Europa se rinde ante la melva y la caballa
Indicación geográfica protegida Bruselas otorga la máxima distinción a ambos productos andaluces
Andalucía cuenta con las dos únicas conservas españolas de pescado con denominación de calidad reconocida por la UE
Máxima protección legal para la industria conservera artesanal andaluza. El Consejo Regulador de las Denominaciones Específicas de la Melva y la Caballa de Andalucía celebró ayer su inclusión en el registro de Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) de la Unión Europea. La melva y la caballa se convierten así en las dos únicas conservas españolas de pescado con una marca de calidad reconocida por Bruselas.
Estas distinciones de la Unión Europea suponen la culminación de una larga senda iniciada hace casi treinta años con los primeros acuerdos para crear un consejo regulador que protegiera los intereses del sector conservero.
"Parece mucho tiempo, y puedo asegurar que a nosotros nos ha parecido todavía mucho más tiempo. Cuando empezamos éramos 18 empresas y sólo hemos conseguido resistir seis", indicó el presidente del consejo regulador, José Manuel Fernández, que resaltó que la IGP "supone una enorme satisfacción porque nuestro reto era mantener esta industria artesanal".
Las seis empresas conserveras recogidas en la IGP se encuentran ubicadas en las localidades onubenses de Ayamonte e Isla Cristina y en las gaditanas de Tarifa, Barbate y Chiclana. La producción fluctúa cada año dependiendo de la campaña de pesca, ya que se utilizan artes tradicionales para las capturas. En el periodo comprendido entre 2004 y 2008, elaboraron 8.500 toneladas de caballa y casi 4.200 toneladas de melva, facturando unos 315 millones de euros a precio de mercado, según datos facilitados ayer por la Junta de Andalucía. "Mantenemos 900 puestos de trabajo, de los que el 90% emplea mano de obra femenina", resaltó José Manuel Rodríguez.
La mayor parte de la producción se dedica al mercado nacional. Las exportaciones se centran fundamentalmente en la Unión Europea, aunque los productos se están empezando a introducir en Arabia Saudí, Rusia o China, según indicó José Manuel Rodríguez. "Pero estamos muy ilusionados, porque hemos recibido muchas demandas de información al conocerse la declaración de IGP", agregó.
La denominación específica permite que estas conservas sean reconocidas no sólo por su calidad, sino también por su origen geográfico, al pasar a denominarse Caballa de Andalucía y Melva de Andalucía. Las indicaciones velan también por el mantenimiento de los procesos artesanales en la elaboración de las conservas, que evitan que el pescado pierdan sus características naturales. La IGP Melva de Andalucía ampara conservas de melva en aceite y la IGP Caballa de Andalucía las de caballa en aceite.
Este carácter artesanal impide el empleo de conservantes e implica que la limpieza y el envasado se realicen prácticamente a mano, a pesar de que existen máquinas que podrían automatizar el proceso.
"También nos obligan a tener más controles de calidad que antes. Por ejemplo, el pescado no puede estar más de tres días en las cámaras una vez que es limpiado y descabezado, algo que sería impensable antiguamente", manifestó el presidente del consejo regulador, que insistió en que es la única denominación de origen en la que los controles de calidad son realizados por "una empresa de certificación externa totalmente ajena a la industria".
Para la Junta de Andalucía, el camino emprendido por los productores de melva y caballa son un ejemplo para el resto de la agroindustria andaluza. "Lo que quiere ahora Europa son distintivos de calidad. Y eso es garantía de futuro", señaló la secretaria general del Medio Rural y Producción Ecológica de la Consejería de Agricultura, Mabel Salinas.
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