Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
El ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, defendió que los jubilados también deben hacer "sacrificios" al aceptar la congelación de sus pensiones para que la crisis sea lo "más corta posible".
Tras asistir a la toma de posesión del presidente del Consejo Económico y Social (CES), Marcos Peña, el ministro sostuvo que todos los españoles están contribuyendo a ese objetivo, como los funcionarios públicos y los trabajadores del sector privado, que "están sacrificando poder adquisitivo" al ver que sus salarios han bajado en el primer caso y que crecen por debajo de la inflación en el segundo.
"Es importante que también haya una aportación por parte de las rentas de los pensionistas en ese sacrificio común y compartido" para que "sea posible transitar de la forma más corta posible por este periodo de crisis", sostuvo Gómez.
En cuanto a la reforma de las pensiones que se lleva a cabo en la comisión del Pacto de Toledo, el ministro reconoció que el Gobierno es "consciente" de las dificultades de "alcanzar un acuerdo" dadas las exigencias del PP para que dé marcha atrás en la congelación de las pensiones contributivas en 2011. No obstante, mantuvo que el Gobierno tiene la intención de "alcanzar un acuerdo en el que estén todos los grupos parlamentarios sin excepción".
Precisamente, el ministro de Trabajo se reunirá este martes con los miembros de la comisión del Pacto de Toledo para "poner todas las piezas a punto para que puedan concluir cuanto antes los trabajos", lo que el Gobierno espera para diciembre.
A su juicio, si se han pactado acuerdos en 1995, 2000 y 2005, "no hay ninguna razón para que no pueda haberlo en 2010, que es cuando más se necesita". Durante su intervención en la toma de posesión del presidente del CES, Gómez defendió también la necesidad de retomar el diálogo social.
"No es el momento de cambiar el guión, sino de reforzar el diálogo social", declaró el ministro, quien añadió que es "un elemento imprescindible en la elaboración de la política laboral".
En su opinión, el diálogo social es un "asignatura pendiente", ya que "rinde más frutos en época de crecimiento que en épocas de ralentización o de franca recesión".
Esa defensa del diálogo social fue acogida con escepticismo por parte de los máximos representantes de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, que también asistieron al acto.
"Está en su mano en gran medida que se recupere el diálogo social", dijo el líder de CCOO, quien añadió que el diálogo social "a estas alturas de la crisis no puede sustanciarse en fotos y reuniones que no deriven en nada concreto".
"Al Gobierno le corresponde situarse en un escenario que permita hablar y también que la CEOE supere la crisis de dirección que atraviesa, porque está dificultando" las negociaciones en cuestiones como la negociación colectiva, añadió Fernández Toxo.
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