Italia, casi paralizada por la huelga general
Las manifestaciones contra el plan de ajuste presupuestario se han celebrado en más de 100 ciudades, colapsando transportes urbanos, ferroviarios y aéreos.
El sindicato mayoritario italiano CIGL paralizó casi todo el país con una huelga de ocho horas contra el plan de ajuste económico del Gobierno y las medidas derivadas de éste, en el mismo día en que el plan se discute en el Senado.
La huelga fue convocada el pasado día 23 de agosto por el sindicato CIGL, y está previsto que se prolongue durante ocho horas, desde las 9 horas local (7:00 GMT) a las 17 horas (15:00 GMT) en casi cien ciudades, entre las que destacan las principales del país.
En la protesta participaron también los dos grandes partidos de la oposición, el Partido Democrático (PD) e Italia de los Valores (IDV). La CIGL protesta contra los últimos planes económicos elaborados por el Gobierno, uno de austeridad de 12 de agosto de 45.500 euros y otro anterior del 15 de julio con el que se pretende alcanzar el equilibrio presupuestario en 2013.
Según datos del sindicato, hasta mediodía se había producido un seguimiento de la huelga del 70 % en todo el país, en varios sectores, como los transportes públicos, los museos nacionales (que cerraron por falta de personal) o las líneas aéreas, que tuvieron que cancelar hasta 100 de los 220 vuelos previstos.
Uno de los efectos de la huelga fue que la edición del periódico Il Corriere della Sera no salió a los quioscos porque los tipógrafos se adhirieron al parón tras no alcanzar un acuerdo con la dirección del rotativo.
El sindicato denuncia que, con estos dos planes, el presidente del Gobierno Silvio Berlusconi "ha impuesto más tasas a los trabajadores y a los jubilados, ha recortado los servicios y la sanidad, sin garantizar el equilibrio de las cuentas públicas ni favorecer el crecimiento y la ocupación".
"Este plan son recortes, recortes, y más recortes a las clases trabajadoras, sin tocar los privilegios de la clase política", dijeron a Efe algunos de los participantes de la marcha en Roma, que empezó sobre las 9 de la mañana cerca de la estación de Termini y concluyó casi dos horas y media después ante el Arco de Constantino.
A la manifestación de Roma, en la que se entonó el himno partisano Bella Ciao, asistieron representantes de los colectivos más golpeados por los ajustes, como jubilados, jóvenes o funcionarios, además de representantes de la policía, de la enseñanza, de la justicia, del cuerpo forestal o del comercio exterior, que también protestaron contra las medidas anticrisis.
Los jóvenes fueron particularmente activos, pues, como dijo a Efe la coordinadora nacional de los estudiantes de instrucción media, Sofia Sabatino, "este plan no ofrece recursos para la investigación, convierte la educación en un privilegio para unos pocos, nos deja sin futuro y destruye el trabajo de los próximos 20 a 30 años".
Uno de los puntos más contestados fue el artículo 8 del plan de ajuste, que permite modificar el artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores, que garantiza la tutela en caso de despido de los empleados. "Esto significa simplemente el despido libre", dijo a Efe la secretaria general del CGIL, Susanna Camusso.
En el resto de Italia, las manifestaciones más importantes se registraron en Bolonia, Turín, Milán, Florencia y Nápoles. En Milán, la entidad financiera más importante de Italia, Unicredit, fue objetivo de lanzamiento de huevos al pasar la manifestación por la sede de la bancaria, en Piazza Cordusio, para luego hacer lo propio contra la Banca Popolare de Novara en Via Margherita.
Después, unos trescientos manifestantes se acercaron a Piazza Affari, donde se encuentra la sede de la Bolsa de Italia, y que se encontraba blindada por fuerzas de seguridad. En Florencia, entre 15.000 y 20.000 personas, entre las que figuraban muchos alcaldes y administradores locales, recorrió algunos tramos del centro de la ciudad sin incidentes. Sin embargo, en Nápoles, tercera ciudad italiana, ocho policías resultaron heridos por la explosión de un petardo.
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