Pilar Cernuda
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Juicio del 'procés'
Madrid/La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha definido el 20-S como una "movilización pacífica" que se produjo en un contexto "preocupante y de gran alarma social", hasta el punto de tener la sensación de estar bajo "un estado de excepción".
Colau ha comparecido como testigo en el juicio del procés a petición de la acusación popular que ejerce Vox, no sin antes manifestar su "incomodidad profunda" por "tener que responder a un grupo de extrema derecha que amenaza los derechos fundamentales".
Pese a que no estuvo en el 20-S, Colau se ha referido como una "movilización pacífica que se produjo dentro la normalidad democrática, pero la situación era de excepcionalidad". En concreto, ha dicho que "la situación era muy preocupante y de gran alarma social" hasta el punto de tener una "sensación de estado de excepción" ya que se "producían situaciones que no habíamos visto en democracia".
La alcaldesa ha explicado que, como no estuvo presente, fueron sus compañeros del Gobierno municipal quienes le informaron de manera permanente de lo que allí ocurría, una "situación de preocupación, pero pacifica y tranquila. Todo lo que me referían es que había un comportamiento muy cívico por mantener la calma", ha añadido.
Colau ha asegurado que pidió un informe sobre el 20-S que concluyó que "no hubo incidentes relevantes ni daños" y que lo más destacado que tuvo que hacer el Consistorio fue "poner más vallas de las habituales".
La alcaldesa de Barcelona ha defendido además que el referéndum "no fue de ninguna institución ni partido, sino de la gente" y ha lamentado que se juzgue a líderes políticos por esa consulta: "si estamos aquí por el 1-O, deberíamos estar millones de personas".
En su declaración Colau ha confesado que se le "parte el alma" por el hecho de que el líder de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, esté en prisión preventiva, como el resto de acusados, puesto que se trata de una persona "muy querida, pacífica, de consensos, dialogante".
Para ella, el 1-O fue "una movilización inaudita" fruto de "millones de personas autoorganizadas", que guarda "cierto paralelismo" con los centenares de "acciones de desobediencia civil" contra los desahucios en los que Colau participó como líder de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). "Fue una movilización pacífica y determinada y organizada por la gente", ha insistido Colau, que cree que el 1-O "maravilló" a mucha gente por el tipo de movilización.
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