Para más bronca, siempre nos quedará Bruselas
Dietario de España
Si triunfa la estrategia de Feijóo contra Ribera para tapar el fracaso de la gestión de la DANA puede tumbar al Gobierno europeo, enterrar la política de pactos y darle el poder de decisión a los ultras
Supongamos que las acusaciones del PP son ciertas y la Confederación Hidrográfica del Júcar ordenó un apagón informativo en las horas cruciales antes de la riada y la Agencia Estatal de Metereología fue negligente y no anticipó con claridad el riesgo ni avisó en tiempo y forma a las autoridades autonómicas valencianas. Es decir, que ambos organismos hurtaron información clave, mantuvieron a la comunidad valenciana en la inopia y, con su proceder –claramente criminal– son responsables de la muerte de más de doscientas personas, de un destrozo mayúsculo en la vida de los ciudadanos y de una destrucción material terrible.
Sigamos suponiendo. Al otro lado del teléfono, había una administración regional en perfecto estado de revista: con todos los órganos de coordinación constituidos y su presidente al frente, con el plan de alertas a punto de ser activado, sus planes de evacuación preparados y toda la administración tensionada para minimizar el impacto de la DANA. Y aunque tenían todas las competencias legales para hacer lo que debían, no pudieron actuar, quedaron bloqueados porque los organismos estatales los dejaron en la oscuridad. Por culpa de ellos no pudieron entender lo que pasaba, no pudieron preverlo, les hicieron ignorar lo que ocurría y lo que iba a ocurrir y se les privó de tomar las decisiones adecuadas.
Los alcaldes, por delante de la Generalitat
Por lo tanto, lo que dice el PP es que sólo la iniquidad de la administración central propició todo lo relacionado con la catástrofe. Hay pequeños matices que se reserva el partido respecto a Mazón. Eso, matices. Y ya llegará el tiempo de los matices. Quienes no necesitaron saber más ni dependieron de que les llegaran mil avisos de un servicio meteorológico para arremangarse fueron los alcaldes, que llevaban horas llamando al Gobierno autonómico para prevenirlo, a la vez que estaban ya evacuando casas y cerrando colegios. Ellos no necesitaron mayores alertas para ejercer sus competencias municipales y hacer cuanto estaba en su mano. Y tenían menos información que la Generalitat.
Supongamos que estos dos organismos, dependientes del Ministerio para la Transición Ecológica, actuaron así. Y ahora interesémonos por la tesis cada vez menos subyacente y más evidente y preguntémonos: ¿lo que quiere decir el PP es que ambos organismos actuaron deliberadamente mal siguiendo instrucciones políticas y con claro desprecio por la vida de las personas con tal de perjudicar al Gobierno del PP en Valencia? ¿Fue una estrategia política del Gobierno del PSOE para hundir las expectativas electorales populares aún sabiendo que muchas personas iban a morir? Es eso lo que se sugiere y no otra cosa. Y sólo sugerir eso demuestra que algo funciona mal en algunas cabezas. Esa tesis es mucho peor que cualquier negligencia.
Pero resulta que, además, está acreditado lo contrario: la Aemet envió 194 mails con alertas al departamento de Protección Civil de la Generalitat en tiempo y forma y la Confederación del Júcar dio hasta 64 avisos. Pueden enredar hasta el infinito y seguro que logran confundir a muchos y llevar el debate a donde quieren. Pero los hechos siguen siendo poderosos.
PSOE y PP hablan por imperativo legal
Pero sí hay algo evidente: el abismo que separa al PSOE y al PP de hoy impide como acaba de demostrarse una colaboración institucional eficaz, cercana, lógica y que sólo se enfoque en los ciudadanos. Sobran cálculos y falta sentido común. La desconfianza es tal que se aplican los más estrictos filtros institucionales en sus relaciones. Diríase que los dos grandes partidos hablan casi por imperativo legal. Así, cuando llega una emergencia de este tipo los coge con las lanzas en punta, poco dispuestos a concesiones y con una frialdad institucional que nos lleva a lo que nos lleva. Esa es la consecuencia del ínfimo nivel de muchos políticos y de la política que practican. Esta deriva del desempeño político nos lleva por mal camino y alumbra gobiernos mediocres. Líderes que lo son por cooptación interna o por accidentes orgánicos no por sus condiciones naturales. Y así va la tribu: empobreciendo su sangre por la endogamia partidista. Otra cosa es que un ministro, un secretario de Estado, un director general, un director de área o cualquier funcionario decida hurtar información crítica ante una tragedia para perjudicar al adversario político. Es como dar por hecho que el cirujano opera sin anestesia según a qué paciente y en función de a quién vota el incauto a punto de ser abierto en canal.
Primeras encuestas en Génova: drama
Lo mejor que tiene este tiempo de híperfiscalizacion de lo público es que nada se oculta y todo se sabe. Imposible engañar a alguien. El disparate en el PP crece a medida que necesitan tapar más boquetes en la gestión propia. Mazón no tiene ya quién le escriba ni lo meza en su hamaca.
Amortizado el presidente valenciano, quien no puede dimitir porque ni es el momento ni hay nadie con capacidad mínima para sustituirlo en su equipo de todo a cien y por básico que sea el nivel presidencial, el foco de Feijóo ya no está ni en Mazón ni en Valencia: está en sus propias expectativas electorales. Se necesita tiempo para recuperar aquella zona y algunos valores volverán a su sitio, pero las primeras encuestas post tragedia que maneja la calle Génova han caído como una pedrada. La caída del voto en Valencia podría hacer tambalear el resultado nacional de Feijóo. Queda tiempo y medir la intención de voto en plena inflamación es un ejercicio con una utilidad relativa, pero esto es lo que ocurre hoy. Ante el pavor, el mejor antídoto que se les ha ocurrido es elevar los decibelios y montar un lío –por artificial que sea– que configure un nuevo marco del debate. Y por allí pasaba la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, a punto de ser vicepresidenta y número dos del Gobierno de la UE.
Grandes éxitos europeos del PP
Lo lógico es que Ribera sea finalmente la vicepresidenta, como estaba previsto y pactado. En el caso contrario, es posible que el PP haya logrado tres éxitos concatenados: tumbar al nonato gobierno europeo; reconfigurar quizás para siempre la dinámica de tejer acuerdos amplios entre contrarios para garantizar equilibrios y apoyos en el gobierno de Europa; y colocar el poder de decisión en manos de los ultras. El mérito le corresponde en exclusiva a Feijóo y debería ser felicitado por ello. Los medios de referencia europeos no ahorran epítetos para definir la crisis provocada por los populares españoles. No tiene ni pies ni cabeza pretender que Ribera sea la culpable de la gestión de la DANA y nadie, ni siquiera el PP, cree que lo sea. Pero entre que el ruido conviene para tapar su propia gestión, que el alemán Manfred Weber, líder del PPE, quiere debilitar a su compatriota Ursula von der Leyen, y que las expectativas electorales a día de hoy se ensombrecen, Feijóo ha parafraseado a Rick Blaine, ha enterrado definitivamente su perfil de hombre de Estado y ha dicho: "Para montar una buena bronca, siempre nos quedará Bruselas".
BREVERÍAS
Se le achica la manta al PSOE
Por tercera vez ha sido desconvocada la comisión de Hacienda que debía elevar el dictamen para trasponer la directiva comunitaria que establece en un 15% el Impuesto de Sociedades para las empresas –nacionales o multinacionales– con elevadas facturaciones. Ese proyecto de ley, convertido en ley ómnibus, incluye entre otros asuntos los impuestos especiales a eléctricas y bancos o modificaciones fiscales para diversos productos como el tabaco o el final de las golden visa. Con poco margen para presentar una propuesta de PGE para 2025, el Gobierno se ha quedado varado en esta ley, aunque tampoco pudo aprobar el techo de gasto. A la vicepresidenta Montero se le puede decir lo que quiera, pero es un ejercicio circense imposible pactar por un lado con un bloque nacionalista que defiende mantener el impuesto a los bancos (el PNV, encantado porque lo gestionarán ellos en sus territorios), eliminar el de las eléctricas (Junts sabrá con qué interés); y por otro, retener los votos de Sumar, Podemos y demás nacionalistas de izquierda que se oponen a la retirada del impuesto a las eléctricas y critican que primero se pacte con Junts y después con ellos. Mal rollito en el Gobierno de coalición. El drama de Pedro Sánchez es que los necesita a todos. Se verá si esta ley sale adelante y con qué contenido. Debe aprobarse antes de final de año para no perder fondos del pilar 2 de los fondos europeos. Ojo con eso. Las socimis amenazan con irse, Repsol con parar inversiones y los aliados con dejar al PSOE tirado. Este debate es el reflejo de una legislatura alambicada, compleja y con aliados de muy diverso pelaje. La manta, ya saben, que cubre la cabeza o los pies. Hay que elegir.
El 'jogo bonito' del Gobierno Trump
El presentador de la Fox News Pete Hegseth, un ultra, radical donde los haya, y ex militar, será el secretario de Defensa, manejará el Pentágono, y tendrá en Inteligencia a un ex congresista sin experiencia alguna. Otro congresista, Matt Gaetz, investigado por tráfico sexual y por acostarse con una menor, será el fiscal general. Robert Kennedy, conocido antivacunas y negacionista de casi todo, será el secretario de Salud. Esta criatura fue la que dijo que el coronavirus habia sido elaborado en un laboratorio para eliminar grupos étnicos y salvar a los chinos y los judíos. Marco Rubio, apóstol de la línea más dura en Exteriores, será secretario de Estado y, lo que son las cosas, casi parece de lo más sensato de este Gobierno: así será el resto. Elon Musk, el poderoso propietario de la red social X entre otras bagatelas, se encargará de la Oficina de Eficiencia Gubernamental, que traducido resulta, responsable de aligerar la administración en unos billones de dólares despidiendo a quien haga falta. Kristi Noem, ex gobernadora de Dakota del Sur será la secretaria de Seguridad Nacional. Esta mujer, contraria a los trans y a otro millar de causas, perdió cierta popularidad por matar a tiros a un cachorro de perro. La lista es interminable. Si fuera una serie de televisión, se diría que los autores se han pasado un poco con el guión. Pero no, es real. Se nos está quedando un Gobierno precioso en el país más influyente de la tierra.
Los colegios y el acoso
El colegio Nuestra Señora de Begoña, de Bilbao, ha sido condenado a pagar 40.000 euros a una familia por no haber actuado ante un caso de acoso escolar. La hija, de cinco años, padeció acoso, agresiones físicas e intimidaciones por una compañera de clase durante meses. Los padres decidieron cambiarla de centro. El colegio, concertado, no hizo lo que debía para evitar las agresiones, según recoge la sentencia. La menor sufrió una pérdida del habla temporal así como afecciones psiquiátricas: angustia, insomnio, retraimiento social o pérdida de apetito. Los jueces consideran que el colegio "hizo oídos y ojos sordos" ante el sufrimiento de la niña, que fue medicada con ansiolíticos con cinco años de edad. Severo aviso para navegantes.
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