Fernando Faces
Donald Trump y las megatendencias globales
España es el séptimo país de la UE con mayor dependencia energética del exterior, pues cubre con importaciones el 81,4 por ciento de su consumo, frente al 53,8 por ciento de media en los Veintisiete.
Según la información facilitada hoy por Eurostat, la oficina estadística comunitaria, correspondiente a 2006, sólo Chipre, Malta, Luxemburgo, Irlanda, Italia y Portugal dependen más que España de las importaciones de energía.
El consumo de energía en España en ese ejercicio fue de 143,9 millones de toneladas equivalentes de petróleo (la unidad estándar para evaluar el consumo energético) y las importaciones se elevaron a 123,8 millones de toneladas.
Eurostat incide en que, en los diez años que van de 1997 a 2006, la producción de energía de los Veintisiete ha caído el 9 por ciento, mientras que el consumo ha aumentado el 7 por ciento.
Esa evolución ha obligado a incrementar las importaciones, el 29%, y como consecuencia, se ha ampliado la dependencia del exterior, que ha pasado del 45% al 54%.
El único Estado miembro exportador neto de energía es Dinamarca, que en 2006 vendió a otros países lo equivalente al 36,8% de su consumo.
Aparte de Dinamarca, los países comunitarios con menor dependencia energética son Polonia (sólo cubre con exportaciones el 19,9% de su consumo), Reino Unido (21,3%), República Checa (28%) y Rumanía (29,1%).
La UE importa, sobre todo, petróleo y gas, que representan, respectivamente, el 60% y el 26% de las compras.
Rusia es el principal proveedor de estos dos combustibles a la UE, con el 33% del petróleo y el 40% del gas importado, seguido de Noruega, con el 16% y el 23%, respectivamente.
En cuanto a la producción propia de energía, en el conjunto de la UE la nuclear era en 2006 la más importante, con 255,3 millones de toneladas equivalentes de petróleo (el 29% del total), seguida de los combustibles sólidos (22%), el gas (20%), las renovables (15%) y el petróleo (14%).
En España, también son las centrales nucleares el principal productor de energía, con el 15,5% del total.
A continuación se sitúan las renovables (9,4%) y los combustibles sólidos (6%).
Los Estados miembros que más apuestan por la energía nuclear son Bélgica (el 89% de su producción tiene ese origen), Francia (85%) y Eslovaquia (73%).
Por el contrario, hay doce países (Dinamarca, Estonia, Irlanda, Grecia, Italia, Chipre, Letonia, Luxemburgo, Malta, Austria, Polonia y Portugal) que no recurren a la nuclear como combustible.
Respecto a las renovables -que incluyen la biomasa, hidráulica, geotérmica, eólica y solar-, Portugal, Letonia, Luxemburgo y Chipre (éstos dos últimos en cantidades mínimas) sólo producen este tipo de energía, mientras que en Austria representa el 72% de la producción total.
Por último, los dos únicos Estados miembros con una producción de petróleo significativa son Reino Unido (78 millones de toneladas equivalentes en 2006) y Dinamarca (17 millones).
Asimismo, producen gas Reino Unido (72 millones toneladas) y Holanda (55,4 millones).
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