Empleo y actividad económica
Tribuna Económica
Rogelio Velasco reflexiona sobre los datos del paro y la afiliación a la Seguridad Social de junio, que muestran la aceleración del crecimiento propia de los meses centrales del año.
Los cien mil nuevos cotizantes a la Seguridad Social del mes de junio han sorprendido a los analistas y al propio Gobierno. Se esperaba una buena cifra, pero los indicadores adelantados de la actividad económica han estado apuntando durante el segundo trimestre a una aceleración del crecimiento. De acuerdo con los cálculos de la AireF, se espera un crecimiento del 0,75% en el trimestre pasado, cuando las previsiones apuntaban a un 0,66%. Además, este fortalecimiento de la actividad puede acelerarse en el periodo de verano.
Este impulso adicional al crecimiento ha tenido un impacto directo en la creación de empleo y en las afiliaciones a la Seguridad Social. Los datos desestacionalizados también confirman que las afiliaciones a la Seguridad Social muestran un perfil creciente, más allá de las contrataciones estacionales propias de los meses centrales del año. Ese dato asciende a 75.000 de las 100.000 afiliaciones registradas.
El paro registrado ha descendido también en 125.000 personas. El dato desestacionalizado, también es positivo porque la caída es de casi 50.000 activos.
En conjunto, el agregado de afiliados a la Seguridad Social sitúa la cifra total en 17.760.000. Esta cifra es superior en 1.500.000 afiliados a la que teníamos a principios de 2013, cuando empezó la recuperación. Sin embargo, todavía muy inferior a los 19.500.000 del año 2007, máximo histórico. También el paro registrado se reduce hasta 3.800.000, desde los más de 5.000.000 del año 2013.
El aumento de la contratación se ha diversificado entre varios sectores, destacando hostelería, industria, construcción y comercio. No obstante, el aspecto más negativo de los nuevos empleos es su precariedad. El 95% de los nuevos contratos son temporales, sometidos a una fuerte volatilidad que veremos reflejarse cuando acabe la temporada turística. El empleo generado por cambios en el modelo productivo tarda tiempo en manifestarse. No parece que con la distribución señalada haya indicios de un nuevo modelo para la economía española. El actual presenta límites al crecimiento.
Otro aspecto que debe mover a la preocupación es la contribución de los nuevos empleos a la Seguridad Social. La mayoría de los empleos temporales realizan una aportación mínima. Adicionalmente, los empleos fijos tienen exentos los primeros 500 euros de cotización durante 36 meses. Durante ese periodo la aportación también es reducida.
Mientras tanto, los días pasados hemos conocido que el gobierno tendrá que utilizar 9.000 millones de euros del fondo de reserva de las pensiones, para abonar la paga extra del mes de julio. El fondo de reserva disminuirá hasta los 25.000 millones. El próximo año se agotará.
Como el incremento del gasto en pensiones del 3% anual es superior a la recaudación por cotizaciones, es inevitable un cambio en los mecanismos de recaudación y de gasto para que el sistema sea viable. Con el incremento del empleo y de las afiliaciones no es posible sostenerlo.
Esta es una las reformas estructurales que tendrá que llevar a cabo el próximo gobierno: cerrar el déficit crónico del 1,5% del PIB del sistema de Seguridad Social. Esperemos que haya un acuerdo razonable entre los partidos políticos y que no se haga demagogia.
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