Análisis
Santiago Carbó
Tras un buen año en lo macroeconómico, en 2025 hará falta mucho más
Joaquín Segovia Alonso | Director general del Territorio Sur de Telefónica
Sevilla/La pandemia ha demostrado la importancia crucial de las telecomunicaciones para poder desarrollar la actividad económica incluso en unas condiciones tan adversas como el confinamiento duro vivido en 2020 y las restricciones que se han seguido aplicando en 2021. Andalucía, como España, tiene la mejor de red de Europa, y ésa es una ventaja competitiva que ha hay que aprovechar ahora, mientras otros países intentan ponerse al mismo nivel. Así lo pone de manifiesto en esta entrevista, Joaquín Segovia Alonso (Sevilla, 1971), que incide en la necesidad de desarrollar nuevos modelos de negocios digitales y disruptivos.
–Le ha tocado asumir la dirección general del Territorio Sur, que ya conocía muy bien porque trabajaba en él, en un momento complicado, en el que las empresas de telecomunicaciones, y Telefónica en particular, han demostrado una gran fortaleza para responder a los desafíos de la pandemia de Covid-19. ¿Cómo lo ha vivido?
–Es cierto que ha sido un momento crítico para todos. Para la sociedad en general. Y también es cierto que las infraestructuras de telecomunicaciones han jugado un papel fundamental, crítico. De verdad se ha puesto patente que de verdad son una infraestructura crítica de país y que las inversiones que veníamos haciendo para tener la mejor red de fibra óptica de Europa ha hecho posible que pudiésemos solventar esta situación de esta manera. Yo lo he vivido desde la responsabilidad, pero también desde la satisfacción y el orgullo de que una empresa como Telefónica, con el arraigo que tienen en España y Andalucía, con el esfuerzo de unos compañeros que han dado lo mejor de ellos, para poder mantener la red al nivel óptimo. La red ha pasado este examen con matrícula de honor.
–¿Pese al estrés al que se la sometió?
–Piense que desde el momento en que nos confinamos todos, el tráfico de multiplica de manera potencial: el de voz crece un 50%, el 40% de aumento de móvil, el 30% el de datos. Para que se haga una idea, el tráfico por teletrabajo se multiplica un 750%. O Whatsapp, un 700% de manera sostenida. Eso en ese momento genera una inquietud, porque era una situación inédita que hacía que nos preguntáramos: ¿aguantará la red? Ahora ya, con perspectiva, estamos muy satisfechos de que la red se comportase de esta manera. Y esa responsabilidad de cumplir con nuestra obligación, que ha mantenido no sólo el teletrabajo, sino continuar con la educación, la sanidad, los servicios públicos, las compras. Toda la economía. La foto hubiese sido muy distinta diez años antes.
–¿Hubo algún momento crítico?
–No. Cada tarde dábamos un reporte del comportamiento de la red. Y se destacaba más que afrontábamos tráficos que nunca habían ocurrido. Porque la red se comportó perfectamente. España fue de los países que no necesitó bajar la calidad de la televisión por IP. No hizo falta.
–¿Cree que el cliente, tanto empresas como particulares, han valorado esto o no han sido conscientes?
–Creo que sí. En las empresas desde luego. Han entendido que las infraestructuras de telecomunicaciones han sido claves. Y los clientes te lo reconocen. Y eso te enorgullece. Recibo muchas felicitaciones porque Telefónica ha estado a la altura. En los consumidores también creo que ha sido importante. Porque se han dado cuenta de lo importante que es tener una buena conectividad en casa para poder trabajar, estudiar o tener acceso al ocio.
–¿Ha cambiado la demanda de servicios tras esta experiencia de tener que incorporar lo virtual de manera obligatoria?
–Sin duda. Sobre todo en las empresas. Los ciudadanos iban por delante de las empresas en la adopción de la tecnología. Porque los jóvenes ya eran digitales y se relacionaban con herramientas digitales antes de la pandemia. Las empresas si han tenido que tirarse a la piscina de pronto y después salir nadando. Porque nos mandaron a todos a casa. En Telefónica pasamos de un 15% de teletrabajo a un 95% en un día. Y fue posible porque teníamos la tecnología y las competencias digitales en las personas. Fue muy importante la cloud y tener seguridad. Todo el mundo ha tenido que aprender a trabajar con herramientas colaborativas como Zoom o Teams de un día para otro. Se rompió el stock de equipos. Los expertos dicen que en 8 semanas recorrimos cinco años de transformación digital al ritmo previo a la pandemia.
–¿Habría que evaluar en qué queda? Es innegable el salto al entorno digital, pero queda mucho que avanzar en procesos automatizados y otros usos de inteligencia artificial o protocolos.
–La infraestructura es una parte fundamental y se tarda mucho en desplegar. Pero después confluyen ahora una serie de tecnologías que hace que sea un momento de gran oportunidad en la transición de la era industrial a la era digital. Esas tecnologías disruptivas, como la inteligencia artificial que ha citado, o la cloud, que hace accesible la capacidad de computación, pero también hablamos del big data, el blockchain o el 5G. Todas estas herramientas surgiendo al mismo tiempo hacen que sea un momento de cambio enorme. Y las pymes tienen ahora la oportunidad de acceder a estos servicios, no sólo las grandes que ya lo hacían. Porque son comodities. Formarse va ser clave.
–Tenemos una ventaja indudable porque Telefónica repite mucho que España tiene más red que Alemania, Francia, Italia u Reino Unido juntos...
–La mayoría de los pueblos de Andalucía tiene más fibra que las grandes capitales europeas. En banda ancha de más de 100 megas, el 63% de núcleos de población de menos de 100 habitantes. La penetración es muy alta. Y vamos a seguir, porque antes de finales de 2024 queremos llevar la fibra al 100% de las poblaciones, independientemente de su ubicación y su número de habitantes. Tenemos una situación privilegiada.
–Pero iba a preguntar que esa ventaja no es eterna. Su propio antecesor se ha ido a Alemania a liderar un proyecto de despliegue de fibra, dada su experiencia en ese campo en España. ¿Cómo puede el Territorio Sur de Telefónica aprovechar esa gran ventaja, para que cuando otros países lleguen a tener un nivel de red similar, se haya dado el paso siguiente, que debería ser desarrollar negocios?
–Ése es exactamente el reto. La clave, y nuestra obsesión, es trabajar con la Administración, con las grandes empresas y con las pymes, para que este gran activo que son las redes y la tecnología se conviertan en riqueza para Andalucía y en generación de empleo. En beneficio para las personas. Sería una gran pérdida que teniendo la oportunidad que ha descrito otros países nos alcancen y sean los que desarrollen los nuevos servicios sobre estas infraestructuras. Lo que queremos es potenciar el emprendimiento, con iniciativas como Andalucía Open Future, para desarrollar modelos de negocio disruptivos. La colaboración público-privada va a ser clave. 68 de las 200 empresas que han pasado por los cuatro centros del programa han conseguido inversión privada. El 79% de esas empresas sobrevive el primer año, y el 52% lo hace tras tres años, que es una ratio buenísima. La Territorial también se está acercando a las universidades, que es donde está el talento, para unirlo al emprendimiento. Para ello tenemos las cátedras con universidades de Sevilla, Málaga y Granada. Y el tercer gran reto es Andalucía será digital si se transforman sus empresas.
–¿Qué eco está habiendo, en las instituciones y el tejido empresarial, que está muy atomizado?
–Eso pasa en casi toda España. El 99% son pymes y generan el 70% del empleo. La Administración va a dedicar una parte muy importante de los fondos Next Generation UE a la transformación digital de la pyme. Si logramos aprovecharla, se conseguiría un crecimiento adicional en España de entre el 1,5% y el 2,5% del PIB hasta 2025. Las administraciones lo tienen claro. Y en la empresa, a través de entidades como las cámaras de comercio, que están focalizadas en ello y tienen una capilaridad enorme, se está haciendo esfuerzos para que hasta las muy pequeñas entiendan la importancia.
–¿Podremos ser capaces de aprovechar dos ventajas competitivas como son la capacidad de red y la calidad de vida en Andalucía?
–Es muy buen planteamiento. Porque hemos descubierto con la pandemia que el uso de la tecnología y en ciertas profesiones, que son las que están emergiendo con más fuerza, pueda redistribuir la población y dar solución al problema de la España vaciada. Y encontrar con ello una economía sostenible en las zonas rurales.
–En el caso andaluz, además de en el entorno rural, hay una gran oportunidad en las áreas urbanas de la costa, ¿no?
–Se refiere quizás a Málaga...
–No sólo. Málaga, Cádiz, Huelva...
–Sin duda. La calidad de vida en la costa está por encima de la media. Si se puede desarrollar el trabajo desde lugares así, donde la gente quiere vivir, pues eso hay que aprovecharlo. Y se están haciendo. Y debemos apoyarlo. Porque todos competimos en atraer talento y debemos permitir trabajar desde una ciudad con gran calidad de vida. Andalucía tiene una gran ventaja en eso y hay que saber aprovecharla.
–¿Cómo está Andalucía ante el despliegue del 5G?
–El 5G no es una evolución del 4G. Es un nuevo paradigma de conectividad, que va a generar nuevos modelos de negocio. Lo que necesitamos es desarrollar casos de usos en la fase de despliegue en la que estamos ahora mismo. Por eso es importante estar cerca de las universidades y de los centros de emprendimiento, para ayudar a desarrollar estas novedades disruptivas. Entre lo público y lo privado tenemos que favorecer esos modelos de negocio disruptivos que van liderar el mundo.
–Y vistas estas evidentes ventajas, ¿qué nos falta para lograr ese salto?
–Nos falta conectarnos más. Y no me refiero al uso de la red. Sino conectar todas las iniciativas públicas y privadas que tenemos para escalar, tener volumen y relevancia suficiente. La colaboración pública-privada es la clave. Pensar en construir un ecosistema regional que aproveche lo mejor de cada uno para sumar.
Telefónica lleva años predicando la buena nueva de la transformación digital. La irrupción de la pandemia ha acelerado exponencialmente la digitalización del tejido productivo, ante la obligación de hacerlo todo en remoto y en el entorno virtual. Pero ese mismo avance inesperado ha puesto de manifiesto que es necesario hacer esa transformación con seguridad. Joaquín Segovia considera casi tan importante tener ciberseguridad tras haber dado ya el “primer paso” de la transformación. “Digitalizarse al final es utilizar la tecnología que hay disponible para conseguir más ingresos, con la venta on line; ser más eficiente y gastar menos, y en tercer lugar lograr la onmicanalidad, al dar al cliente una canal digital que complementa el servicio presencial y que se pueda prestar independientemente del dispositivo que se use para conectarse”, resume Segovia. En la cuestión concreta de la ciberseguridad, el directivo de Telefónica señala que la pandemia ha obligado a hacer todo esto de forma “urgente” y eso generó “ciertas vulnerabilidades” en las empresas, que han asumido el reto con soluciones no profesionales, no pensadas para el entorno de la empresa. “Ahora hay que consolidar eso y hay que hacer frente a una gran amenaza, que es no poder garantizar la ciberseguridad”, dice. “Para explicarlo gráficamente, no garantizar la ciberseguridad es como si en el entorno físico dejase abiertas todas las puertas de mi negocio pensando que nadie va a entrar a robarme nada”, explicó. Según los datos de Telefónica Tech, hay una media de 66 ataques al año por empresa en España. Y el Incibe registró en 2020 130.000 incidentes de seguridad graves, con un crecimiento del 24%. “Y la tendencia es que sigue creciendo este año exponencialmente”, avisa Segovia, que recuerda que 7 de cada diez ataques son a pymes, y que seis de cada diez cierran por ello a los seis meses de la intrusión. Por eso Segovia recomienda “a cualquier pyme que busque un partner, y si es Telefónica, mejor”.
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