Amigos y familiares despiden en Rota a José María Ruiz-Mateos
Unas 300 personas dieron hoy su último adiós al empresario, fallecido ayer a los 84 años
Unas 300 personas, familiares, amigos, y vecinos, han despedido hoy a José María Ruiz-Mateos, fallecido ayer a los 84 años y que hoy, tras una eucaristía presidida por el obispo de Asidonia-Jerez, José Mazuelos, ha sido enterrado en Rota, su localidad natal.
Tras una eucaristía en la que el obispo ha estado acompañado de doce sacerdotes, Ruiz-Mateos ha sido enterrado en el columbario que él mismo hizo construir en la iglesia Nuestra Señora de la O de Rota y en el que están enterrados sus padres.
Varios hijos del fundador de Rumasa han introducido a hombros en la iglesia el féretro con los restos del empresario, cubierto con el manto de la hermandad de Las Tres Caídas de Jerez de la Frontera y que, después de la eucaristía, ha sido trasladado al columbario a hombros de varios de sus nietos.
La viuda del empresario, Teresa Rivero, ha estado en todo momento arropada por sus hijos, salvo Alvaro y Javier, los dos que están encarcelados y que finalmente han decidido no acudir al entierro de su padre porque, de hacerlo, debían hacerlo escoltados y esposados, una imagen que han querido evitar porque "no era plato de su gusto", según han explicado fuentes próximas a la familia.
Como ayer en su velatorio, ningún familiar del controvertido empresario ha querido hacer declaraciones a los medios de comunicación en el día de su entierro, al que no ha asistido el alcalde de la localidad, Javier Ruiz Arana,
Su grupo, el PSOE, intentó el año pasado, cuando estaba en la oposición, que el Ayuntamiento retirara el título de Hijo Predilecto que le fue concedido a Ruiz-Mateos en 2006 por los procesos judiciales que acechaban al empresario. Sí han asistido al sepelio los dos exalcaldes de PP y Roteños Unidos, Eva Corrales y Lorenzo Silva, que propiciaron aquella designación.
La comunidad católica de la localidad sí que ha mostrado su pesar por la muerte del empresario, ya que ayer vistieron de negro a la Virgen del Rosario, patrona de la localidad y de la que el empresario, muy religioso, era un ferviente devoto.
"Cuando haces cosas mal se olvidan las que has hecho bien", comentaba un hermano de una cofradía roteña que destacaba lo "mucho" que José María Ruiz-Mateos había hecho por su pueblo natal, como el museo que creó en su casa natal (hoy cerrado y en manos de un banco), las actividades culturales, religiosas y educativas que ayudó a sufragar, como la construcción de un colegio para una orden religiosa.
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