El ex contable asegura que Urdangarín y Torres vaciaron el Instituto Nóos desde sus empresas
Caso Nóos
Marco Antonio Tejeiro asegura que el ex duque y su socio se repartían los beneficios al 50%. También ha desvelado que Aizoon, la empresa de la Infanta Cristina y su esposo, tenía en nómina a empleados ficticios.
El ex contable del Instituto Nóos y de las empresas asociadas, Marco Antonio Tejeiro, ha detallado en el juicio ante la Audiencia de Palma cómo Iñaki Urdangarin y Diego Torres manejaban un "conglomerado" societario que vació de ganancias la entidad sin ánimo de lucro y defraudó a las arcas públicas. Tejeiro, que entre el jueves y el viernes acumula ocho horas de declaración, sólo ha respondido hasta ahora al fiscal Anticorrupción Pedro Horrach, con quien alcanzó un acuerdo durante la instrucción de la causa para colaborar con la justicia a cambio de una petición de pena de dos años de prisión. Tras cuatro días de declaraciones en los que han sido interrogados seis de los 17 acusados, el próximo martes se reanudará de nuevo con Tejeiro una vista en la que se sienta en el banquillo como presunta cooperadora en dos delitos fiscales la infanta Cristina.
Este viernes, el arrepentido ha explicado que Urdangarin y Torres, creadores de la asociación sin ánimo de lucro Instituto Nóos, crearon un entramado empresarial para cargar facturas a esa entidad y repartirse todos los beneficios que obtenía. "El Instituto Nóos era el que facturaba hacia fuera, el que recibía los ingresos", y las facturas que la entidad abonaba a las empresas de Torres y Urdangarin por servicios muchas veces inexistentes era "para sacar los beneficios para los socios de todo el conglomerado", ha declarado.
Horrach ha preguntado a Tejeiro por la facturación cruzada entre el Instituto Nóos, del que era contable, y empresas de los dos socios y principales acusados de la causa, en cuya gestión también participaba. "Las cantidades son redondas" en las facturas cargadas al instituto, en las que prácticamente se equilibran los pagos que recibe Aizoon, la empresa de Urdangarin y la infanta Cristina, y los que percibe Torres a través de las empresas de las que es titular. "Respondían a la distribución de beneficios que ellos se atribuían, no a lo que pusiera la factura en concreto", ha dicho sobre los conceptos recogidos en esas facturas, que, ha insistido, sólo eran el soporte formal del reparto al 50% de los beneficios de la asociación sin ánimo de lucro. El Instituto Nóos obtuvo encargos de las administraciones públicas de Baleares, Valencia y Madrid por los que consiguió unos ingresos aproximados de 6 millones de euros.
Por otro lado, el acusado ha asegurado que la empresa Aizoon, de la que son copropietarios la hermana del Rey y su esposo, tenía en nómina a empleados ficticios. El antiguo contable ha ratificado que cuando prestaba servicios de gestión para Aizoon se encargó de la tramitación de las altas y bajas en la Seguridad Social de personas que no prestaban servicios para la empresa de los entonces duques de Palma. Además de empleados ficticios, algunos de ellos familiares de Urdangarin y de su secretaria, Julita Cuquerella, Aizoon tenía en nómina al personal doméstico de la vivienda de la infanta y su esposo en el barrio barcelonés de Pedralbes e incluso a trabajadoras del hogar de la citada secretaria.
La incorporación de falsos empleados tenía como propósito que la empresa de los Urdangarin-Borbón obtuviera beneficios fiscales por el volumen de trabajadores que acumulaba, según sospecha Horrach y ha ratificado el arrepentido. El ex contable de Nóos ya declaró el jueves que había entregado a Urdangarin y Torres dinero formalmente destinado a salarios de trabajadores de empresas del grupo que estaban dados de alta pero no prestaban ningún servicio ni cobraban esas nóminas. Relató que emitía cheques al portador para el pago de las nóminas simuladas, extraía el dinero del banco y se lo entregaba en sobres a Torres, su cuñado y titular de la mayoría de esas empresas, y a su socio en el Instituto Nóos, Urdangarin.
También se ha puesto de manifiesto en el juicio que Urdangarin vendió a Torres su parte en Nóos Consultoría 16 meses después de que, a instancias de la Casa Real, supuestamente se hubiera desvinculado de las actividades del instituto sin ánimo de lucro que habían dirigido juntos. El fiscal ha mostrado un talón por valor de 33.000 euros que Marco Antonio Tejeiro ha confirmado como el pago que Torres hizo a Urdangarin por sus acciones de la consultoría.
El cheque se firmó en julio de 2007 y la salida de Urdangarin del Instituto Nóos se produjo formalmente en marzo del año anterior. "Ellos ya estaban picados, peleados desde entonces", ha contado sobre los socios de Nóos el ex contable, a quien Horrach también ha solicitado la confirmación de otras facturas que probarían que el esposo de la infanta Cristina estuvo realizando gestiones para la candidatura de Valencia a los Juegos Europeos después de que la Casa Real le ordenara apartarse de las actividades de Torres.
Tejeiro ha ratificado que la Casa Real le dijo a Urdangarin que debía abandonar sus negocios "con todo el lío que había habido con Nóos", en relación a las actividades presuntamente irregulares que estaba desplegando el Instituto con las Administraciones públicas y que "habían ido saliendo en prensa". Tal y como ha puesto de manifiesto a preguntas del fiscal, Diego Torres fue quien le dijo que "un abogado de la Casa del Rey le comunicó [al ex duque] que no podía ser". "¿Qué no podía ser?", le ha inquirido Horrach, a lo que el acusado ha respondido: "No quería que estuviera vinculado a ello con todo el lío que había habido".
En concreto, Tejeiro ha hecho alusión al ex asesor de la Casa Real José Manuel Romero, quien en junio de 2005 tuvo conocimiento de la existencia del Instituto Nóos y, "alertado por los rumores del desarrollo de actividades inconvenientes por parte de dicha entidad y de sus miembros", según expone Horrach en su escrito de acusación, solicitó autorización del Rey Juan Carlos para entrevistarse con Urdangarin e instarle a que abandonara estos negocios.
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