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El candidato del PSOE a la Moncloa, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha recogido el guante del líder del PP, Mariano Rajoy, y le ha retado a adelgazar toda la administración, incluido el número de parlamentarios y concejales, pero siempre y cuando no se merme la representatividad ni se fomente el bipartidismo.
Rubalcaba no ha tenido "ningún empacho" en asumir la idea que Rajoy planteó el jueves en Málaga y ha ofrecido que, después de las elecciones del 20 de noviembre, haya un gran acuerdo nacional para revisar la estructura política del país, de manera que se pueda reducir y adelgazar al Congreso, al Senado, a las comunidades, a los parlamentos autonómicos, a los ayuntamientos y a las diputaciones. Ha planteado también que cada cargo público no pueda cobrar más de un salario de la administración: "Un político, un sueldo".
Compromisos que Rubalcaba ha formulado en un acto con cabezas de lista de su partido para el 20-N, después de ser aprobadas en el Comité Federal con 173 votos a favor y 14 abstenciones, con 19 mujeres al frente. Las abstenciones han procedido en buena parte de la federación madrileña, incluido su secretario general, Tomás Gómez, y de la corriente Izquierda Socialista, en protesta por que su portavoz, Juan Antonio Barrio, se viera relegado en la lista por Madrid en favor de Pedro Sánchez, del círculo de confianza de Rubalcaba.
Respecto a su ofrecimiento para revisar la estructura política, ha apostado por un gran pacto nacional tras el 20-N para estudiar la forma de aligerar la estructura política, ahorrar gastos y hacer que la administración sea más eficiente. Ha querido dejar claro, sin embargo, que hay muchos concejales que no cobran, antes de apuntar que no va a permitir que "vuelvan los caciques a los pueblos". "Nosotros sí estamos por ahorrar, por gastar con eficiencia y rigor", ha subrayado Rubalcaba, y ha alertado de que, no obstante, hay unas "líneas rojas" que no van a traspasar: la del gasto productivo, el que crea empleo, y los servicios públicos básicos.
Con este argumento, ha ratificado su compromiso en la defensa de las prestaciones por desempleo, de la sanidad, la educación y el sistema público de pensiones. Y es que, según su análisis, "no es lo mismo quitar duplicidades administrativas que zarandear la escuela pública; no es lo mismo quitar gastos administrativos que poner en riesgo la sanidad publica".
Desde su óptica, las elecciones del 20-N son "claves" para el futuro del país, porque los ciudadanos tendrán que escoger entre el camino "de la derecha", que apuesta por menos Estado, libertad para los mercados y defensa de los intereses individuales, o por el de la izquierda, que apoya "lo público" y el interés general. A renglón seguido ha argüido que el PP ya está actuando "con descaro" en aquellas comunidades en las que gobierna, donde ya se les ve "muy sueltos de mano", con "el juego" de decir que si se recorta en sanidad y en educación se arregla la economía. "Y eso no es cierto", ha enfatizado Rubalcaba.
Ha tenido también palabras de crítica hacia Rajoy, de quien ha dicho que quiere ganar las elecciones "con el piloto automático". Como hijo de piloto, Rubalcaba le ha advertido de que "cuando hay una tormenta hay que quitar el piloto automático y poner el de verdad".
A título personal, ha sostenido que a él le intranquiliza todavía más lo que no dicen que lo que dicen los dirigentes del PP, "sus silencios, sus dudas, sus quizás, sus dependes", porque "lo peor de la derecha y de estos últimos meses es que a la incertidumbre económica están sumando la incertidumbre social, la personal". Frente a ello ha presumido de las certidumbres y "los compromisos nítidos" que ofrece el PSOE y ha hecho hincapié en que "hay que decir la verdad" y decirles a los españoles que se va a salir de la crisis, pero que no será al día siguiente de las elecciones.
Su intervención ha terminado con una arenga a los candidatos socialistas para que se merezcan la confianza de los ciudadanos y un consejo: "Trabajo, trabajo y mucho ánimo". Con anterioridad, y sin que estuviera previsto en la agenda, ha subido Zapatero a la tribuna, desde donde ha reivindicado la herencia que deja su Gobierno con leyes que han expandido derechos y libertades. Zapatero ha instado a sus compañeros a salir a ganar "con convicción y gran respeto a la democracia" y les ha pedido que no se olviden del "patrimonio colectivo" de leyes sociales que hay que defender a pesar de la gravedad de la crisis.
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