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-Explíqueme qué es su empresa, AD Group, que son las iniciales de su nombre.
-Hacemos algo que existe desde tiempo inmemorial. Nos dedicamos a dar satisfacción a los clientes de nuestros clientes. De ese modo, nuestro cliente fideliza a su cliente y, por tanto, nosotros al nuestro.
-¿Quiénes son sus clientes?
-Grandes clientes, hablamos de empresas del Íbex.
-¿Y los clientes de sus clientes?
-Sus principales fuentes de ingresos, naturalmente.
-Pues está el Íbex para muchas juergas...
-Es un momento delicado, pero eso a su vez tiene una lógica aplastante. Cualquiera, sea un pequeño comerciante o una gran compañía, tiene, ahora más que nunca, que cuidar a quien le procura ingresos. Racionalizará los costes a la hora de ofrecer esa satisfacción a su cliente, pero por eso hay que jugar más que nunca con el ingenio. Eso es lo que ofrecemos.
-¿Cómo dan satisfacción a los clientes de sus clientes racionalizando costes?
-Nuestra empresa organiza eventos que tienen un plus de originalidad. He encontrado en Andalucía unas posibilidades magníficas. Un presidente de una gran compañía ya no quiere un palco en la final de la Champions, eso ya lo tiene todos los años, pero si le ofreces participar en una levantá de atunes privada en la almadraba de Barbate y luego una capea con rejoneo ya le estás ofreciendo algo único, inolvidable, a costes razonables.
-¿Esto vale para los bancos nacionalizados?
-Vale especialmente para las empresas en crisis porque esto no es un gasto, es una inversión y nosotros garantizamos el retorno de esa inversión, un retorno patrimonial. Invertir en eventos para tus mejores clientes es una inversión sin riesgo si se sabe hacer.
-¿Hay mucha competencia en su sector?
-Está muy atomizado.
-Y morderán para quitarse los clientes.
-Mi clientela es muy fiel. Realizamos proyectos a la medida. Para nuestros mejores clientes de Asia hemos reinterpretado todos los premios de Fórmula 1. No vale con invitar a un Gran Premio, hay que dar algo más, algo original.
-El deporte es un buen filón.
-Naturalmente, se puede trabajar de muchas maneras. Por ejemplo, viajar con los equipos, estar en sus celebraciones, acudir a sus entrenamientos privados...
-Y los clubes se ganan un dinerillo extra.
-Hay clubes que lo hacen y otros que no.
-¿Quiénes?
-En este sector no se dicen nombres.
-Ya he visto que en su web no hay un portafolio de productos.
-Es que nosotros vivimos de la confidencialidad. Nos copian mucho. Se pueden contar las cosas cuando las has hecho, nunca antes.
-Afirma ser un amante del lujo. ¿No le da rubor con la que está cayendo?
-En absoluto, es un sector económico que proporciona 800.000 empleos y que ha crecido en España un 25% el último año. No me da rubor hablar de algo que genera riqueza.
-¿Qué es el lujo para usted?
-Para mí, el lujo puede ser algo muy baratito, incluso el lujo puede ser gratis. El lujo es un amanecer en Zahara de los Atunes, la caricia de un niño.
-Eso no es lujo, eso es felicidad. Yo me refiero al lujo como abundancia de cosas no necesarias.
-Y yo me refiero al lujo como hecho extraordinario. El lujo es algo extraordinario dentro de las posibilidades de cada uno. Me gusta mucho citar a Lair Ribeiro (escritor de libros de autoayuda), que dice que la vida no se mide por las veces que respiras sino por las que se pierde el aliento.
-Usted es muy de citas...
-Sí, le digo otra, ésta de Tolstoi: la felicidad no es hacer lo que se quiere, sino querer lo que se hace. En ese sentido, soy un privilegiado. No hay nada que me guste más que mi trabajo.
-Volviendo al lujo... ¿Un crucero todo incluido es el lujo de los no ricos?
-Es que en el lujo está el componente de aspiración. En ese sentido, naturalmente puede ser un lujo para quien aspire a ese lujo.
-Jugaba al baloncesto.
-Sí, era un tranquilo y feliz jugador de baloncesto. Jugué en el Joventut, pero sufrí muchas lesiones.
-¿Cómo dio el salto?
-Pues organizando un evento para mis compañeros, que por entonces me pareció como organizar unas olimpiadas y ahora me parece un botellón. Fue una cata de vinos con comida. Pero ahí descubrí que me gustaba hacerlo, que me gustaba hacer disfrutar a los demás.
-Hágame un presupuesto.
-No es fácil. Hay eventos de millones de euros y otros de miles de euros. De lo que se trata, ya le dije, es de hacer retornar la inversión. En ese sentido, no hay eventos caros o baratos.
-¿Trabaja a la carta?
-Alguna vez, con algún buen cliente y si se puede hacer... Organizamos eventos, no caprichos.
-Si yo le pido una cena con velas en mitad de la Puerta del Sol sin que me desaloje la Policía...
-Ja, ja. No es el perfil con el que trabajamos y no sé si nos desalojaría la Policía, pero, vamos, por ser usted yo se la organizo, aunque le recomiendo mejor una cena con velas en la playa de Zahara.
-Han trabajado en Japón, la India, pero, de repente, ahora miran a Andalucía.
-Hemos hecho cosas muy exóticas y las seguiremos haciendo, pero no nos habíamos dado cuenta de que aquí teníamos algo de verdadero impacto. Córdoba, Granada, toda la provincia de Cádiz. Tenemos la posibilidad de descubrir a grandes hombres de negocios cosas muy sencillas que son desconocidas para ellos.
-Mejor que el lujo asiático.
-Es que para cada persona el lujo es algo distinto. El lujo puede ser simplemente tiempo. Y yo creo, sinceramente, que Andalucía es puro lujo.
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