España retira el aceite de oliva del etiquetado intuitivo Nutriscore
El Gobierno no incluirá el producto en la clasificación por colores que se implantará en España al tener una calificación no acorde con sus propiedades saludables
Consumo dice que Francia, Alemania y Holanda se comprometen a no aplicar Nutriscore al aceite de oliva y la distribución también
El Gobierno retirará al aceite de oliva del etiquetado intuitivo de alimentos Nutriscore, dado que "el actual algoritmo no recoge los beneficios nutricionales de este producto, esencial en la dieta mediterránea y con la que Consumo está comprometido", señala el Ministerio de Consumo en una nota.
Nutriscore es un sistema europeo de clasificación de alimentos. A través de un algoritmo, distribuye cada producto en una escala de cinco letras, de la A (más saludable) a la E (menos saludable), y cinco colores, del verde (más saludable) oscuro al naranja oscuro o rojo (menos saludable), en función de su calidad nutricional. El aceite de oliva está clasificado en la letra C y en el color amarillo, igual que, por ejemplo, el aceite de colza, lo que ha provocado la reacción unánime del sector del aceite, que veía en la clasificación del producto un ataque a uno de sus principales valores, el de sus propiedades saludables, con los efectos económicos que ello podía conllevar.
Científicos contra la nota del oliva virgen
Trece científicos e investigadores han firmado un documento en el que rechazan la implantación en España del etiquetado frontal Nutriscore. La comunicación, escrita antes de conocerse que el Gobierno retiraba el aceite de oliva del etiquetado frontal, asegura que la calificación prevista atenta contra la esencia de la dieta mediterránea, pues el consumo de aceite de oliva virgen es una parte esencial de dicha alimentación, y podría incluso conducir al abandono de uno de los modelos de alimentación más saludables del mundo, razón más que suficiente para desaconsejar su implantación en España y exigir su modificación a nivel europeo.
Consumo, que estaba negociando en Europa una mejora de la calificación del aceite de oliva, ha decidido excluirlo del sistema para proteger al producto ante la nueva normativa del etiquetado frontal de productos alimentarios procesados y envasados, que se aprobará en breve.
Además, según informa Consumo Francia, Alemania y Holanda –los países que ya aplican Nutriscore- "han mostrado a España su parecer favorable a que el aceite de oliva salga de este sistema de etiquetado" y se negocia con los demás países de la UE "una posición parecida antes de adoptar la normativa". "El objetivo es que una vez que España lo apruebe y pase a formar parte de los órganos que rigen Nutriscore, ninguno de los países adheridos al sistema obligue a los productores de aceite españoles a implementar el etiquetado en sus envases, quedando así este excluido del sistema".
Ahora mismo, el etiquetado frontal de productos es voluntario, aunque algunas empresas de distribución han empezado a implantarlo y a obligar, por tanto, a sus proveedores.
En cualquier caso, la intención de la Comisión Europea, según afirma Consumo, es avanzar hacia el etiquetado común y obligatorio en todo el territorio en 2022. Por eso, España, a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), está "aportando evidencias al Comité Científico de Nutriscore que ayuden a mejorar la calificación del aceite en el algoritmo". También ha acordado con el sector de la distribución que no se exija a las productoras de aceite la inclusión del etiquetado frontal.
En general, el sector acogió bien la decisión del Gobierno, aunque con recelos. Así, la industria, agrupada en Anierac, reclamó una campaña de comunicación para que esta exclusión no sea mal interpretada por el consumidor. Por su parte, el presidente de Asaja y de la interprofesional, Pedro Barato, consideró la decisión “como un paso previo a la modificación del algoritmo para que sí refleje sus beneficios a nivel de salud”.
La más crítica fue la sectorial del aceite de oliva, que agrupa a las Denominaciones de Origen. Considera “insuficiente” la decisión y reclama la máxima calificación (A) para el virgen extra y el virgen y la B para el oliva, por encima de los aceites de colza y de nueces, que están en la C.
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