Jerez Íntimo
Marco Antonio Velo
De Jerez a San Fernando: un abuelo habla con su nieto
El electodatómetro jerezano
Una docena de partidos han conseguido hasta la fecha tener, al menos, un concejal en la corporación jerezana desde que en 1979 se celebraran las primeras elecciones municipales del actual periodo democrático. Claro está, las grandes formaciones como PSOE y PP (esta última sumándole los de Alianza Popular en la década de los ochenta), así como las distintas formaciones lideradas por Pedro Pacheco (que llegó a presentarse hasta con cuatro marcas distintas), son las que han obtenido más actas de concejal en el salón de plenos de la calle Consistorio.
Al igual que en la designación de representantes en otras cámaras legislativas, el reparto de concejales se realiza con el método D'Hondt, un sistema proporcional en el que se dividen los totales de los votos obtenidos por cada partido con sucesivos divisores, dando secuencias de cocientes decrecientes y asignando los ediles a los promedios más altos.
Ahora bien, y tal y como marca la normativa electoral, no todos los partidos pueden entrar en este reparto ya que se exige un mínimo de respaldo. En el caso de las elecciones municipales, este umbral está fijado en el 5% del total de votos válidos (en andaluzas y generales, en cambio, está en el 3%). A partir de ahí, primero hay que establecer qué es el voto válido que es sencillamente el resultado de restarle al total de votos que ha habido en las mesas aquellos que han sido considerados nulos (aquellos que tienen una papeleta diferente a la oficial, que esté rota o modificada, entre otros motivos).
La Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg) entró en vigor en 1985 por lo que no fue hasta las elecciones de 1987 cuando se empezó a aplicar el mínimo del 5% para entrar en el reparto. En las convocatorias precedentes, esta convocatoria se regulaba por una Ley aprobada en 1978 locales donde no se establecía ese mínimo de votos. Esto permitió, por ejemplo, que el Partido Comunista de España (PCE) lograra en mayo de 1983 un concejal en Jerez a pesar de haber obtenido únicamente el 3,6% de las papeletas.
De este modo, en las 11 elecciones precedentes ha habido partidos que rozaron la ‘gloria’ de la representación en el cabildo jerezano. Fue el caso de Vox en 2019 que se quedó a 158 papeletas de alcanzar el umbral del 5%. Treinta años antes, le ocurrió lo mismo a Izquierda Unida, formación que se estrenaba entonces en unos comicios locales como coalición de varios partidos de izquierdas. Esta fuerza política se quedó entonces a 379 sufragios de obtener el acta. Mientras tanto, en 2003, IU logró el acta de concejal tras superar con escasos siete votos el límite legal que le permitió entrar en el reparto.
Hasta la fecha, la de 2011 ha sido la convocatoria electoral donde más difícil fue obtener un concejal. Entonces, el umbral del 5% se situó en 4.905 papeletas ya que la participación fue del 60,6%, la segunda más alta de todas las elecciones municipales. Los 3.941 votos obtenidos por el Partido Socialista de Andalucía (PSA) entonces fueron insuficientes para alcanzar un edil en la corporación jerezana.
En cambio, fue en 1991, año donde Pedro Pacheco obtuvo su tercera mayoría absoluta consecutiva, en la que poco más de 3.350 votos permitieron la entrada en la corporación municipal. Esto permitió que en ese año, con poco más de 4.700 votos, IU lograra dos concejales cuando en otras convocatorias esa cifra de respaldo hubiera arrojado únicamente un representante.
A pesar del progresivo incremento del censo por el aumento poblacional (para la cita del próximo 28 ha aumentado en 2.886 personas respecto a 2019), el número de votos necesarios para alcanzar el anhelado 5% se ha ido reduciendo en las últimas elecciones celebradas debido a la caída de la participación. Así, si en 2011 fueron necesarios más de 4.900 papeletas para entrar en el salón de plenos de la calle Consistorio, en 2019 bastó con 4.327.
Para las próximas elecciones municipales del próximo 28 de mayo, el número de votos que permitirá entrar en el reparto de concejales dependerá, claro está, de la participación. Así, una baja participación reduce el número de votos requeridos mientras que una elevada asistencia a las urnas dificulta el acceso a las formaciones políticas minoritarias al necesitar de un respaldo superior.
También hay que tener en cuenta que el voto en blanco (el sobre depositado en la urna sin ninguna papeleta) se contabiliza como válido, aunque posteriormente, no se tiene en cuenta para la posterior asignación de escaños. Un elevado número de votos de este tipo también perjudica a los partidos más pequeños ya que se cuantifican a la hora de fijar el umbral legal del 5%.
Para las elecciones municipales del próximo día 28, son 169.711 los jerezanos que tienen derecho al voto. Además, hay que tener en cuenta que en los comicios locales precedentes, la abstención en Jerez ha oscilado entre el 39,3% de la convocatoria de 2011 y el 47,7% de 2019.
Por lo tanto, hacer una estimación de una participación de entre el 50 y el 65% del censo en la cita electoral del día 28 puede dar una aproximación relativamente certera de las papeletas necesarias para alcanzar el ansiado acta de concejal. También hay que tener en cuenta el porcentaje de votos nulos. Para hacer una aproximación, puede valer la media registra en los recuentos de las últimas elecciones, que se ha situado en torno a un 0,7% de los sufragios depositados en las urnas. .
Teniendo en cuenta estos supuestos, unos 4.300 votos bastarían para obtener un concejal si la participación no llegase al 52% de participación. Mientras, serían necesario más de 4.500 sufragios en el caso de que ascienda al 54%. Y se requerirían de más de 5.000 papeletas si la participación se situara por encima del 60%. Mientras, una participación récord del 65% provocaría que fueran necesarias cerca de 5.500 votos para obtener, al menos, un concejal.
Hasta ahora, en ningún comicio local se han requerido de más de 5.000 votos para obtener un concejal. De hecho, y debido a la bajada de la participación sufrida tanto en 2015 como en 2019, el mínimo del 5% se ha situado por debajo de los 4.500 respaldos.
Aunque pueda no parecerlo a simple vista, se considera que el D’hont es uno de los métodos de asignación de escaños más proporcionales que se utilizan en las democracias de todo el mundo. Ahora bien, esto no quiere decir que si un determinado partido logra un edil con 4.500 votos, necesitará de 9.000 para obtener el segundo. Todo depende, como es lógico, del reparto de entre otras formaciones pues esa cifra puede, incluso, dar hasta tres concejales.
Esto ocurrió, por ejemplo, en las elecciones de 2019. Ganemos se quedó con un representante tras recibir 4.540 votos. Mientras, Adelante Jerez (el nombre que llevó la coalición de Podemos e Izquierda Unida) logró tres ediles con algo más del doble de papeletas(9.648).
Y en 2015, Izquierda Unida consiguió dos concejales con poco más de 6.500 sufragios, los mismos que Ciudadanos con 7.999. Por lo tanto, llegar al entorno de las 7.000 papeletas el próximo día 28, si la participación es similar a la de hace cuatro años y no hay demasiados partidos que superen el 5% mínimo, podría valer para obtener dos representantes.
Además, alcanzar esa representación en el Consistorio jerezano no es baladí puesto que esta circunstancia permite conformar grupo municipal, con las ventajas que ello conlleva de asignación económica, representación en otros órganos, de presentación de propuestas en el pleno y de tiempo de intervención.
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