El Gobierno rechaza la deflación pese a que los precios cayeron de nuevo en julio
El IPC cae un 0,3%, la cifra más baja desde octubre de 2009 Transporte y alimentación llevan la inflación a tasas negativas Los sindicatos reclaman poner fin a la devaluación salarial
El índice de precios de consumo (IPC) volvió a tasas negativas en julio (0,3%), después de tres meses consecutivos de registros positivos, un dato que, al contrario que el Gobierno, los sindicatos ven como un aviso de una posible deflación (caída continuada de los precios). La tasa negativa de julio, confirmada ayer por el INE, es la segunda que se produce este año (la primera fue en marzo, -0,1%) y es la mayor desde octubre de 2009 (-0,7%).
Los grupos con mayor influencia en la bajada de julio fueron transporte (con una variación del 0,1%, un punto inferior a la del mes anterior), vivienda (variación del 1,2%, nueve décimas por debajo de la de junio) y alimentos y bebidas no alcohólicas (que disminuye su tasa cinco décimas, que es negativa el 2%).
Asimismo, influyó la evolución de ocio y cultura (tasa negativa del 1,6%, siete décimas menos que en junio) y de bebidas alcohólicas y tabaco (que cae un punto y medio, hasta el 0,6%).
La tasa anual del IPC disminuyó en todas las comunidades autónomas, especialmente en Navarra (tasa negativa del 1%, con una disminución de ocho décimas), seguida con un descenso de seis décimas por tres comunidades con tasas negativas, Castilla-La Mancha (-0,8%), Castilla y León (-0,5%) y País Vasco (-0,1%). En cuanto a la evolución mensual, el IPC de julio también registró una tasa negativa, del 0,9%, con especial incidencia de los descensos de vestido y calzado (12,9%) y vivienda (0,5%). La tasa anual de la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) se mantuvo en el 0%.
Mientras el Ejecutivo cree que se debe a una circunstancia "transitoria", las fuerzas sindicales alertan de que existe riesgo de entrar en deflación. El Ministerio de Economía considera que no hay ese peligro y augura que en los próximos meses el IPC recuperará un signo "ligeramente" positivo. También destaca que el registro negativo de julio se debe a la evolución de los precios de algunas de las partidas más volátiles, como la alimentación no elaborada y los precios energéticos, especialmente la tarifa eléctrica.
Desde el lado sindical, CCOO pidió un aumento salarial para impulsar la demanda y la actividad económica, y poder combatir el riesgo de deflación. UGT afirmó que la tasa negativa de julio refleja la política del Gobierno, "asentada en la devaluación de las rentas de los trabajadores y, como consecuencia, en la caída del consumo". Además, señaló que aumenta el riesgo de deflación y pide un cambio "radical" que mejore el poder adquisitivo de los salarios, que genere empleo de calidad y que recupere los derechos laborales perdidos.
Las asociaciones de autónomos reclamaron medidas para impulsar el consumo y solventar la caída del IPC, aunque para ATA la bajada de precios de electricidad y carburantes es positiva, ya que mejora la competitividad.
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