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Las bodegas de Sanlúcar no están para nada satisfechas con los resultados de la promoción genérica de los vinos de Jerez y la Manzanilla, en la que piden cambios que permitan reconducir la tendencia a la baja de las ventas, acentuada en los últimos años.
La asociación bajo la que se agrupan las principales bodegas sanluqueñas y sus dos cooperativas vitivinícolas señalan que, a pesar de los esfuerzos y las inversiones en campañas de promoción realizados por las empresas, no se aprecian resultados. Gabriel Raya, su portavoz, subraya que, en los últimos cuatro años, los vinos de Jerez y la Manzanilla han perdido uno de cada cuatro litros comercializados, lo que equivale al 25% de sus ventas. Esa caída en volumen no se ha visto compensada por el aumento de precios registrado en el mismo periodo debido a la subida de los costes de producción, por lo que el incremento de valor no se traduce en una mayor rentabilidad para las bodegas.
Raya critica que, a pesar de que las bodegas financian en parte las campañas promocionales que se realizan con fondos europeos, su esfuerzo tampoco ha tenido reflejo en las ventas. Este desajuste entre la inversión en promoción y los resultados ha llevado a la Asociación Profesional de Bodegas de Sanlúcar de Barrameda a cuestionar la efectividad de las políticas de promoción actuales. En consecuencia, la patronal de la manzanilla plantea que, si los esfuerzos promocionales no se traducen en un aumento del volumen de ventas, habría que reconsiderar la estrategia, que “no está dando frutos”, y explorar nuevos mercados o ferias.
Mientras la promoción genérica de los vinos de Jerez y la Manzanilla no dé los resultados esperados, será difícil mejorar las perspectivas comerciales del sector, lo que, a su vez, pone en evidencia la necesidad de revisar la estrategia del Consejo Regulador para hacer frente a los retos del mercado, sostiene la asociación.
Bodegas de Sanlúcar ha llegado a esta conclusión tras el análisis de la situación del sector y sus retos a corto y medio plazo abordados por los asociados en su primera reunión tras la reelección de Cesar Saldaña como presidente del Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen del Marco de Jerez. En dicha reunión también se ha puesto de manifiesto el malestar de la asociación con la falta de avances para la modificación del reglamento interno del Consejo Regulador, específicamente en lo que respecta a la Comisión de la Manzanilla.
Aunque este órgano fue creado para abordar los asuntos exclusivos de la DO Manzanilla, su capacidad de actuación sigue estando limitada por la falta de carácter ejecutivo de sus decisiones pese a lo establecido en el acuerdo sectorial por las organizaciones profesionales del Marco de Jerez y el Consejo Regulador en marzo de 2021.
“Sanlúcar ha cumplido lo que firmó, pero sigue sin modificarse el reglamento” por lo que las decisiones de la Comisión de la Manzanilla, aunque soberanas, no pueden llevarse a efecto sin la aprobación del pleno del Consejo Regulador, indica el portavoz.
A modo de ejemplo, Raya alude al acuerdo de la Comisión por el que se establece un único uso para la Manzanilla, prohibiéndose el embotellado para su comercialización del vino previamente destinado al negocio del envinado de botas (Sherry Casks) para el envejecimiento de destilados y que “hubo que llevar tres veces al pleno del Consejo para que saliera adelante”.
Para Bodegas de Sanlúcar, la modificación del reglamento para que la Comisión de la Manzanilla "deje de estar en precario" tras cuatro años de espera es una prioridad de cara al nuevo mandato de Saldaña y así se lo recordarán al presidente del Consejo Regulador.
Las organizaciones profesionales del Marco de Jerez y el Consejo Regulador sellaron a principios de 2021 el acuerdo por el que se lograba desbloquear la revisión de los pliegos de condiciones de las Denominaciones de Origen del vino de Jerez y la Manzanilla de Sanlúcar, poniendo fin a largos años de conflicto.
Dicho acuerdo establecía la unificación de las zonas de producción y crianza, estableciendo así la posibilidad de embotellar y comercializar los vinos amparados por la DO a todos los municipios del Marco de Jerez (Trebujena, Chiclana, Chipiona…) frente a su limitación previa en exclusiva de la que gozaban Jerez, Sanlúcar y El Puerto.
Por otra parte, se disponía el abandono paulatino de la crianza y embotellado de vino fino en Sanlúcar para que todos los vinos de crianza biológica del municipio sanluqueño pasasen a ser amparados exclusivamente por la Denominación de Origen Manzanilla de Sanlúcar.
El acuerdo también incorporaba la reivindicación de las bodegas de Sanlúcar en lo que a la promoción y gestión de la Manzanilla se refiere, con la creación de la Comisión de la Manzanilla dentro del Consejo Regulador, con competencias ampliadas en su propia regulación.
Asimismo, se acordaba establecer una partida específica dentro del presupuesto anual para la promoción de la DO Manzanilla, a fin de reforzar la identidad y singularidad de este vino para adaptarse a los nuevos retos del mercado.
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