Indra instala en Gran Canaria un sistema de detección y protección de incendios forestales pionero

Indra ha instalado en Gran Canaria un sistema de detección y protección de incendios forestales pionero que puede distinguir pequeños focos de fuego de forma temprana, con un nivel de falsas alarmas extremadamente bajo.

Una de las principales compañías globales de tecnología y consultoría, ha completado el despliegue en Gran Canaria del más avanzado sistema de detección temprana y protección frente a incendios forestales actualmente en servicio en Europa.

El sistema Faedo de cubre en este momento la vigilancia de dos tercios del territorio de la isla, más de 1.000 kilómetros cuadrados, y protege un área en la que se concentran varios parques naturales de incalculable valor declarados reserva de la biosfera.

Faedo está integrado por un conjunto de cámaras térmicas y estaciones meteorológicas que vigilan día y noche y envían las imágenes y datos en tiempo real al centro de control. Un potente software basado en inteligencia artificial se encarga de procesarlas y buscar cualquier columna de humo o fuente de calor para determinar si se está produciendo un incendio.

Para los expertos de Indra, Faedo se diferencia de otros sistemas “por su capacidad para distinguir pequeños focos de fuego de forma temprana, con un nivel de falsas alarmas extremadamente bajo. Cuantas más horas está en servicio, más aprende y más eficaz e inteligente se vuelve”, subrayan.

El sistema se integra además con el simulador predictivo y el centro de control de incidencias de Cecopin (Centro de Coordinación Operativa Insular) para formar la solución más avanzada puesta en servicio hasta la fecha. De este modo y una vez detectado el fuego y lanzada la alarma, el sistema analiza las condiciones meteorológicas de viento, humedad, temperatura y volumen de masa vegetal para determinar en qué dirección y a qué velocidad se podría extender el fuego.

Los mandos estudian toda la información sobre un modelo de cartografía 3D levantado en una mesa de simulación. Sobre ella, planifican la intervención, identificando poblaciones que puedan verse afectadas, vías de acceso y evacuación, depósitos de agua cercanos, etc. También disponen de un sistema de simulación para analizar qué ocurriría si cambiase cualquiera de las variables.

Centro de mando

El centro de mando dispone de todas las herramientas para planificar, activar y coordinar el despliegue, manteniendo contacto con los efectivos sobre el terreno. Se apoyan para ello en un vehículo de mando avanzado que se desplaza a la zona para dirigir las actividades de extinción.

La implantación de este sistema de última generación se enmarca dentro del programa Alertagran, integrado en la Iniciativa Gran Canaria Inteligente (IGCI), impulsado por el Cabildo de la isla para mejorar el servicio del Centro de Coordinación Operativa Insular. Tras completar las Fases 1 y 2 del proyecto, se abordan ahora las fases 3 y 4 que mejorarán aún más las capacidades de prevención y protección, mejorando las comunicaciones de los equipos de vigilancia y extinción y el control de accesos a zonas afectadas por un incidente.

Indra y un sistema pionero

Para los expertos de Indra, la introducción de todas estas tecnologías “resulta imprescindible para proteger los bosques y las vidas y propiedades de la población que vive en zonas rurales”. Con el cambio climático, explican, “el número de incendios de gran magnitud está aumentando. Países como Portugal, Estados Unidos o Australia ya han sufrido las devastadoras consecuencias de incendios de tal magnitud que resultan imposibles de controlar. Es más sencillo poner todos los medios para evitarlos, porque los daños que causan después son enormes”.

Las tecnologías para proteger bosques y responder a emergencias están evolucionando a una velocidad vertiginosa e incorporando todo tipo de avances. Inteligencia artificial, computación en la nube, hiperconectividad, sensorización, el internet de las cosas, el uso de drones e incluso de datos recogidos desde el espacio con satélites. Todas estas tecnologías reforzarán la resiliencia y elevarán la productividad y sostenibilidad del campo, que se prepara para vivir una profunda digitalización.