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"Me gustaría encontrar un Churchill en España"

María Zaragoza. Novelista

Maria Zaragoza ha ganado los premios Ateneo Ciudad de Valladolid y Ateneo Joven de Sevilla, ambos de novela. Su relato 'Realidades de humo' se llevó al cine.

"Me gustaría encontrar un Churchill en España"
Francisco Correal

03 de mayo 2015 - 10:12

Padre de Villacañas (Toledo), madre de Mota del Cuervo (Cuenca), con siete años, María Zaragoza Hidalgo (Madrid, 1982) llega a Campo de Criptana (Ciudad Real). Manchega trashumante, ganó los premios Ateneo Ciudad de Valladolid y Ateneo Joven de Sevilla, ambos de novela. Su relato Realidades de humo se llevó al cine. Desde 2014 forma parte del colectivo de artistas del terror Hijos de Mary Shelley. Ha publicado Avenida de la Luz (Minotauro) a cuya trama pertenece esta muñeca de Virginia Woolf que la acompaña.

-Es una escritora muy precoz...

-Publiqué mi primer libro con 17 años y con siete gané el primer premio literario en el colegio Nuestra Señora del Rosario de Campo de Criptana.

-Paisana de Sara Montiel.

-Nunca la vi, pero me parecía muy simpática. Con todo lo que fue y vivió, Hollywood, la foto de la mano de James Dean, nunca dejó de ser una señora muy manchega.

-¿Por qué hay tanta música en Avenida de la Luz? Jared Leto, Nirvana, David Bowie...

-Y Loquillo, a quien le debo la historia. Oí hablar de la Avenida de la Luz en una canción suya, yo creía que era un lugar ficticio hasta que lo vi en el videoclip.

-¿Y Massiel?

-Tiene su explicación. En mi pueblo todos los años, cada 23 de agosto, se celebra la fiesta yeyé. Todo el mundo se disfraza de yeyé, mucha gente se casa ese día para ir vestido así. Y el himno es el La, La, La.

-¿Por qué es tan literaria Barcelona?

-Lo que me ha resultado más literario es su arquitectura abandonada. Es imposible repetir las calles del Barrio Gótico por las que te has metido. Mi única relación con Barcelona es que el ilustrador de dos de mis libros y de un cómic, Didac Pla, es de allí.

-¿El personaje de Herme Pla es por él y no por Josep Pla?

-Claro. Y el nombre es por Hermenegildo Anglada-Camarasa, un pintor que me fascinó. Cuando trabajé en la tienda del Reina Sofía, siempre mandaba con los regalos una postal con un cuadro suyo.

-La Catedral del Mar, de Ildefonso Falcones, La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón. Usted abunda en ese mundo...

-Tengo la sensación de que hay más predisposición para la magia y el misterio en el norte que en el sur. Quizás sea por el clima. Yo no sabía que en Barcelona se encontraba la galería subterránea más antigua de Europa. La gente de fuera se fija más en esas cosas. El cine en el que tantos barceloneses vieron su primera película es un cine porno.

-En Barcelona el misterio; en Sevilla, un tirón y un atropello...

-Es casualidad. A uno de los personajes lo tenía que situar lejos de Madrid y elegí Sevilla. Me resultó muy útil el empedrado de sus calles. Pero conozco ciudades donde la gente conduce peor.

-Drácula y Hitler intentaron conquistar Londres...

-Ninguno de los dos lo consiguió.

-Lo consiguió Iniesta con su gol al Chelsea en Stamford Bridge...

-Me pareció increíble, muy divertido lo que dijo cuando marcó el gol del Mundial: si lo sé no la meto. Manchego tenía que ser.

-¿Cómo se es hija de Mary Shelley?

-Es un grupo que encabeza Fernando Marías de homenaje a esa gente que se fueron a Suiza a tomar el sol y no pudieron salir porque no paraba de llover y salieron el vampiro de Polidori o Frankenstein. Hay hasta un rapero en el grupo.

-Uno de los personajes de su novela se llama Arturo y quiere ser corresponsal de guerra. ¿Un guiño a Pérez-Reverte?

-Cuando empecé a estudiar Psicología, todos mis amigos que estudiaban Periodismo querían ser corresponsales de guerra. Sería lo último que yo sería. No sólo por el peligro de que te peguen un tiro o te caiga una bomba, sino por la presión emocional de ver tantísima miseria. Esa objetividad tan objetiva me resulta muy incómoda. El nombre de Arturo era más por el rey Arturo y el capitán América que por Pérez-Reverte.

-¿Y las muñecas?

-Es la obsesión de una de las chicas de la novela, muñecas de mujeres que como Virginia Woolf están a punto de morir. Siempre llevo alguna con mis libros. Las hace mi madre. Mi concepto del verano es sentarme mientras mi madre hace muñecas. A mi hermana le regaló en su cumpleaños una de Khaleesi, de Juego de Tronos. Tiene muñecas de caperucita Roja, la reina de las Nieves, Brigitte Bardot y una Menina.

-¿Qué vio en Campo de Criptana, molinos como Sancho o gigantes como don Quijote?

-Me debieron parecer monstruos. Llegué a los siete años desde Villacañas, Toledo, y cuando te cambian de colegio a esa edad es el fin del mundo.

-¿Vino con un pan bajo el brazo?

-Nací el 16 de septiembre de 1982. Por esos días murieron Ingrid Bergman y Gracke Kelly. En mi casa decían que era la reencarnación de una de ellas. Los que nacimos en el 82 hemos pasado por las tres crisis: la de valores, la económica, la de los treinta años.

-¿Loquillo lo sabe?

-Me gustaría. Es el segundo libro relacionado con él. La novela Dicen que estás muerta con la que gané el premio Ateneo Joven de Sevilla parte de una canción, Dónde estás, que compuso Jaime Urrutia y cantó con Loquillo.

-Nace el año que le dan el Nobel a García Márquez...

-Cien años de soledad era una novela que te abría demasiadas puertas si la leías muy joven. Yo tengo cuatro escritores de referencia: Marguerite Duras, Julio Cortázar, Victor Hugo y Nabokov.

-¿Duras por la cuota?

-Eso no sirve en literatura. Marguerite Duras y Cortázar murieron el mismo año y están enterrados en el mismo cementerio. Una época iba por París y visitaba sus tumbas. La obra El mal de la muerte, de Duras, me influyó mucho. Cortázar ha tenido muy mala suerte con sus imitadores.

-Por los títulos de sus obras, Amores que matan, Dicen que estás muerta, ¿está obsesionada con la muerte?

-La muerte forma parte de la vida. Antes, a los muertos se les velaba en las casas, los niños sabían que estaban en el dormitorio. La muerte se veía con naturalidad como parte lógica del trayecto vital. Hoy hay una cierta tendencia a pensar que somos invulnerables, que no hay castigo para nuestros actos. Se ha perdido la naturalidad de la muerte, lo que ha hecho que dé mucho más miedo.

-En El Jarama de Sánchez Ferlosio también se menciona a Churchill...

-Me parece un personaje fantástico. Para una antología de los Hijos de Mary Shelley imaginé que Churchill acudía a Sherlock Holmes para una historia de espías en la segunda Guerra Mundial. Además tiene el Nobel de Literatura, lo que me parece demencial. Pero como personaje es único. Me gustaría encontrar un Winston Chuchill en España pero sólo lo tuvieron ellos.

-Margaret Tatcher, de la que decían que era un Churchill con faldas, murió el mismo día que Sara Montiel...

-No hay comparación posible. El búnker de Churchill en Londres se puede visitar todavía. Hay hasta restos de un puro en un cenicero.

-La novela Avenida de la Luz sale en 2015, declarado Año Internacional de la Luz...

-Hoy no sabemos lo importante que en su momento llegaron a ser la luz eléctrica y el agua corriente.

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