“Con la venta online se pierden unos puestos de trabajo pero se crean otros”
Ainhoa Rosado | Periodista especializada en marketing digital
Desde 2013, la jerezana Ainhoa Rosado está ligada al mundo de la comunicación y el marketing especializado en moda
En 2020 lanzó su curso #InstaGLAM para visibilizar las marcas y ahora ha abierto su agencia Fedra Agency
–¿Cómo se ve el mundo a través de las redes sociales? ¿Es real?
–Somos selectivos en lo que mostramos, incluso en los perfiles privados y personales. Solo ponemos las fotos en las que nos vemos más guapos o compartimos en una historia de Instagram ese momento del que quiere presumir. No me gusta decir que no es real, sí lo es, pero es selectivo, muestro solo lo que quiero que vean de mí. Y si pensamos fuera de las redes sociales, el ser humano se comporta de la misma manera. Solo contamos a los amigos lo que nos interesa que sepan, o solo enseñamos la foto de ese rinconcito de mi casa que ha quedado tan mono decorado. Las redes sociales no dejan de ser un reflejo de cómo nos comportamos en sociedad.
–¿Qué es un influencer?
–Es una persona creadora de contenidos que cuenta con una comunidad fiel que consume ese contenido y conecta con los mensajes que comparte. Si yo creo contenido gastronómico, me seguirán personas que les gusta lo que hago y comparten mi afición. Si un día voy a un restaurante y comparto mi experiencia, confían en mi recomendación y querrán ir a probarlo. Cuando yo empecé en este mundillo por 2012 se hablaba de ‘bloggers’ porque eran personas que tenían un blog, luego apareció el término ‘instagramer’ con la aparición de esta red social, al igual que los ‘vloggers’ con v, que creaban vlogs en vídeo en Youtube. El último término que se ha acuñado es influencer, por su capacidad de influencia en su comunidad. Es asombroso cómo ciertas chicas comparten una camiseta y se agota el stock en horas, esto ha supuesto una revolución para el mundo de la publicidad, al que, a día de hoy, se siguen adaptando, marcas, medios de comunicación y profesionales del marketing. Actualmente, hay influencers que cobran 12.000 euros por una historia de 15 segundos, casi 1.000 euros por segundo, chicas anónimas que amasan seguidores fieles en sus redes sociales. Es una auténtica locura.
–Hoy día muchos jóvenes exponen de una forma indiscriminada su vida a través de la pantalla, ‘imitando’ perfiles ya consolidados. ¿Qué se le puede decir a un joven qué quiere ser influencer?
–Que no es una profesión que esté en su mano. Lo comparo con querer ser cantante profesional, puedes cantar bien, fórmate para ser un profesional, pero cuando inicias tu carrera no sabrás si actuarás en un futuro en la plaza del pueblo o en la Super Bowl. En el mundo influencer pasa lo mismo. Les aconsejo que se formen, que ofrezcan un contenido de calidad, que aprendan marketing, fotografía o edición de vídeo, pero que se lo pasen bien. Van a desarrollar habilidades poderosas para un posible puesto de trabajo, no es tiempo perdido, pero no deben frustrarse por no conseguir millones de seguidores. Mi consejo es que disfruten, que sea un hobby, pero que no sea su objetivo profesional.
–Muchos negocios han cerrado las puertas físicas para dedicarse a la venta online. ¿El mejor escaparate es un buen perfil en redes?
–Por supuesto, no hay barreras físicas y esto tiene un poder brutal. No debe verse como una limitación para el negocio físico, sino todo lo contrario. Tiene en su mano una herramienta súper poderosa para crecer sin límites. Ahora una zapatería en Jerez de la Frontera puede mandar unas sandalias a Bilbao o París. ¿Y algunas siguen viéndolo cómo una amenaza? Yo sigo sin entenderlo. Es cierto que hay puestos de trabajo que se pierden, pero se crean otros. Quizás ahora hacen falta menos dependientes, pero necesita atención al cliente al teléfono o servicios de envíos.
–¿Cuáles son las mayores necesidades de los clientes que contactan con usted?
–Gritan auxilio, necesitan adaptarse a esta nueva era digital. Han invertido en una tienda online, pero no saben llevar tráfico, no saben captar clientes. Además, necesitan ayuda con los contenidos en redes sociales, no tienen estrategia, comparten fotos como si se tratara de un catálogo y eso funcionaba en 2014, ya no. Ahora debemos tener clara que la fórmula es marca personal más contenido de valor, más anuncios, y como guinda del pastel, marketing de influencers.
–Emprendió en un momento difícil. ¿Qué les diría a las personas que dudan sobre lanzar sus proyectos personales?
–Pues imagina que cerré mi anterior agencia en diciembre de 2019, en febrero estaba en Miami de formación y llegué a España 7 días antes del confinamiento, con una importante inversión para mi primer lanzamiento de una formación online, casi me muero. Pero adapté el mensaje, hay que escuchar qué necesita tu audiencia, en ese momento con sus negocios cerrados necesitaban vender online sí o sí. Cambié todos los textos de mis anuncios y vendí en abril más que en todo los meses que vinieron después. Si nos preguntamos: ¿Cuándo será el mejor momento? La respuesta es ‘ahora’. La clave, ser persistente. Hay momentos que estamos arriba y otros muy abajo, pero si se te pasa por la cabeza ‘voy a dejarlo’ debes cambiar la dirección hacia ‘qué puedo inventar para vender’. Como dice mi mentora Vilma Núñez, somos money maker y es una baza que debemos aprovechar para estar siempre innovando y ofreciendo el producto que necesita tu cliente.
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