Rajoy pide "comprensión" para el difícil 2013 que espera
Balance de 2012
El presidente del Gobierno insiste en que la situación sería peor sin los "sacrificios" realizados. Tiende la mano al diálogo con Mas dentro del marco constitucional.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha justificado las medidas que ha tenido que adoptar a lo largo del año por considerarlas ineludibles para enderezar el rumbo de España y, tras asegurar que no va a cambiar su hoja de ruta, ha pedido la comprensión y solidaridad de los ciudadanos. La intención de mantener sus políticas la ha expresado Rajoy en la rueda de prensa que ha ofrecido tras el último Consejo de Ministros del año para hacer balance y en la que ha tendido la mano al diálogo al presidente catalán, Artur Mas, pero le ha pedido "lealtad recíproca" al tiempo que ha advertido de que su responsabilidad es cumplir y hacer cumplir la Constitución.
Como ha hecho a lo largo del año en numerosas ocasiones, ha reconocido los sacrificios "necesarios e inevitables" que han tenido que asumir los españoles en los últimos meses y, tras hacer una mención especial a los funcionarios y pensionistas, ha asumido que muchos ciudadanos estén impacientes, escépticos e, incluso, decepcionados. "No voy a pedir paciencia, porque ya los españoles han tenido mucha; tampoco confianza ciega, porque los políticos nos debemos al escrutinio diario de lo que hacemos", ha señalado el jefe del Gobierno, quien sí ha reclamado "comprensión" ante la aplicación de las medidas y "solidaridad" para entender que todos tienen algo que aportar.
Sí ha querido dejar bien claro que, sin sus decisiones, todo sería mucho peor, y que todas ellas han estado motivadas por la herencia socialista, ya que ha señalado que la situación que ha tenido que afrontar ha sido mucho más difícil de la esperada. "Nunca imaginamos -ha dicho- semejante deterioro de las cuentas públicas". Rajoy ha apelado a la confianza al asegurar que ya hay datos que indican que se está caminando en la dirección correcta, pero ha reconocido que no hay que llamarse a engaño porque quedan aún momentos duros, especialmente en la primera mitad de 2013.
Este año será clave también en el desarrollo de la relación entre el Gobierno central y el de la Generalitat, y, ante ella, Rajoy ha asegurado tener "la mano tendida al consenso", pero reclamando "lealtad recíproca". Respecto a la reunión entre él y Artur Mas que ha pedido el portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, Rajoy se ha mostrado dispuesto a esa cita cuando quiera el presidente catalán, con quien está dispuesto a "dialogar todo lo dialogable". Esa disposición va aparejada a su responsabilidad en defensa de la Constitución, que ha dicho que está preparada, sin necesidad de reformarla, para hacer frente a los retos que puedan plantearse en la próxima década. "No seré yo quien alimente la tensión centrífuga", ha asegurado antes de reconocer que "se pueden mejorar muchas cosas, recomponer consensos debilitados y acomodar mejor las demandas de diversidad" pero respetando siempre las reglas y los procedimientos.
En el primer balance anual que hace en muchos años un presidente del Gobierno sin que haya mención alguna a ETA, Rajoy ha insistido en que, por el momento, no piensa pedir el rescate a la UE, y ha dado prioridad a la reforma de la administración entre las medidas previstas para el próximo año. Un ejercicio en el que no volverá a subir el IVA (esa es su intención, ha dicho) y será el último de los dos previstos en los que se mantendrá la subida del IRPF, siempre que la evolución de los acontecimientos lo permita, ha puntualizado.
Rajoy ha asegurado que no subirá tampoco la edad de jubilación por encima de los 67 años y ha confiado en no tener que intervenir las cuentas de ninguna comunidad autónoma. Igualmente, no piensa flexibilizar el objetivo de déficit que han de cumplir las autonomías en 2013 ni tampoco, como ha demandado el presidente madrileño, Ignacio González, aprobar una ley de huelga. Rajoy ha vuelto a defender las nuevas tasas judiciales al considerarlas "razonables" en comparación con la media europea, así como la reforma del Consejo General del Poder Judicial al opinar que lo hará mucho más operativo.
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