Grandes expectativas para Navantia con el incremento del presupuesto para Defensa

La compañía pública naval se encuentra entre las empresas españolas que más pueden beneficiarse de las nuevas inversiones a tener de los planes de futuro de la Armada

Navantia comienza a construir en Puerto Real el nuevo BAM-IS para la Armada, "el mejor buque del mundo de su categoría"

Primer corte de chapa para el BAM-IS para la Armada que Navantia construye en Puerto Real.
Primer corte de chapa para el BAM-IS para la Armada que Navantia construye en Puerto Real. / D.C.

Cádiz/Los planes de la Armada Española contemplan la actualización de su flota. Una necesidad que pasa por la adecuación de algunos buques, ya en medio vida, pero sobre todo con la construcción de nuevas unidades que la lleven a ser una flota moderna. Se trata de una apuesta ambiciosa en la que Navantia se presenta como compañero fiel, de demostrada experiencia y solvencia, con el empuje, además, del anuncio del Gobierno de Pedro Sánchez de aumentar el presupuesto de Defensa al 2% del Producto Interior Bruto (PIB), como demandaba la OTAN, ya este año. Hasta 10.471 millones adicionales y un total de 33.123 millones, que se entienden se mantendrán a partir de ahora en los presupuestos anuales, por lo que esta demanda de barcos de la Marina puede estar cubierta económicamente. Esto abre un panorama prometedor para la compañía naval pública.

A finales de año, la Armada presentó, junto a la ministra de Defensa, Margarita Robles, su Plan Armada 2050, un documento de trabajo estratégico sobre las necesidades de la institución en el que se recogen detalles sobre la situación geopolítica actual y las previsiones venideras. El texto desvela algunas de las claves que van a definir el camino que quiere emprender, para ser referente en el ámbito marítimo, como el desplazamiento del centro de gravedad económica mundial hacia el Indo-Pacífico, en el que considera que el mar ganará relevancia. Defensa, como se refleja en los planes del Gobierno, sabe que España necesita una mayor autonomía estratégica nacional que implica inversiones en las industrias españolas del sector, sin olvidar la colaboración con la industria europea. Entre otras cosas, menciona la soberanía tecnológica.

También supone una oportunidad para las empresas del sector de niveles más modestos

La situación internacional, y sus organismos de seguridad, demandan más fuerzas convencionales, lo que implica más presupuesto e inversiones para modernizar y reforzar las capacidades militares. Se busca garantizar que la institución cuente con una capacidad avanzada de proyección con una composición equilibrada de la fuerza, con sistemas de armamento decisivos, buques de proyección de gran porte, fuerza anfibia versátil, arma submarina avanzada y sistemas no tripulados (UXV). Y para todo ello se reitera la necesidad de colaboración con la universidad y con la industria nacional de defensa.

Apuesta por la industria española

En los últimos meses con constantes referencias a las exigencias del Gobierno de Trump o al compromiso con la OTAN de incrementar el presupuesto en defensa al 2% del PIB (de cara a 2029, extremo que se ha acelerado y al que se llega con el plan industrial y tecnológico presentado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez), se han manejado nombres de empresas importantes que supondrían la principal fuerza industrial española, como Indra, Santa Bárbara Sistemas (General Dynamics), Telefónica, Airbus, Escribano Mechanical & Engineering (EM&E) o Navantia.

En el caso de la Armada, Navantia, como astillero preferente, se ha convertido en garante de su soberanía naval. Lo mencionaba el director de Ingeniería y Construcción Naval de la Jefatura de Apoyo Logístico de la Armada, el vicealmirante Nicolás Lapique, en la conferencia que ofreció en la Feria Exponaval de Chile, que explicaba el concepto: "Quiero este barco y a mi manera", lo que es posible gracias a la compañía naval pública. En los años 60 compraban buques completos a Estados Unidos, una década después adquirían los diseños y se empezaba a tecnificar en el astillero de Ferrol. En los 80 construyen, pero compran el diseño de portaaviones a los estadounidenses para transformarlo. "Con una modificación del diseño creamos el PDA, el portaaviones Príncipe de Asturias", recordaba el mando militar. En esos años trabajan con Holanda y Alemania en el diseño de una fragata, una capacitación que alcanzan en los 90. En esa década diseñan y construyen el Buque de Acción Marítima (BAC) Patiño y los LPD, "nos hicimos fuertes, éramos capaces de diseñar y construir". Es lo que Lapique denomina tener la técnica. El paso siguiente fue la exportación: a Australia, a Noruega, a Turquía, a Arabia, a Chile, a India. Más laborioso ha sido dominar el diseño y la construcción de submarinos propios, con más necesidad de tecnificación.

En los planes de la Armada está la dotación de su flota con en torno a medio centenar de nuevos buques

Ese bagaje ha definido lo que es Navantia en la actualidad, con capacidades para afrontar las exigencias tecnológicas que reclama la Armada, gracias también a la colaboración de otras empresas. En la relación de compañías que aportó Lapique en ese encuentro del sector naval en Chile mencionó a Indra como el sistemista principal; a la sevillana Ghenova, "la gran oficina técnica de Navantia", que califica como tier 2; o Fernández Jove, que suministra productos y con la que se desarrolla un proyecto de I+D para ir remplazando válvulas de casco de submarino. Sainsel, Telefónica, EM&E, Ferri, Gabadi, Abance Ingeniería, Oesía, Azcue Pumps o SAES fueron algunas de las nombradas. La tecnificación de la gaditana Frizonia, empresa especializada en sistemas de refrigeración y de aires acondicionados de buques de defensa (también civiles), ha permitido que ocupe el hueco de otras empresas extranjeras. Otra gaditana, Surcontrol, ya se posiciona para participar en el campo de la defensa, más con su clara vinculación con Navantia o Airbus.

Es la apuesta que hace la Armada y de Navantia por apoyar la industria española. "Hay una nueva mentalidad hacia la nacionalización del producto: si puede ser nacional, que sea nacional", comentaba hace unos meses Javier Gamundi, presidente de Frizonia, sobre este paso beneficioso para las empresas nacionales. Es algo que también se desprende de la estrategia política, ahora con el plan dado a conocer por el Gobierno central, del que todavía quedan por explicarse muchos detalles, pero también antes,con constantes menciones a la excelencia tecnológica española. Esto supone una oportunidad para las empresas también de niveles más modestos.

Navantia, en ventaja

En esta carrera, por tanto, Navantia parte con ventaja, más cuando en los planes de la Armada está la modernización de su flota que tiene una vida media de casi 30 años, pero también la construcción en torno a medio centenar de buques de distinto tipo y funciones, algunos ya encargados a Navantia; otros, modelos avanzados de diseños de la compañía pública; y algunos, de nueva configuración. En marcha está la continuación de los submarinos S-80, nuevas unidades de las fragatas F-110 y el BAM-IS (Buque de Acción Marítima de Intervención Subacuática).

Navantia, como astillero preferente se ha convertido en garante de la soberanía naval de la Armada

Según el gráfico que proyectó el director de Ingeniería y Construcción Naval de la Jefatura de Apoyo Logístico de la Armada durante su participación en Exponaval, para los próximos 15 años contemplan la modernización de media vida de las fragatas F-100, los buques de asalto anfibio tipo LPD y los cazaminas MCM. Además se plantea contar con 8 nuevos patrulleros costeros y dos nuevos BAM. Ya se anunció la construcción de dos buques hidrográficos costeros y un oceánico. También está anunciado un buque de aprovisionamiento logístico.

Pero, además de eso, entre las necesidades que pretende saciar la Armada están un buque de investigación oceánica, un BAM AIG (buque de inteligencia), un petrolero de flota, seis corbetas EPC (las corbetas en las que Navantia está implicada dentro de un consorcio europeo), otras dos F-110 (aparte de las cinco ya encargadas), dos submarinos s-80 (correspondientes a una segunda fase, tras los cuatro primeros que se construyen); siete buques conectores, dos nuevos LHD (portaaeronaves), tres buques nodriza (LXX) y seis cazaminas MCM.

De la construcción de estos buques se beneficiarán los astilleros que la compañía tiene en Ferrol, Cartagena y la Bahía de Cádiz. De los centros gaditanos, queda descartado Cádiz, especializado en reparaciones, pero Puerto Real y, sin duda, San Fernando aspiran a ser parte de este ambicioso desafío. El presidente de la compañía, Ricardo Domínguez, ya se refirió en diciembre al aumento de inversión en defensa, "lo que supondrá la dotación en todos los ejércitos, también en la Armada. Por lo que esperamos que como consecuencia se construyan barcos desarrollados por Navantia".

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