue vendida y la segunda propiedad hoy del Banco Santander, que se la adjudicó al ejercer una call option).

El papel de Digemose no queda ahí, porque el experto en reestructuraciones fue el director de Stichting Seville, un tipo de fundación holandesa de fideicomiso de voto, sin accionistas ni capital social. Stichting Seville fue hasta su liquidación la propietaria del 100% de ABG Orphan Holdco. Por ahora no consta quién constituyó ese fideicomiso y por tanto tenía el control sobre los fondos y las acciones transferidas a la fundación holandesa.

La triple participación de Digemose en ACIL, Orphan Holdco y Stichting Seville acredita que fue la piedra angular del primer rescate de Abengoa, cuyos accionistas consideran un “expolio” en el que ejerció “administración de hecho” en nombre de los acreedores”.

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