La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¿Dónde está el listón de la vergüenza?
El economista jefe saliente del Banco Central Europeo (BCE), Jürgen Stark ha sido hasta el final uno de los denominados "halcones" en banca central, los defensores a ultranza de la ortodoxia monetaria y la estabilidad de precios.
Miembro del comité ejecutivo del BCE desde el 1 de junio de 2006, Stark había manifestado desde el principio su oposición al programa de compra de deuda pública que la entidad monetaria europea lleva a cabo desde mayo de 2010 para ayudar a los países que atraviesan dificultades de financiación, sobre todo los periféricos.
No obstante, Stark fue más moderado al mostrar públicamente su oposición que el antiguo presidente del Bundesbank (banco central alemán) Axel Weber, quien también abandonó su puesto por su rechazo a la compra de deuda pública del BCE.
Stark, que hasta llegar al BCE había sido vicepresidente del Bundesbank, ocupó el 1 de junio de 2006 el puesto dejado en el directorio del BCE por Otmar Issing, también gran defensor del control de la inflación
Nacido en el estado federado alemán de Renania-Palatinado en 1948, Stark fue vicepresidente del Bundesbank desde septiembre de 1998 y además desarrolló en la función pública la mayor parte de su carrera, con varios puestos en los ministerios de Economía y Finanzas germanos desde 1988 hasta 1998.
Antes de pasar a formar parte del Bundesbank, Stark fue secretario de Estado de Finanzas y comisionado personal del entonces canciller alemán, Helmut Kohl, en la preparación de cumbres económicas.
Stark ha defendido hasta el final, poniendo a disposición su cargo, la ortodoxia monetaria, que considera que el aumento de la masa monetaria es un riesgo para la estabilidad de precios y crea presiones inflacionistas en medio de la peor crisis financiera desde la Segunda Guerra Mundial.
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