Los accionistas de Abengoa siguen atrapados: no podrán declarar pérdidas en el IRPF de 2024 al no estar liquidada la sociedad
La Administración Concursal de la que fuera la mayor multinacional sevillana no prevé que el proceso termine antes del cuarto trimestre de este año
El fin de Abengoa llega a la Bolsa: los accionistas lo pierden todo

Sevilla/Los cerca de 90.000 accionistas que invirtieron en participaciones de Abengoa llevan atrapados casi un lustro. Lo están desde que el 14 de julio de 2020 se suspendió la cotización de los títulos por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y ya no pudieron hacer nada con esas acciones. La orden judicial de liquidar la histórica matriz de la multinacional andaluz y la consiguiente exclusión de la Bolsa confirmó que habían perdido todo el patrimonio invertido unos dos años más tarde, en el verano de 2022. Ni siquiera podrán beneficiarse de declarar ante la Agencia Tributaria esas pérdidas.
Fuentes de la Administración Concursal de Abengoa SA, que ejerce EY Abogados, confirmaron a este periódico que en la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) correspondiente al ejercicio de 2024 tampoco podrán declarar las pérdidas, ya que no se prevé que la sociedad quede definitivamente liquidada antes del 30 de junio, fecha en la que termina el periodo voluntario para certificar el hecho imponible y que comenzó el pasado 2 de abril.
Abengoa tenía aproximadamente unos 90.000 accionistas. El capital estaba muy atomizado y era extremadamente heterogéneo. Decenas de miles de ellos son inversores particulares y siguen atrapados. Muchos de ellos invirtieron tras la primera reestructuración de capital que se hizo en 2017, tras salvar el preconcurso de 2016, bajo la promesa de que nacía una nueva Abengoa con mucho futuro tras capitalizar los principales acreedores financieros. Pese a que ese tipo de promesas fueron mantenidas en el tiempo por el consejo de Abengoa que se hizo cargo de la empresa en esa etapa, que presidía Gonzalo Urquijo Fernández de Araoz, al menos hasta octubre de 2019 –en el investor day incluso dijo que tras la segunda reestructuración la compañía resurgía cual ave fénix–, esos acreedores, bancos y fondos, habían vendido a pérdidas la mayoría de sus acciones en la primavera de 2017, al poco de capitalizar sus deudas.
La liquidación de Abengoa SA sigue pendiente de dos factores. El primero es que aún no se ha liquidado el cuadro San Pedro penitente de los Venerables, de Bartolomé Esteban Murillo.
Esta obra pictórica fue comprada en 2014, año en el que se inició la crisis de Abengoa que terminó por liquidarla en 2022. Y aunque el objetivo era donarlo a la Fundación Fondo de Cultura de Sevilla (Focus), creada por la multinacional sevillana fundada en 1941 por los ingenieros Javier Benjumea Puigcerver y José Manuel Abaurre Fernández-Pasalagua, junto con tres amigos y otros familiares, la obra permaneció en el balance de la matriz del grupo hasta su orden de liquidación.
El San Pedro fue pintado en 1675 por el sevillano para la iglesia del hospital de Los Venerables y fue una de las 999 pinturas –en su mayoría de Murillo– confiscadas y almacenadas en El Alcázar durante el expolio de las tropas napoleónicas mandadas por el mariscal Soult en 1810, en la Guerra de la Independencia. En 2022 el Gobierno de la Junta de Andalucía lo declaró Bien de Interés Cultural (BIC), por lo que es inexportable.
El cuadro se localizó en una casa de la isla de Man y Abengoa lo compró por unos seis millones, tras autorizarlo el Gobierno británico, entre otras razones porque regresaba al lugar original para el que fue concebido por el artista.
El murillo no se ha vendido y sobre él pesa una pignoración de la Tesorería General de la Seguridad Social como garantía para cubrir una deuda de 20 millones de euros. Precisamente, la venta no se ha producido porque falta por cumplimentar un trámite por parte de la Seguridad Social para ver qué parte de esa deuda queda pendiente y si ésta se atribuye o no a Cox, que se hizo con la unidad productiva en el concurso. Sin embargo, fuentes de la Administración Concursal creen que, aunque se demore más la venta de este activo, el concurso podría cerrarse sin que se produzca la venta o adjudicación del bien.
El segundo factor es que el concurso de Abengoa SA sigue pendiente de ser calificado, algo que EY no prevé que ocurra hasta finales de este año, en el cuatro trimestre de 2025, razón por la que es seguro que los accionistas no podrán declarar pérdidas al liquidar el IRPF de 2024.
Las familias fundadoras de Abengoa SA, agrupadas en la sociedad Inversión Corporativa (IC), solicitaron en el primer trimestre de 2023 a la Sección Tercera del Tribunal de Instancia Mercantil de Sevilla que se declarase concurso culpable y que se responsabilizase al consejo de administración que presidía Gonzalo Urquijo, así como que se condenase a sus miembros a cubrir la totalidad del déficit concursal.
IC solicitó que se declarasen culpables a Urquijo y a los seis consejeros que integraban el consejo –Manuel Castro Aladro, José Luis del Valle Doblado, José Wahnon Levy, Ramón Sotomayor Jáuregui, Pilar Cavero Mestre y el fallecido Josep Piqué Camps– entre noviembre de 2016 y el mismo mes de 2020, y al administrador de las sociedades instrumentales creadas en la primera reestructuración Christian Anders Digemose, que consideran "administrador de hecho" del grupo que estuvo cotizado hasta su liquidación.
También te puede interesar
Lo último