Vargas Llosa en capilla en Estocolmo
l "Viajamos a Estocolmo, la capital de un país que se llama Suecia, donde a tu abuelo le van a dar un premio", le decía ayer un sonriente Vargas Llosa a su pequeña nieta Anais durante el vuelo que lo trasladó desde Madrid hasta la capital sueca. Acompañado por su mujer, Patricia, su hija Morgana, y sus nietas, Anais, de 10 meses, e Isabela, de poco más de 3 años, el flamante Premio Nobel fue recibido en Estocolmo por el frío y la nieve. Horas antes, el escritor peruano, que también tiene la nacionalidad española, dejó atrás un Madrid lluvioso. Un coloquial Vargas Llosa explicaba, en entrevista con Efe, que el conflicto desatado por los controladores, que mantuvo desde la tarde del viernes al sábado paralizado el tráfico aéreo español, había "inyectado un poco de emoción" y "cierto nerviosismo" al "sprint" final de los preparativos para la recepción del premio.
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