Mas admite ante los empresarios que la independencia tiene "un precio", pero mantener el statu quo, también
El presidente de la Generalitat pide al Gobierno que no recurra la normativa catalana e insiste en que la consulta no tendrá efectos jurídicos.
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha afirmado que la independencia de Cataluña tendría "un precio", pero ha asegurado que mantener el statu quo actual, también, y que éste sería más elevado que la secesión. El coste de continuar con el modelo vigente "quizás es más alto" que la independencia, ha dicho en un almuerzo informativo de la Cámara de Comercio de Barcelona, donde ha añadido que mantiene intacta su hoja de ruta soberanista, haga lo que haga el Estado.
Tras dejar claro que este mismo mes el Parlamento catalán aprobará la nueva ley de consultas y firmará el decreto de convocatoria de la votación, ha asegurado que la victoria del sí en el referéndum de Escocia en los próximos días aportaría "luz" al proceso catalán. Ha reafirmado su hoja de ruta y ha proclamado "dos o tres seguridades": que el Parlamento apruebe la nueva ley de consultas, firmar el decreto de convocatoria y hacer todo lo posible para que la votación se celebre el 9-N, de acuerdo con el pacto de CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP.
Su objetivo es actuar en todo momento de forma unitaria, y ha destacado que tanto el Gobierno central como el Tribunal Constitucional pueden actuar respetando la voluntad democrática de los catalanes: permitir que la consulta se celebre. Considera que el problema no es la legalidad, sino "un reto de voluntad política en mayúsculas", por lo que ha instado al Gobierno central a no recurrir la convocatoria de la consulta, y también ha asegurado al Constitucional que aunque puede admitir a trámite este recurso, podría levantar la suspensión de la consulta y permitir la votación.
También ha recordado que, como su nombre indica, una consulta es consultiva, por lo que es vinculante a nivel político "pero no jurídicamente", como ha expresado en más de una ocasión. "A partir de ahí, el Estado no debe autorizar nada; simplemente, debe no recurrir la legalidad catalana", ha agregado sobre la actitud que debe tener el Gobierno central después de que el propio Mas firme el decreto de convocatoria de la votación.
Cataluña mira a Escocia, porque si gana el sí pasarán dos cosas que aportarán "luz" a los partidarios de la consulta: que los Estados de la UE respetarán el resultado y que, cuando empiece la negociación con el Reino Unido sobre cómo se tramita la secesión, se encontrará un mecanismo para encajar el proceso escocés con su continuidad en la UE. "Me juego lo que queráis que ninguno de los miembros de la UE discutirá el resultado" del referéndum, según Mas, y ha destacado que el proceso catalán y el escocés se parecen: se ha tratado de consensuar con otras fuerzas, y hay fecha y pregunta sobre la mesa.
En cualquier caso, tiene claro que "Escocia ya ha ganado" porque sus habitantes podrán responder a cómo quieren que sea su relación con el Reino Unido y votarán si hay o no una ruptura. Mas admite que tiene "muy poca fe" en que el Estado mueva ficha en las próximas semanas y ofrezca una propuesta a los catalanes, aunque ha dicho que la esperanza no se puede perder nunca y que, en cualquier caso, el modelo sobre cómo debe ser la relación entre Cataluña y el resto de España debe definirse democráticamente.
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