Eduardo Castro | Periodista
“Mi libro es un tributo al talento de las mujeres que forjaron la tradición flamenca”
Irene Pascual Camacho | Maestra Cervecera
–Irene Pascual Camacho es maestra cervecera. Al fina, las bebidas se convierten en sus criaturas. ¿Las cervezas tienen madre?
–Y padre, y tíos y tías. Tienen una gran familia porque tienen un trabajo importante detrás. En el caso de Tremenda, que es la última que hemos creado en la microcervecería de Cruzcampo tiene un padre que es Juan Jiménez y en la fábrica ha tenido otra madre, Inmaculada Fernández Coca.
–¿Hay una tendencia hacia las bebidas con menos alcohol?
–Creemos que sí, por eso esta apuesta de Cruzcampo es una innovación importante hacia un consumo del alcohol más consciente. Al tener la mitad de alcohol es una buena opción para esos momentos en que te apetece todo el sabor de una cerveza pero no quieres liarte mucho.
–Una duda que es todo un clásico. ¿La cerveza, mejor en caña, vaso o directamente del botellín?
–Hay matices de cómo se bebe en cada momento. Hay sitios que son más de caña y otros de botellín.
–Lo único incontestable es que esté fría y cómo se sirve. ¿Caña, cortada?
–Claro. Está pensada para nuestro clima y consumirla muy fría. Es importante que el vaso esté en 45 grados con respecto al líquido para romper el gas y que se liberen todos los aromas.
–¿Ha pensado alguna vez que trabaja creando momentos? Muchas cosas pueden pasar al rededor de una cerveza, o poniéndola como excusa.
– Al final, es un producto que crea vínculos. Está unida a las fiestas y las celebraciones y al verano. No hay fiesta ni romería sin cerveza ni noche he de verano que no comience alrededor de una caña fresquita. Son bebidas que fabrican momentos de cariño, de estar con tu gente.
–Con las últimas campañas Cruzcampo hace patria: el acento, las palabras...
–Estamos orgullosos de nuestro ADN andaluz y sacamos pecho por ello. Nuestra cerveza sale de todo lo que somos. Y, ahora, con Tremenda tenemos todo el acento con la mitad de graduación de alcohol.
–¿Cómo es el proceso de creación de una cerveza?
–Intervienen muchos componentes. No sólo se trata de formación, sino también una gran dosis de investigación y mucha inspiración. Un largo camino que comenzó en 2021 que comenzó en la pequeña fábrica cervecera, a la que llamamos microcervecería, que sigue funcionando en la Factoría de Cruzcampo, en la Avenida de Andalucía de Sevilla. Una receta diferente que mantiene la ligereza característica de nuestro producto. La mitad de alcohol pero con toda nuestra esencia.
– Habla de la cerveza con el cariño que una madre podría contar los logros de sus hijos.
– Al final se trata de poner pasión en lo que haces. Es poner un poco de juego en el trabajo. Descaro para no tener miedo a la hora de innovar y respeto para tener en cuenta la enorme tradición cervecera que tiene la factoría y que nos empuja a seguir haciendo bien las cosas. Todo ello sin tener miedo a innovar y hacer cosas diferentes. Es una de las ventajas de la microcervecería, que nos permite jugar con las cervezas.
– ¿Tanto se puede inventar con las cervezas?
– Hemos hecho con miel de azahar de naranjos de Lora del Río. Fue hace un año para la inauguración de la Factoría. Tenía un cierto sabor anaranjado y dulzón gracias a la miel y toques cítricos y refrescantes que le aportaban las naranjas.Son ediciones de unos 500 litros que ponemos a la venta en la barra de la Factoría.
– ¿Alguna más?
– Una que gusta mucho es la Descará. Aquí le aportamos la pulpa de cerezas durante durante la maduración, sin filtrar y sin pasteurizar. Trigo en rama, con trigo sin filtrar o Relente, de color naranja y con notas frutales son otra de las cervezas refrescantes nacidas en la Factoría.
– Naranja, miel, trigo.. Productos muy de aquí.
– Bueno, también está Pellizco, que tiene coco y piña. Más oscura por las maltas tostadas es Coraje, con matices a chocolate y café. En el otro extremo está Mijita, la sin alcohol tostada. Tampoco falta Duende, Una cerveza sin filtrar turbia de tonos anaranjados también nacida en la misma factoría donde nació Cruzcampo en 1904.
Cuando Irene Pascual habla de su trabajo es capaz de contagiar el entusiasmo por todo lo que hay detrás de un vaso de cerveza. Como buena deportista –forma parte del equipo de rugby de las Cocodrilas– sabe la importancia de brindar por el triunfo, el empate o el fracaso, como cantaban Los Rodríguez. Un trabajo que ella hace divertido y cuenta casi como un juego pero que tiene detrás mucho estudio y preparación. Una auténtica demostración de cómo el cacareado I + D+ i (Investigación, desarrollo e innovación ) es muy importante en la industria alimentaria para llegar a diferentes mercados que son cada vez más exigentes.
También te puede interesar
Eduardo Castro | Periodista
“Mi libro es un tributo al talento de las mujeres que forjaron la tradición flamenca”
Tania Pasarín-Lavín | Doctora en Educación y Psicología
“En educación, sin etiqueta no hay recursos”
Lo último
Encuentro de la Fundación Cajasol
Las Jornadas Cervantinas acercan el lado más desconocido de Cervantes en Castro del Río (Córdoba)