Confianza y crédito

Confianza y crédito
Confianza y crédito
Jorge Bezares

21 de julio 2011 - 05:05

EN víspera de la enésima reunión decisiva de la Eurozona y con la deuda soberana española en el centro del huracán, la sesión de control al Gobierno de ayer en el Congreso de los Diputados tuvo un marcado contenido económico.

De entrada, con el tono moderado de los últimos meses, el líder del PP planteó al presidente del Ejecutivo una pregunta sobre la sequía de créditos que afecta a familias y empresas y dio datos sobre los descensos -un 2% menos entre los autónomos, y 1,1% menos entre las familias- y sobre los incrementos -un 16% más entre las administraciones públicas-. Rodríguez Zapatero admitió las cifras pero explicó que la "fuerte caída" en la construcción, un 13% menos, contrastaba con la subida en el resto de sectores. En su opinión, la restricción se debe fundamentalmente al "exceso de endeudamiento" de la sociedad española. Y calificó de "razonables" los resultados de los test estrés para los bancos y cajas españoles. "La reforma va a llevar su tiempo, pero es la adecuada", subrayó.

Rajoy le recordó que "para generar inversión hace falta confianza y crédito". "La falta de confianza ha generado una espectacular caída del consumo. Tampoco hay crédito… porque reestructuración de las entidades financieras se está haciendo tarde, mal y a rastras", señaló. Llegado a este punto, el líder de la oposición cerró su intervención con una sentencia: "Ustedes no resuelven los problemas, los perpetúan y con usted y su Gobierno es imposible recuperar la confianza y el crédito".

Rodríguez Zapatero insistió en que la reestructuración bancaria es "imprescindible" para la mejora de los créditos, y aireó los 60.000 millones en créditos concedidos por el ICO.

En el segundo escalón parlamentario, la portavoz del Grupo Popular sacó de sus casillas a la vicepresidenta económica, que subió el tono más de la cuenta en la réplica. Y todo porque Soraya Sáenz de Santamaría cifró en "213.000 millones más de deuda" lo que le cuesta la vicepresidenta a España. Basándose en unas recientes declaraciones del mismísimo Rajoy, que pidió "huir de la demagogia como de la peste", Salgado cargó contra los habituales del PP -Dolores de Cospedal, Esteban González Pons y Cristóbal Montoro- y contra la propia portavoz de los populares en la Cámara Baja. Aliñado con cifras que eran todo un traje para la vicepresidenta, Sáenz de Santamaría colocó su frase final con la sensación de haber ganado la partida. "Convocar elecciones es la única medida con la que no se va a equivocar este Gobierno", dijo. La vicepresidenta segunda reaccionó con derrotes: "Tienen prisa, mucha prisa, demasiada prisa, y por eso hacen las declaraciones que hacen en momentos delicados para la zona euro. Afortunadamente no tienen credibilidad, pero si la tuvieran, harían mucho daño al Gobierno sino a España".

El portavoz económico del PP, Cristóbal Montoro, siguió la estela de su compañera al desacreditar la posición que defenderá el Gobierno en la cumbre de hoy de la Eurozona. Salgado mantuvo que "el problema central de la crisis reside en Grecia y en la sostenibilidad de su deuda", y explicó que España no es partidaria de "una intervención del sector privado".

Tras escabullirse la semana pasada de una pregunta sobre los ERE, Chaves se enfrentó de nuevo a uno de los diputados de Javier Arenas en el Congreso. En esta ocasión, el cordobés Rafael Merino le preguntó si desde su nuevo cargo -ahora es vicepresidente segundo- aportaría soluciones a los problemas de las administraciones públicas. Y se refirió al caso de los ERE, a las "facturas sin pagar en los cajones" y a "la ruina de familias y empresas" para centrarse en Castilla-La Mancha y en el martirio chino de Cospedal. Chaves criticó la "frivolidad del PP, al que acusó de "estar jugando con la economía española presentando presuntos déficit ocultos". "La gestión de los déficits autonómicos es de las comunidades autónomas, gobierne quien gobierne. Asuman la responsabilidad de gobernar", añadió.

Aparte del regreso del caso Faisán, con el nuevo ministro del Interior, Antonio Camacho, como protagonista -el PP ya ha pedido su dimisión-, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, y el diputado del PNV José Ramón Beloki protagonizaron un entretenido debate sobre la ausencia de corbata y la eficiencia energética. Por alusiones, Bono intervino y lo estropeó. Defendió que sus señorías debían utilizar corbata para dar ejemplo a los sufridos ujieres.

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