Editorial: Sin pacto fiscal para Cataluña

EL presidente de la Generalitat, Artur Mas, acudió ayer al Palacio de la Moncloa con una reivindicación inmediata y un anhelo en reserva. La primera era el pacto fiscal, un acuerdo bilateral con el Estado español que le permita una financiación específica semejante a los privilegios del concierto vasco.Estaba obligado Mas por un acuerdo expreso del Parlamento catalán. El otro propósito, la construcción de un Estado propio y soberano, lo había asumido el presidente de Cataluña tras la manifestación independentista de la Diada. Un mandato de la calle, según declaró él mismo. El pacto fiscal fue rechazado rotundamente por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por ser opuesto a la Constitución que juró defender cuando tomó posesión del cargo. También lo rechazan los partidos nacionales mayoritarios y es seguro que no lo aceptarían las restantes comunidades autónomas. Lo que pudo contraofertarle Rajoy fue la revisión y mejora del sistema de financiación autonómico vigente, previsto para el año 2013 y que habrá de renegociarse entre todas las comunidades. Si ésta fue la respuesta del Gobierno, porque no podía ser otra, va de suyo que la pretendida independencia también es inviable desde el punto de vista constitucional, salvo que se pacte una reforma de la Carta Magna de 1978 mediante los mecanismos que la misma Constitución establece, en un proceso largo y complicado cuya última palabra reside en el pueblo español en su conjunto, único depositario de la soberanía nacional. En este contexto, Artur Mas se verá impelido a adelantar las elecciones autonómicas a fin de que sean los ciudadanos catalanes en las urnas -no en manifestaciones más o menos masivas- los que se pronuncien acerca del mejor camino para plantear sus reivindicaciones y transformar su actual malestar en proyecto político. El encaje de Cataluña en España aparece más complicado que nunca, pero es positivo que unos y otros conozcan los límites y condicionamientos con los que ha de contarse a partir de esta entrevista que, como dijo Mas, "no ha ido bien".