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El ex socio de Iñaki Urdangarín, Diego Torres, entregó a la Justicia nuevos correos electrónicos comprometedores, en el marco del caso de corrupción en el que está imputado y que ha supuesto el golpe más duro para la imagen de la monarquía española en casi 40 años.
Torres, que fue socio de Urdangarín en el Instituto Nóos, entregó al juez de Palma de Mallorca que investiga el caso correos electrónicos que aluden al marido de la infanta Cristina como "alma mater" de esa institución que en teoría carecía de ánimo de lucro pero desde la que se sospecha que ambos se apropiaron presuntamente de casi seis millones de euros de dinero público. En uno de los e-mails, uno de los miembros de Nóos, Mario Sorribas, traslada a Urdangarín una estrategia para evitar que a ojos de la opinión pública aparezca como "impulsor" de la fundación "y nadie pueda decir que ésta es la fundación de Iñaki".
Torres está imputado también en el caso. Y para él, como para Urdangarín, el fiscal pidió en noviembre una fianza de 4,1 millones de euros, uno de los últimos pasos antes de la posible acusación que llevaría por primera vez a juicio a un miembro de la Familia Real española. El juez tiene aún tiene que pronunciarse sobre la fianza.
Otros correos electrónicos son un intercambio de mensajes entre otro miembro de Nóos y la noble alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein, la amiga del Rey Juan Carlos que estuvo con él en la ya famosa cacería de elefantes en Botsuana y sobre la que la prensa española y medios extranjeros escribieron mucho en aquellas semanas. En esos correos se agradece a la alemana su asistencia en 2004 a un foro internacional sobre deporte organizado por el Instituto Nóos, la Valencia Summit, que se sospecha que se utilizó para desviar dinero. En ese intercambio, la noble alemana agradece la "fantástica organización" del evento. "Pasamos unos días fantásticos", añade la empresaria y organizadora de safaris.
La defensa de Torres entregó esos correos al juez para pedir que no se archive la causa contra Mario Sorribas, uno de los imputados en el caso, alegando que demuestran que no era un mandado en el Instituto Nóos.
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