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Los eurobonos enfrentan a Merkel y Hollande

Los líderes de la UE no han acercado posturas sobre la emisión de deuda conjunta. Rajoy no convence a los socios para que el BCE intervenga de urgencia.

Hollande propone a la UE un plan de crecimiento por valor de 120.000 millones euros
Efe

23 de mayo 2012 - 22:42

Los líderes de la UE han fijado sus prioridades para la agenda de crecimiento que aprobarán en la cumbre de junio, en una cita informal que ha servido para constatar la ruptura del eje franco-alemán en torno a los eurobonos y el consenso para abrir una nueva etapa en la unión monetaria. En una cita sin grandes novedades, lo más notable fue el enroque de los jefes de Estado y de Gobierno en propuestas que no tienen visos de prosperar de forma inmediata, mientras que pasaron de puntillas sobre situaciones a más corto plazo.

Entre ellas, los llamamientos del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, quien insistió en la necesidad de colaboración del Banco Central Europeo (BCE) para garantizar liquidez y sostener las deudas públicas. En contra de lo previsto, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, no hizo ningún guiño durante su rueda de prensa a las peticiones de Rajoy, y el máximo responsable de BCE, Mario Draghi, no dio ninguna indicación sobre una posible actuación de la institución como demanda una España acosada en los mercados. Eso sí, aseguró que el Banco continuará haciendo "todo lo que sea necesario" para salvaguardar la estabilidad de la zona del euro y apuntó a vías alternativas para disponer de liquidez.

En este contexto, y aunque era de prever, la diferencia expuesta por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Francois Hollande, en torno a la posible emisión de deuda común en la eurozona fue el gran centro de atención de la cumbre. El mandatario galo aseguró que no ha estado solo en la defensa de los eurobonos y que a diferencia de él, Merkel no considera la mutualización de la deuda como un elemento de crecimiento, sino con la perspectiva a largo plazo de integración. "Yo tengo otra concepción. Son la ocasión de mutualizar una deuda no pasada sino futura, para que los países puedan acceder más fácilmente a la financiación en el mercado", recalcó.

Merkel, quien admitió esas diferencias con Hollande, cree que los eurobonos no contribuyen a apuntalar el crecimiento y que los tipos de interés unificados que generó la introducción del euro no han contribuido a mejorar la competitividad en todos los Estados miembros. Pese a esas discrepancias en el eje franco-alemán, hubo un "consenso general" sobre la necesidad de "elevar el área de la moneda común a un nuevo nivel", es decir fortalecer la unión económica para hacerla más acorde a la unión monetaria.

Van Rompuy preparará las bases y el método para esa transformación de cara a la cumbre del 28 y 29 de junio junto a los presidentes del BCE, de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. Por ahora no se descarta ninguna vía para proceder a esa mayor integración entre las economías del euro. "Haremos todo lo que tengamos que hacer en el marco de los actuales tratados", señaló el presidente del Consejo Europeo, quien no descartó ir más allá y recordó que la UE cuenta con vías amplías a su disposición, como podrían ser nuevos tratados intergubernamentales. El político belga subrayó que por ahora es "demasiado pronto" para entrar en detalles, aunque citó los eurobonos como un ejemplo de los instrumentos que están sobre la mesa de cara a esa reforma a largo plazo del funcionamiento de la eurozona.

Otros asuntos que algunos países plantearon, detalló, fueron una supervisión y resolución bancaria más integrada y la puesta en marcha de un sistema común de garantías de depósitos. Para el corto plazo, las recetas de crecimiento de la UE se centran en un aumento del capital del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que se pretende aprobar en junio, y en el uso de bonos para financiar proyectos de infraestructura clave.

Los líderes reafirmaron además su compromiso de salvaguardar la estabilidad financiera y la integridad de la eurozona. En este sentido, los líderes volvieron a defender que Grecia continúe en el euro y siga recibiendo solidaridad europea a través de la ayuda financiera, pero siempre que el gobierno que salga de las elecciones del próximo 17 de junio cumpla con los compromisos contraídos.

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