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MANUEL LUNA. JEFE DE EQUIPO DE DESARROLLO E I+D DE AIRBUS MILITARY
-Ha sido usted el cerebro de Airbus durante décadas. Y ahora trabaja desde Cádiz para el mundo...
-Pues empecé en Getafe hace 44 años. He pasado por Puntales (en Cádiz capital), por Puerto Real (Cádiz), ahora en el Centro Bahía de Cádiz (CBC) de El Puerto de Santa María, y por muchas de todo el mundo.
-¿Cuál fue su primer reto?
-El primer salto tecnológico al que se enfrentó esta compañía, que fue el programa del avión F-5. Era muy complicado porque se conformaban las piezas casi de manera artesanal. Después, ya en Alemania, hicimos un prototipo para otro avión donde hacíamos algo parecido pero ya en amterial compuesto.
-¿ Se considera un visionario?
-No, sólo trabajo en lo que creo que va a funcionar. Sí puedo decir que a finales de los años 70 y comienzos de los 80 me dí cuenta de que este mundo iba a cambiar.
-¿La innovación es, entonces, la clave del éxito?
-Cuando esta compañía todavía era CASA, trabajé en un proyecto tecnológico que fue el embrión del A320. A partir de ese momento, ninguna empresa del sector tuvo el conocimiento que teníamos nosotros. Más tarde dí el salto a EEUU a preparar el terreno para otros modelos.
-La gran apuesta fue, entonces, pasar de las estructuras metálicas a los materiales compuestos, a la fibra de carbono...
-Efectivamente. Hay que tener en cuenta que el kilo de acero puede costar en torno a los 90 euros; el de aluminio cuesta 9.
-¿Y el siguiente hito en su carrera?
-El gran salto de los últimos tiempos fue el A380. Airbus tomó el liderazgo mundial al introducir el primer componente en el fuselaje de fibra de carbono, con las secciones 19 y 19.1 (cola del avión).
-Es de los pocos que han visto evolucionar y crecer a su empresa...
-Yo he trabajado para la división de satélites y espacio, en EADS-CASA; después fuimos Airbus España, pasé por Airbus Operaciones y, finalmente, me quedé en Airbus Military.
-¿Cómo fue su llegada a su actual puesto, en el Centro Bahía de Cádiz (CBC) de Airbus Military?
-Tuve un recibimiento apoteósico. Mi trayectoria me avalaba, pero siempre estaré agradecido. Además, la dirección me dio libertad para pedir, siempre dentro de una normalidad. Entonces había cuatro o cinco personas en mi sección (Desarrollo e I+D) y ahora somos 22 de plantilla.
-¿Se ha planteado la retirada?
-He hecho todo lo posible para que el conocimiento se quede aquí, en estas instalaciones y en el equipo. Hace dos años me decía a mí mismo que ya era hora de jubilarme, pero me gusta mi trabajo, me ilusiona. Además, doy conferencias por todo el mundo, participo con la Universidad...Para colmo, apareció el proyecto increíble del A320neo, que hemos logrado en tiempo récord. Así que me dí otro plazo, dos años más, hasta culminar el proceso de este modelo. No me quedaré más allá del verano próximo.
-¿Alguna vez ha sido tentado por la competencia o ha pensado en salir de Airbus?
-Tuve la opción hace no muchos años de firmar un contrato para irme a Abu Dhabi, a una empresa privada, para trabajar en materiales compuestos. Era un reto profesional muy bonito. Pero el presidente de Airbus Military, Domingo Ureña, al que siempre estaré agradecido, me habló de seguir y no me lo pensé. Esta es la empresa de mis amores.
-¿Se atreve a vaticinar cuál será el futuro del sector?
-Tenga en cuenta que las previsiones dicen que en los próximos 20 años se necesitarán 30.000 aviones nuevos. El horizonte es fabuloso y eso no sólo revierte en Airbus, sino en todas las industrias que la rodean.
-Y ahí tiene mucho que decir el eje aeronáutico andaluz, ¿no cree?
-Es fundamental en todo esto porque crea empleo de calidad y por el nivel tecnológico que desarrolla, que además lo tenemos aquí en Andalucía. Pocos se dan cuenta de que en Sevilla tenemos el tercer polo aeronáutico de toda Europa, y que la mejor tecnología en fibra de carbono la tenemos en Cádiz.
-Y, ¿cómo lleva su familia toda su carrera?
-Pues tengo un hijo trabajando en la factoría de Getafe, otro en la división de Espacio en Barajas y también allí mi nuera, así que se puede hacer una idea. Pero, algo fundamental en todo esto es que sin el apoyo de mi mujer, que es la que lo sufre, no hubiera sido posible. Es vital para nuestra familia.
-¿No le dará miedo volar a su esposa?
-Hay momentos y momentos.
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