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Madrid/Naturgy ganó 1.214 millones de euros en 2021 gracias a las desinversiones de negocios en el extranjero, que compensaron los costes del plan de salidas en España y los asociados a ceses de contratos de gas, con lo que dejó atrás los números rojos de 2020, cuando perdió 347 millones.
La multinacional energética española difundió ayer sus resultados de 2021, un año marcado por la opa parcial lanzada por el fondo australiano IFM, que es actualmente el cuarto accionista de la compañía, con un 12% del accionariado.
Naturgy cerró 2020 con pérdidas porque llevó a cabo un deterioro por valor de 1.363 millones en su actividad de generación convencional en España y en las actividades de gas en Argentina.
La compañía que lidera Francisco Reynés afrontó en 2021 un conjunto de factores extraordinarios que afectaron al beneficio neto del ejercicio.
Por una parte, los costes de reestructuración, principalmente el plan de salidas voluntarias de empleados en España, restaron 291 millones a las ganancias netas de 2021, mientras que los costes “por desestimiento por contratos onerosos de ventas de gas” penalizaron con otros 176 millones el beneficio, según consta en la documentación remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
En cambio, esos impactos negativos se vieron compensados por las plusvalías netas derivadas de la venta del negocio de distribución eléctrica de la chilena CGE (111 millones de impacto positivo en el beneficio), el acuerdo sobre Unión Fenosa Gas que implicó su salida de Egipto (127 millones) y la reversión del canon hidráulico (164 millones de aportación a las ganancias).
Naturgy asegura que, en términos ordinarios, sin tener en cuenta todos estos factores extraordinarios, habría cerrado 2021 con un beneficio neto de 1.231 millones, un 41,2% superior al resultado también ordinario de 2020.
En una conferencia de analistas, Naturgy ha precisado que ha aprovechado las cuentas de 2021 para provisionar 234 millones por las penalizaciones económicas que deberá asumir al desistir de una serie de contratos de ventas de gas a clientes, principalmente industriales.
Esos 234 millones son el impacto que tienen estos “costes de desestimiento por contratos onerosos de ventas de gas” en el Ebitda o beneficio bruto de explotación, que en 2021 se elevó un 2,3% hasta 3.529 millones.
Naturgy ha asegurado en un comunicado que 2021 estuvo marcado “por la recuperación gradual de la demanda tras el impacto de la crisis de la covid-19 y, muy significativamente, por el importante incremento de los precios de las materias primas, especialmente a lo largo del segundo semestre”.
La compañía ha subrayado que cumplió con sus previsiones en un contexto energético volátil y que la gestión de la energía en los mercados internacionales compensó los resultados de la comercialización en España, que se vio afectada por la situación de los mercados y el aumento de los precios de la energía, con impactos transitorios.
Más allá de la evolución del negocio, la actualidad de Naturgy sigue pendiente de la entrada de IFM en el consejo de administración, ya que desde que culminó la opa parcial, a mediados de octubre, este fondo australiano todavía no ha solicitado disponer del consejero al que tiene derecho nombrar.
También este viernes Naturgy ha detallado que propondrá en su próxima junta general de accionistas, que todavía no se ha convocado, aunque se espera para marzo, la aprobación de un dividendo complementario de 0,5 euros por acción, que se abonará en el primer trimestre.
Naturgy ha dado a conocer que en 2021 invirtió 1.484 millones, un 16% más que el año anterior, debido principalmente a los proyectos renovables que tiene en marcha en Australia, España y EE.UU., y a las inversiones en redes de gas y electricidad, prioridades que absorbieron en su conjunto 952 millones.
Las cuentas también reflejan que Naturgy cerró 2021 con una plantilla global de 7.366 personas, un 21,1% inferior a la de hace un año, debido al plan de salidas voluntarias en España y a las desinversiones en el extranjero.
La compañía logró unas ventas netas por valor de 22.140 millones de euros el año pasado, un 44,3% más que en 2020, y su deuda neta se situó en 12.831 millones al cierre de 2021, un 5,7% menos que en 2020, lo que equivale a 3,6 veces el Ebitda.
Por unidades de negocio, la de gestión de la energía y redes aportó 3.266 millones de euros al Ebitda o beneficio bruto de explotación, un 14,2% más; la de renovables y nuevos negocios aportó 488 millones, un 38,6%, mientras que el negocio de comercialización restó 96 millones y otros negocios también penalizaron con 129 millones al beneficio operativo.
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