La pesca mediterránea andaluza, muy pesimista sobre el futuro de la actividad en 2025

Sevilla/Tras dos reuniones técnicas con el Ministerio de Agricultura para analizar el acuerdo europeo de pesca, el sector andaluz del Mediterráneo se muestra muy pesimista sobre la posibilidad de los 100 barcos que faenan en aguas almerienses, malagueñas y granadinas puedan tener actividad en 2025, con el perjuicio que ello supondría. qu

Recordemos que los países de la UE pactaron reducir un 66% los días de la pesca de arrastre en el Mediterráneo (por lo que se pasaría de 130 de media a 44), pero introdujeron la posibilidad de aplicar medidas compensatorias como la ampliación de las mallas (a 45 o 50 milímetros, dependiendo de si se hace la captura en costa o en profundidad) o la instalación de puertas voladoras, mecanismo que permite no tocar el fondo y por tanto con menor impacto en los fondos marinos. Si todos los barcos las aplicaban al 100%, se podrían recuperar todos los días de pesca e igualar lo que se faenó en 2024.

Pues bien, a pesar de que el ministro de Agricultura, Luis Planas, afirmó el lunes que las medidas estarán financiadas al 100%, la pesca andaluza no lo ve nada claro. Según José María Gallart, presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras (Faape), “no se nos aclara cómo vamos a tener el 100% de las ayudas y el 100% de los días”. “Ya tenía que estar claro cómo se hace; estamos a 20 de diciembre y cuando llegue el mes de enero no sabré cómo pedir las ayudas para cambiar la maya o instalar las ayudas”.

Para Gallart, lo que llama medidas compensatorias (para ganar días) “no están garantizadas” y eso pone en cuestión la rentabilidad y, por tanto, la actividad de la flota. De hecho, afirma, al menos el 30% de los barcos andaluces (hay unos 100, y por tanto son 30) no se plantean siquiera salir a la mar. Son, en concreto, los que tienen menos días asignados. Hay algunos que tiene 80 o 90.

La pesca andaluza ha propuesto, ante esta situación, un paro patronal a partir del 1 de enero, algo que no es ni mucho menos seguro que se haga, ya que Gallart entiende que para que tenga efecto debe ser secundado por todo el sector en su conjunto.

Gallart critica, además, que los pescadores están recibiendo comunicaciones que “modifican la naturaleza de los acuerdos de Bruselas”. Hasta ahora, la veda temporal era de dos tipos: cuatro semanas de mayo a septiembre o seis semanas de mayo a octubre, siempre voluntaria y con compensaciones. Ahora, sin embargo, la de cuatro semanas es obligatoria, lo que hace que el sector esté “aún más cabreado”. “No hay salida para 2025”, afirma.