Noticia de España: ¿De Constitución a frustración? (Desde el Sur)

"Todo nacionalismo está imbuido de un complejo de superioridad injustificado"

Noticia de España: ¿De Constitución  a frustración? (Desde el Sur)
Noticia de España: ¿De Constitución a frustración? (Desde el Sur)
José Rodríguez De La Borbolla - Ex presidente de la Junta de Andalucía

03 de octubre 2017 - 06:49

Vicens Vives publicó Notícia de Catalunya en 1954 y Els catalans en el segle XIX (Industrials y politics) en 1958.Y Alfonso Carlos Comín alumbró La España del Sur en 1965 y Noticia de Andalucía en 1970. Dos catalanes, grandes hombres y diferentes entre sí.

Los historiadores catalanistas, como dice Roberto Fernández, natural de Hospitalet (Cataluña y el absolutismo borbónico, páginas 570-571), "realizan con frecuencia la tarea de intelectuales orgánicos del nacionalismo o catalanismo". Vicens Vives también sesgaba la historia, recreando relatos y señalando protagonistas exclusivos: así, los "catalans" del siglo XIX en que se centraba eran sólo los "industrials i politics". Los demás eran masa informe.

Comín, cristiano y de izquierdas, dejó dicho en La España del Sur: "Podemos preguntarnos por la verdadera unidad y por la verdadera civilización de un país que permite el desarrollo de la riqueza de sus regiones ricas, gracias -en buena parte- a la miseria de sus regiones pobres. Ha llegado también la hora de terminar con la explicación folclórica de Andalucía". (Obras, IV, páginas 31-32).

En el sur de España, pues, gracias a nuestros propios estudios y a la palabra de algún catalán comprometido y compasivo, y desde los años sesenta, los militantes de izquierda éramos conscientes de que el crecimiento de Andalucía no se podía dejar al libre mercado, de que había desarrollo desigual entre los territorios de España, y de que las inequidades derivaban de una causa: los ricos se desarrollan, en buena medida, gracias a la miseria de los pobres.

Basados en esas creencias, y por lo que a los socialistas respecta, desde 1974, empezamos a elaborar pensamientos y propuestas dirigidas a hacer coincidir la llegada de la democracia con la descentralización -regionalismo, federalismo- de los poderes públicos, para todos los territorios españoles. Por eso, en El Socialista -entre 1974 y 1976, y coordinados por Alfonso Guerra- empezamos a teorizar sobre regionalismo, federalismo e igualdad de intereses de los sectores populares. Por eso, identificamos la autonomía desde una triple perspectiva: como un medio de reconocimiento y/o reforzamiento de las identidades territoriales; como una vía para conquistar parcelas de poder en el camino hacia el poder estatal; y como un instrumento para la transformación económica y social de todos los territorios de España. Por eso, en fin, en el XXVII Congreso del PSOE dijimos: "Nacionalidades y regiones constituirán, en pie de igualdad, el Estado Federal que preconizamos". "En pie de igualdad" y "Estado Federal". Desde 1976.

La autonomía de Andalucía, y las demás, fue pues, el resultado de un largo trabajo de pensamiento, de estrategia y de acción, y no fruto de un espasmo o resultado de una ocurrencia. Además, se desarrollaron en el marco de la legalidad y con consensos muy mayoritarios.

La Constitución de 1978 no es, como llegó a escribir Miquel Roca en 1996, "una recuperación de la II República". La Constitución es un momento fundacional, creador de un nuevo Estado y de una nueva Nación de ciudadanos. Además, España estuvo "en Constitución", materialmente, de 1976 a 1983. En esos años, y como hormiguitas, federalistas, nacionalistas y centristas hicimos la pre-Constitución (pre-autonomías), la Constitución (modelo territorial abierto) y el desarrollo constitucional (autonomías plenas y en pié de igualdad, para todos). Hoy, ya desarrollada, y con las aportaciones del Tribunal Constitucional, la Constitución material de la España de 2017 no es la mera Constitución formal de 1978. ¡De esa realidad material-institucional hay que partir!

Todo nacionalismo es egoísta. Además, está imbuido, en mi opinión, de un complejo de superioridad injustificado, y que utilizan en todo. Así, en Cataluña, sus representantes institucionales han despreciado y humillado, con sus actos y palabras, a todos los españoles; y se han ciscado en sus propias leyes y en las ajenas. Sus dirigentes son unos delincuentes y unos golpistas, como ha dicho Borrell. Pregunto: ¿Con ésos es con quienes hay que hablar y dialogar de futuro?

En Cataluña, el nacionalismo piensa en el poder mirando hacia un pasado recreado, enumerando agravios, obcecado con el cupo vasco, y absorto por el afán de "Ser". Otros pensamos en el autogobierno mirando al futuro, labrando día a día y centrados en el "Hacer". Sería bueno pensar en el futuro de todos los españoles, para construirlo juntos en Europa. Y hablando en paz cívica. Ahora bien, habría que restaurar, primero, dicha paz cívica. Digo yo… Todo lo demás sería ceder al chantaje.

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