Pilar Cernuda
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Los cooperantes Ainhoa Fernández de Rincón y Enric Gonyalons han llegado este jueves a Madrid, sonrientes y en buen estado de salud, después de poner fin a la pesadilla vivida durante casi nueve meses de secuestro en el norte de Mali a manos de un grupo islamista radical. El avión de la Fuerza Aérea que les ha traído desde Burkina Faso ha aterrizado poco antes de las 20:00 en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), donde les han esperado sus familiares y la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.
Tras bajar las escalerillas del avión con gesto de emoción y caminar unos metros, Fernández de Rincón y Gonyalons se han abrazado con júbilo a sus allegados junto a la pista de aterrizaje. El recibimiento ha sido en la intimidad, ya que sólo se ha permitido que una cámara de televisión y un fotógrafo registraran la bienvenida. Antes de coger el avión hacia Madrid, los cooperantes han mostrado en declaraciones a TVE su alegría por ser "libres" y su deseo de reencontrarse con sus familias. "Es lo que más hemos echado de menos allí", ha asegurado Ainhoa Fernández de Rincón, quien ha relatado que ahora lo que más desea es "disfrutar" a la vez de su libertad. Enric Gonyalons ha compartido también sus "muchísimas" ganas de estar junto a sus familiares y ha explicado que durante este tiempo los han estado desplazando por todo el norte de Mali.
Junto a Sáenz de Santamaría, que ya pudo conversar por teléfono en la mañana del jueves con Gonyalons y Fernández de Rincón una vez que estuvieron a salvo, ha acudido a Torrejón el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Gonzalo de Benito. El avión Falcon enviado desde España para transportar a los liberados partió de vuelta sobre las 16:00 desde una base militar de Uagadugu, la capital voltense, desde donde la italiana Rossella Urru, compañera de cautiverio, tomó otro vuelo hacia Roma.
En su primera aparición en público, los tres cooperantes se mostraron felices y con buen aspecto físico, aunque Gonyalons cojeaba ligeramente de una pierna a causa de una herida. Estuvieron acompañados por dos mediadores voltenses que participaron en su liberación, así como por agentes de los servicios de inteligencia de España e Italia y del equipo médico que les hizo una revisión. "Doy las gracias al Gobierno de Burkina Faso por la liberación", dijo Gonyalons, quien rehusó hacer comentarios sobre las condiciones de vida durante el secuestro a manos del grupo salafista Movimiento Unicidad y Yihad en Africa del Oeste (Muyao).
Uno de los intermediarios, el general Gilbert Diendéré, asesor de seguridad del presidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré, se limitó a decir que las dos mujeres estuvieron juntas durante los últimos cinco meses, mientras el otro rehén permaneció aislado. A Uagadugu llegaron en helicóptero desde la localidad de Gorom, ya en territorio voltense, a 300 kilómetros al norte de la capital.
Una tormenta de arena retrasó su llegada desde la vecina Mali, donde fueron puestos en libertad después del rapto de cerca de nueve meses. Junto con Urru, fueron apresados el pasado 22 de octubre cuando estaban como voluntarios en el campamento saharaui de Rabuni, cerca de Tinduf (Argelia), de donde fueron trasladados al norte de Mali. Uno de los dirigentes del grupo terrorista, Mohamed Uld Hisham, ha afirmado que la puesta en libertad se llevó a cabo una vez cumplidas las exigencias que habían impuesto. "Todas las condiciones fueron satisfechas", señaló el portavoz de Muyao.
Según ha indicado una fuente de seguridad maliense, además del pago de un rescate, fueron excarcelados tres combatientes islamistas a cambio de dejar libres a los rehenes. La agencia mauritana de noticias ANI informó el miércoles horas antes de conocerse la liberación, que el saharaui Mamine Uld Ufkir, preso en Nuakchot por su presunta implicación en el secuestro, había sido trasladado desde la cárcel a un lugar desconocido.
El Gobierno español no ha dado ninguna información de si se pagó o no rescate o de si se acordaron otras contrapartidas. El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación ha manifestado su satisfacción porque el proceso de liberación haya concluido con éxito gracias a la labor "discreta y callada" de todo el servicio exterior del Estado, según ha señalado el subsecretario de este departamento, Rafael Mendívil. "Finalmente, todo ha salido bien. Ha sido un proceso realmente más largo del que hubiéramos deseado, pero nuestros compatriotas han sido liberados y están con buena salud", ha comentado Mendívil.
La ONG vasca Mundubat, para la que trabajaba Gonyalons, se ha felicitado de la vuelta a casa de su compañero. Uno de sus integrantes, Jesús Martín, desde los campamentos de Tinduf, ha asegurado que la puesta en libertad les motiva "más que nunca" para seguir trabajando "codo con codo" con los saharauis. "Los cooperantes hemos sufrido de alguna manera en carne propia sólo una pequeña parte de lo que sufre el pueblo saharaui", ha añadido Martín. La dirección del Frente Polisario ha mostrado "gran júbilo, alegría y satisfacción" por el feliz desenlace de Fernández de Rincón y Gonyalons, de quienes ha destacado su "coraje, humanismo y perseverancia".
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