El teletrabajo se resiste en Andalucía, con ratios por debajo de la media nacional en empleados y empresas

La estructura del tejido productivo y el tamaño de las compañías, entre los factores que explican un avance inferior respecto al conjunto de España

Los funcionarios de la Junta de Andalucía podrán teletrabajar hasta tres días

Una persona teletrabajando.
Una persona teletrabajando. / Europa Press
Nuria Ramos

26 de noviembre 2024 - 07:01

Sevilla/Cuando en 2020 la pandemia de Covid-19 obligó al confinamiento de millones de personas en todo el mundo, el teletrabajo se reveló como la única vía de escape para mantener la actividad de multitud de empresas y de entidades de todo tipo. Cuatro años más tarde, esta modalidad -tanto en su formato a tiempo completo como híbrido- se ha incorporado con normalidad al panorama laboral, si bien no ha experimentado la expansión que se pronosticaba entonces, al menos, en el caso de España, y mucho menos, en el de Andalucía

Así se desprende de la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en los Hogares de 2024 del Instituto Nacional de Estadística (INE), que sitúa en el 15,1% el porcentaje de ocupados que teletrabajan en España, creciendo ligeramente respecto al ejercicio anterior (1,3 puntos), aunque muy alejado de la media europea que, según datos de Eurostat, es de un 22,2% de empleados que utilizan esta tipología con frecuencia u ocasionalmente. 

“Siempre ha existido una diferencia en la implantación del teletrabajo entre el norte y el sur de Europa, no es solo el caso español. Algunos pensarán que nuestra inercia a la socialización es la causa, pero tiene más que ver con los antecedentes históricos, la distribución sectorial y los niveles de productividad en los distintos países. Así, donde hay mayor peso de ramas de actividad ‘teletrabajables’ (banca, seguros, telecomunicaciones, sector digital) las ratios son mayores”, asegura a este diario Javier Blasco, director de The Adecco Group Institute. 

Esta misma explicación es extrapolable al análisis de la implantación de esta modalidad en España, de forma que la relativa ‘resistencia’ al trabajo en remoto responde a la distribución del tejido productivo en cada territorio: en aquellos tradicionalmente más industriales hay menos empleados operando a distancia (País Vasco, Asturias, Navarra), al igual que en las zonas con mayor presencia de sectores como la agricultura o hostelería. 

Brecha andaluza

En este contexto, la brecha de Andalucía es de casi nueve puntos con respecto a Europa y de 1,6 puntos con el conjunto nacional, ya que los andaluces que teletrabajan son el 13,5% del total de ocupados -más de 452.000 personas en términos absolutos-. Con este dato, en la comparativa por regiones, la andaluza está, además, a gran distancia de las que ocupan los primeros cajones del podio, como son Madrid, con un 26,7% de empleados que operan en remoto, y Cataluña, con un 21,5%. 

“Andalucía, por su extensión y población, siendo la comunidad con mayor número de empresas, tiene una estructura productiva -como el resto del país- mayoritariamente de pymes y micropymes, pero además con una fuerte presencia de la hostelería, industria, construcción y del sector agrario; en todos estos escenarios el teletrabajo suele ser inviable o minoritario”, apunta Javier Blasco. 

A este respecto, el director de The Adecco Group Institute añade que “solo en las grandes compañías, y en los territorios y zonas metropolitanas con mayor presencia de ramas como la tecnológica o las oficinas, es donde encontramos cifras comparables a las de Madrid, por ejemplo”.

Niveles máximos

A pesar del diferencial con el conjunto nacional, el porcentaje de empleados que teletrabajan en Andalucía ha avanzado 4,7 puntos respecto al informe del ejercicio anterior y se sitúa -con el 13,5% mencionado- en su nivel máximo desde el inicio de la serie histórica del INE en 2021, el primer año pospandemia, cuando, en el momento de mayor popularidad de esta tipología y con un contexto todavía marcado por las restricciones en algunas actividades económicas y sociales, se llegó el 12,8% de los ocupados.

También alcanza su techo la media de días de teletrabajo en la región andaluza, que se sitúa en 3,5 a la semana, tras crecer ligeramente en relación con el ejercicio anterior. En esta variable, Andalucía se coloca por encima de la media nacional -de tres días semanales- y escala a la segunda posición del ranking de comunidades autónomas, empatada con Aragón y tan solo superada por Extremadura, con 3,6 días. 

La misma encuesta, cuyos datos se recogieron entre el 1 de abril y el 28 de junio de este año, revela que las modalidades en remoto no acaban de calar entre los empleados de Andalucía, ya que un 17,9% de los consultados no ha teletrabajado, aunque su empresa se lo permitiría. No obstante, para los andaluces que sí lo hacen, la valoración de su experiencia laboral es muy positiva, con una nota de 8,6 puntos sobre 10, en consonancia con el promedio español. 

Caen las empresas

Poniendo el foco en el lado empresarial, el porcentaje de compañías andaluzas de diez o más empleados que permite el teletrabajo ha caído drásticamente desde su punto álgido en 2021, en el arranque de la serie estadística. En concreto, se ha desplomado más de 12 puntos, al pasar del 42,09% en aquel ejercicio, hasta la cifra actual, del 29,85%.

Según recoge la Encuesta sobre el uso de TIC y del Comercio Electrónico en las Empresas del primer trimestre de 2024 del INE, pese a la importante caída, la proporción ha avanzado 3,4 puntos en relación con el ejercicio 2023, cuando tocó su suelo, con solo un 26,45% de compañías de la región que concedían a sus empleados la posibilidad de trabajo en remoto. 

En su posicionamiento dentro de España, Andalucía tampoco sale bien parada en esta estadística, situándose más de siete puntos por debajo de la media, teniendo en cuenta que el porcentaje de empresas de diez o más empleados que permite el teletrabajo en el conjunto nacional es del 37,5%. En el escalafón de comunidades, la región andaluza ocupa el séptimo puesto, muy alejada de los tres puestos de cabeza: Madrid (52,25%), Cataluña (47,81%) y País Vasco (38,61%). 

Modelo de evaluación 

El director de The Adecco Group Institute cree que la reticencia de las compañías a estas tipologías se debe, entre otros factores, a “la falta de un modelo de evaluación lo suficientemente maduro”. “La solución fácil es acudir al presentismo”, señala Javier Blasco, quien, no obstante, rompe una lanza a favor de las empresas andaluzas, que, según subraya, “han sido pioneras en la reducción de jornada manteniendo el salario, cuando la tecnología así lo posibilita o en la atracción de talento digital con modelos intensivos de trabajo en remoto, con los ejemplos de los parques tecnológicos de Sevilla o Málaga”. 

De cara a la evolución de los próximos años, vaticina que “va a ser positiva” y que la potencialidad de estas modalidades “irá aumentando tanto en profesiones como en sectores y territorios”, convirtiéndose, además, en un elemento para la atracción y retención del talento. “Es verdad que parece haber una mayor apuesta por la parte trabajadora que por las organizaciones, pero la gran mayoría en ambos colectivos cree que el trabajo en remoto y otros sistemas de organización flexible no tienen vuelta atrás”, concluye. 

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